57- Soy incapaz de vivir sin ti

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7 días después...

La imagen ampliada de Luciano estaba extendida sobre la gran mesa donde trazaban todas las estrategias de búsqueda.

Era una foto en blanco y negro, los rulos de Luciano se movían con el viento, y él reía. No había seducción, ni dobles intenciones, sólo dulzura. Sus ojos miel y las pestañas negras abundantes que casi tocaban sus mejillas. Sus labios gruesos, los mismos que Alexander adoraba saborear, a pesar de que a Luciano eso mucho no le agradara.

"Sabes que no me gusta besar".

Le dijo una vez, cuando el ruso en un estado de desesperación sólo quería más de él, anhelando eso que Luciano jamás le entregaría; su corazón.

Alexander creyó eso firmemente porque fue lo que el portugués le demostró hasta ese fatídico día en donde desapareció entre las aguas color chocolate.

― ¿Te das cuenta de que soy incapaz de vivir sin ti?

Pronunció con su voz a punto de cortarse, acariciando la fotografía, esperando que el amanecer llegara una vez más y la búsqueda, esta vez, diera fruto.

Mario y Baltimore estaban agotados, nunca se quejaban, pero, era más que obvio después de todo lo que sobrevino que el cansancio hacía mella en el equipo.

La estrategia era simple, se habían armado 4 grupos que realizaban labores de rastrillaje en cada zona cercana al río. Luciano había caído a él, si hubiera salido, habría rastros. Cada vez abarcaban un espacio más extenso y la respuesta siempre era la misma.

"Lo intentaremos mañana".

Mañana, siempre mañana. Alexander odiaba esa maldita frase que todos esbozaban llegando el anochecer, aborrecía tener que volver a su cuarto de hotel sin tener una mísera pista del hombre que amaba con el alma.

― Buenos días, ruso...

Mario y Baltimore ingresaron a la carpa, si bien estaban tristes por todo lo sucedido había un brillo particular en sus ojos. Una luz que revelaba que entre ellos las cosas estaban cambiando para bien.

― Hola, chicos.

Dijo Alexander, arreglándose el cabello y peinándolo hacia atrás.

― ¿El resto del equipo ha llegado?

― Algunos están afuera, nos iremos en media hora, el sol ya salió. Así aprovechamos el día al máximo.

― Perfecto.

Agregó Baltimore, quien salió de la carpa y dejó a Mario y Alexander a solas.

Mario buscó una silla y se sentó frente al mapa que se extendía en una de las paredes, cada punto en rojo implicaba las zonas rastrilladas.

― Estamos cerca...

Una carcajada vino después del comentario de Mario.

― ¿Qué es tan gracioso?

El ruso negó, divertido.

― ¿No te das cuenta de que ya no sabemos dónde mierda buscar? ¿Estamos cerca de qué?

Mario frunció el ceño.

― Di lo que quieras, pero, tú también lo sientes...

Alexander tragó saliva, rascándose la barbilla con molestia.

― Estúpido imbécil, maldigo la hora en que lo conocí. Maldigo la hora en que le dio la espalda al equipo de Kevin Genson para quedarse con nosotros.

Golpeó la mesa con toda su fuerza luego de esa frase, cansado, agotado de todo el dolor.

― Espero le ruegue a Dios que no lo encuentre porque cuando lo haga...

― ¿Qué? ¿Cuándo lo hagas qué?

Desafió Mario, buscando incentivar ese sueño, darle ánimos para seguir.

― No es algo que tus oiditos quieran escuchar....

El enorme hombre rio, una y otra vez y el ruso también comenzó a reír. Llevando esa acción al punto de las lágrimas.

― Dios, estamos tan locos...

Dijo tiempo después, cuando ambos quedaron en silencio. Mario se puso de pie y caminó hacia Alexander, para sujetarlo de los hombros.

― Nunca me habrías amado como a él.

El ruso le acarició el brazo musculoso.

― Y tú tampoco a mí.

En ese momento, la entrada de la carpa se abrió de par en par. Los muchachos fruncieron el ceño.

― Dr. Hoffman ¿está todo bien?

Gonzalo se cubrió la boca y contuvo el llanto. Detrás de él, venía Baltimore quien también lloraba. Alexander sintió que su corazón se despellejaba a cada segundo, imaginando la peor de las noticias.

― Lo han encontrado, ruso.

― ¿Qué?

El hombre pestañeó, una y otra vez, percibiendo que el tiempo se había detenido allí.

― Luciano está vivo, Alexander. Unos aldeanos lo han confirmado.




Y sí mis amores, nuestro Luciano está vivo!!! 💪💪😱😱😱😱😱

A las que no perdieron la fé, felicitaciones. A las que estaban desahuciadas, hay que poner más esperanza 🤣🤣🤣🤣. Les dejo los capítulos de domingo, espero los disfruten y nos leemos el miércoles. Les pido paciencia con las respuestas de los comentarios, han sido muchísimos esta vez y puede que demore un poquito más!! Son las 00:41 del día domingo, aquí se escribe sres!! Nada de parranda. 🥰🥰🥰🤣🤣🤣

Besotes, los quiero, cuídense mucho siempre! Paz 🤗🤗🤗

TEMPESTAD - S.B.O Libro 10 (Romance gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora