14- Llamado inesperado

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― ¿Entonces? ¿Me dirás que sí?

― ¿Sabes? Me encantaría que las reuniones con amigos terminaran como todas las reuniones de la gente normal.

― No, Dr. Blake, tú no quieres normalidad, por eso mueres por mí...

Martin rio ante los besos que su esposo Damián dejaba en su espalda. Frente a ellos, se encontraba Emiliano, el primo de Damián y su marido, Michael.

La cena había empezado como cualquier otra. Unas copas de Pinot Noir, una cena exquisita de un chef maravilloso como era Damián y desde allí, una conversación amena en el jardín frente a la piscina. A la luz de lámparas de ratán que flameaban con el viento mientras que, un poco más allá, se sentía el rugir del mar.

La cosa es que Martin había hecho construir una sauna en la mansión, de hecho, todo su tiempo de las últimas 2 semanas había estado concentrado en cada detalle.

― ¿Les gustaría conocer la sauna?

Damián había tragado saliva cuando Emiliano y Mike se observaron entre sí y rieron.

"Muy sospechoso".

Recordaba la última vez que su esposito había hecho una pregunta así y la respuesta había sido los Jansen desnudos follando con sus parejas y él, sin resistirse ni siquiera un poco, haciendo lo mismo en la piscina.

Estas situaciones incomodaban a Damián, eran demasiado... explícitas, por así decirlo.

"Tampoco veo que te niegues mucho".

Esa había sido la respuesta de Martin cuando el Dr. Blake le dijo que eso estaba mal, que debían dejar de tener sexo frente a otros que actuaban del mismo modo.

La sauna era todo lo que uno espera de un hombre millonario y libertino como Martin Driesen. Enorme, una estructura de madera con bancos amplios y cómodos donde descansar, al tiempo en que uno entraba en relación con ese ambiente caliente y vaporoso. Varios metros más allá, separado por paredes de vidrio el ambiente daba paso a un jacuzzi y a una ducha para 2 personas.

― Vengan, vamos a relajarnos...

Martin había agarrado un par de botellas de vino y cada uno llevó las copas y algunas frutas frescas. Se desnudaron y envolvieron con toallas blancas, y, después, cada pareja se sentó de frente a la otra, dándose masajes con aceite de almendras, mientras sus cuerpos comenzaban a empaparse de sudor.

Obviamente, los últimos en desvestirse habían sido Emiliano y Damián.

― ¿Cómo es acostumbrarte a vivir con estos lujos?

Preguntó Emi, dando una risilla, quitándose el bóxer y envolviéndose en la toalla.

― No sabría decirte, yo todavía no me acostumbro...

TEMPESTAD - S.B.O Libro 10 (Romance gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora