― Gracias...
Bastian le sonrió a la enfermera que le traía un vaso con agua. Estaba sentado, sus ojos iban y venían hacia todo el bullicio, a los enfermeros, médicos y pacientes que deambulaban.
Brandon llegó con los muchachos en ese instante. Ambos se observaron de lejos. El hombre dio un gran suspiro y caminó hacia su novio.
― Hey...
Bastian estiró la mano para acariciarle el brazo, el teniente se puso de cuclillas y afirmó sus manos en las rodillas del muchacho.
― ¿Cómo estás?
― ¿Cómo crees que estoy?
La enorme tristeza atravesando su cuerpo, la pérdida de uno de sus muchachos siempre se sentía así, sin importar el tiempo que llevara en esa actividad.
― ¿El ruso?
― En la otra carpa, lo han sedado.
― ¿Cómo?
Brandon negó y tragó saliva.
― No quiere entender razones, se niega a aceptar que Luciano está muerto.
― ¿Y si no lo está?
― Bastian ¿tú también?
El muchacho le sujetó las manos y las apretó con las suyas.
― Le prometiste que lo ayudarías.
― Sí, cuando pase la tormenta. Para recuperar el cuerpo más que otra cosa.
Bastian frunció el ceño.
― ¿Te das cuenta de que si hubiera sido por la fe ni tú ni Mike estarían vivos?
― Es distinto.
― Por supuesto — interrumpió, molesto —. No había agua de por medio, pero, la situación era incluso más compleja que esta y sin embargo...
― Sobrevivimos...
Completó la frase el teniente, con su mirada enfocada en las manos que ahora se acariciaban.
― No dejen de buscarlo, nunca.
― Tranquilo — respondió —. Alexander jamás se resignará a perderlo, de eso puedes estar seguro.
***********
Mario cerró los ojos y su mente voló al instante en que la tragedia había golpeado su vida con la fuerza de un tifón.
El agua caía sin cesar afuera y Alexander todavía lloraba, incluso entre sueños. Le habían colocado una tonelada de sedantes para calmarlo y dormirlo. El hombre que siempre había lucido de hierro comenzaba a fundirse al calor de la desesperación.
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TEMPESTAD - S.B.O Libro 10 (Romance gay +18)
RomanceUn hombre peligroso y otro prohibido. Danisa Jansen ha tenido el privilegio de probarlos a ambos. Y, al mismo tiempo, ese privilegio se transformó en dolor. Hoy, ella cuenta su historia a través de un libro, un libro que ha llegado a manos de ambos...