44- Están cerca

2K 364 158
                                    

―     Lo que escuchamos hace un rato ¿fueron disparos?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

― Lo que escuchamos hace un rato ¿fueron disparos?

Gonzalo asintió ante la voz quejumbrosa de Gael.

― Sí, amigo. Al parecer nuestros rescatistas tienen problemas.

Ariel estaba sentado un poco más allá, comiendo la última barra de proteínas que les quedaba. Oficialmente, estaban sin alimentos, llegando a la peor crisis que habían soportado desde que la tragedia los golpeó.

― Espero que lleguen rápido, de lo contrario. Tendremos muchos problemas.

― Por supuesto Hoffman — lanzó Ariel —. Porque hasta ahora, todo ha sido idílico ¿no es así?

― ¿Hay necesidad de que vituperes cada cosa que digo, maldita sea?

Ariel masticó el pequeño trozo de cereal humedecido y se encogió de hombros.

― Mi cordura pende de un hilo, Hoffman. No intentes darme sermones y te pido que no busques explicaciones.

― Anoche... soñé con Rodrigo...

"Lo que me faltaba".

Ariel puso los ojos en blanco al escuchar a Gael y a su eterno amor imposible.

― ¿Sí? — indagó Gonzalo y sonrió.

― Sí, en el día en que lo conocí. Recuerdo que iba tarde a mi trabajo y.... varios pacientes me esperaban. Tenía un maletín viejo que no cerraba y, todos los papeles volaron en la escalera.

― ¿Te ayudó a levantarlos?

Gael sonrió y negó con tristeza.

― No, lanzó una risa floja y preguntó cómo era posible que con mi sueldo ni siquiera me alcanzara para un maletín.

― Un bastardo...

― Sí, recuerdo que me puse de pie, molesto y lo enfrenté. Su altanería me enervó tanto. Parece que a él mi enojo le resultó excitante. Ese día cuando salí a almorzar me siguió, sentándose a mi lado.

― ¿Qué hiciste?

― Me negué, es decir, ¿quién mierda se creía ese imbécil? Pero, después, su seducción y atenciones hicieron que todas mis malas opiniones acerca de él murieran...

― ¿Te acostaste con él en su oficina como hacían la mayoría?

Indagó Ariel, sabiendo la fama que el amante de Gael tenía en el ambiente médico.

― No, nunca lo hice. Mi primera vez con él fue en su departamento un par de meses después. Me invitó a comer los espaguetis que él prepara, tradición de su familia de ascendencia italiana y, luego...

― Terminaste chupando su fideo.

Esta vez, Gonzalo no resistió la risa. Gael le golpeó la cabeza al médico al tiempo que Ariel también comenzaba a reír.

TEMPESTAD - S.B.O Libro 10 (Romance gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora