― Son alrededor de 30.
― Error, 32 con los que acaban de ocultarse.
Pronunció Luciano y disparó dando de lleno en el primer blanco.
― ¡Cuidado!
Una de las balas dio a centímetros de dónde estaban.
― ¡Corran! ¡Ahora!
Gritó Brandon. Los pobladores se movían desesperados hasta el camino. El teniente se acercó a Damián.
― Saca a Bastian de aquí.
― Cuenta con ello.
Arturo y Emiliano guiaban a la gente en la huida, del mismo modo que el resto de los civiles.
― Dani, vete, ahora.
― No...
Bruno gruñó, mierda, ¿por qué carajo tenía que ser así de obstinada? Los proyectiles llegaban desde todos lados.
― Muévete, deja de desperdiciar tiros.
La sujetó del brazo e hizo que corriera a su lado. Más atrás, venían Baltimore, Azali y Brandon.
― ¡Mario, vete a la mierda con la anciana!
Vociferó el ruso, pero, el hombre se mantuvo en un estado de estoicismo.
― Me necesitan.
― Sí, te necesito vivo.
Pronunció Alexander, sin dejar de enfocarse en la mirilla y disparar.
― Se están acercando...
Luciano le tocó el hombro al ruso y se puso de pie, caminando de espaldas a sus compañeros.
― Adelántate, ahora.
― No lo haré.
― Alexander, eres más pesado y viejo. Hazme caso, la puta madre.
El ruso observó a ese muchacho hermoso que se concentraba únicamente en la lucha.
― Te odio tanto cuando tienes razón.
Pronunció y, levantándose del lugar corrió hacia atrás donde estaba Mario.
― Hay que cubrirlo.
― Lo sé.
Luciano continuó disparando y los soldados, poco a poco, desaparecían. Sin embargo, eran muchos y, como fantasmas, por cada caído, aparecían 2 más. Táctica de guerrillas, típica de las zonas de Asia.
― Se ocultan y aparecen.
― ¡Portugués!
Exclamó Mario y Brandon se giró a ver a sus compañeros. Volviendo hacia ellos.
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TEMPESTAD - S.B.O Libro 10 (Romance gay +18)
RomantikUn hombre peligroso y otro prohibido. Danisa Jansen ha tenido el privilegio de probarlos a ambos. Y, al mismo tiempo, ese privilegio se transformó en dolor. Hoy, ella cuenta su historia a través de un libro, un libro que ha llegado a manos de ambos...