Un hombre peligroso y otro prohibido.
Danisa Jansen ha tenido el privilegio de probarlos a ambos. Y, al mismo tiempo, ese privilegio se transformó en dolor.
Hoy, ella cuenta su historia a través de un libro, un libro que ha llegado a manos de ambos...
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Gerónimo temblaba.
Temblaba de dolor, de rabia, de impotencia, de tristeza.
Nada lo había preparado para lo que cada hoja de ese maldito libro contenía. Nada le hacía pensar que su historia de 3 había tenido consecuencias más allá de corazones rotos.
Pero, la verdad estaba ahí, y le había dado un golpe tan fuerte que lo había arrojado al suelo, y ahora, se encontraba en ese lugar sin poder levantarse, con ganas de buscar a esa mujer y decirle que lo lamentaba...
Que lamentaba lo que sucedió, pero, no haberla conocido, que lamentaba su dolor, pero, celebraba el amor y el cariño que surgió de esa relación de a tres.
Lamentaba... no haber conocido a sus hijos...
Gerónimo se limpió las lágrimas inútiles, esas que ya carecían de valor porque el daño estaba hecho y la verdad es que Danisa, era más que una mujer, era más que una puta, era una heroína, una que se había levantado y había tenido la fortaleza de volver a mirar su pasado, de enfrentarlo y demostrarles a todos que ella salía adelante, que era una guerrera.
Danisa era una leona.
Página tras página que le arrancaban el alma, Gerónimo siempre vio todo desde su perspectiva, incluso buscó imaginarse el punto de vista cínico de Ariel, pero, nunca se puso en los zapatos de Danisa, hasta este libro, hasta ahora...
El rompimiento con una pareja siempre es difícil, sobre todo, si desde uno de los lados ha habido amor, en este caso, fue el mío...
Ariel fue honesto, cruel, sádico y después de algunas semanas entendí que siempre lo había sido.
¿Cómo esperar un príncipe azul cuando tienes una rana? ¡Fue mi responsabilidad! Confiar en alguien que nunca fue digno de confianza fue mi error.
Ahora, con Gerónimo las cosas cambiaban, simplemente porque era un hombre maravilloso, y no sólo desde el plano sexual, sino afectivo. Era capaz de levantarte el ánimo incluso en los peores días, era de esos seres que necesitas en tu vida, aunque no seas nada para ellos.
Gerónimo no sólo era prohibido, sino que era más peligroso que Ariel.
Yo he vivido mucho tiempo intentando agradar a los demás, siendo quien los otros esperaban que fuera. Cuando conocí a Gerónimo entendí todo. Lo deseaba y podía tenerlo, pero, para ello, tenía que entregar mi alma, tenía que borrar de mi mente a Danisa Jansen, debía volverme otra persona. Una a la que las apariencias y las prerrogativas del mundo no le importaran...
Y así fue...
Me convertí en alguien más, anulé en mi mente y en mi cuerpo a Danisa Jansen y ese fue mi más grande error.
Las náuseas matutinas empezaron semanas después de separarme de ellos, semanas después de nuestro último encuentro sexual. Tenía tanto miedo de ir al médico y que me dijera lo que ya presentía. Porque justamente no tenía nada, apenas cuidaba de mí, ¿y si de repente me decía que estaba...?
