30- Deberes y obligaciones

2.3K 348 166
                                    

Brandon golpeó la puerta de la habitación de Bastian mientras este buscaba información del país y el desastre climático en el que estaban inmersos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Brandon golpeó la puerta de la habitación de Bastian mientras este buscaba información del país y el desastre climático en el que estaban inmersos.

― Pase...

Dijo el chico, sin observar hacia la puerta.

― ¿Podemos hablar?

Bastian, quien estaba tecleando, en ese instante, dejó de hacerlo, pero, aun así, no llevó su vista hacia el impresionante hombre que estaba en la puerta y que ansiaba una nueva oportunidad frente a lo que había sucedido horas antes.

― Lo que sea que quieras, Brandon, lo lamento, ahora estoy ocupado.

― No es tu obligación ir ¿lo sabías?

― Creo que ya te expliqué mis motivos y, honestamente, no tengo ganas de hacerlo una vez más. Tú tomaste una decisión y yo la mía.

― Lo haces por obligación — afirmó el teniente.

― Lo hago porque es mi deber, por todo lo bueno que viví en parte gracias a él.

― ¿Eso me incluye?

Bastian dio un suspiro y volvió a su tarea de tipear sobre la computadora.

― Obviamente. Soy idiota, pero, no a un nivel descomunal.

Brandon comenzó a reír, Bastian siempre tenía esa capacidad.

― ¿Qué te pasa? — indagó el muchacho.

― Voy a ir con ustedes...

Los hombros de Bastian se relajaron y el oxígeno, le gustara o no, volvió a sus pulmones. Su cerebro había acallado las voces que le decían que era una locura, que ellos, sin el teniente, no iban a lograrlo.

― ¿Qué pasó con lo de "es un suicidio y no hay forma de ganar"?

― Si voy a perder, al menos lo haré con ustedes.

― Bien, y los despidos de Mario y Bruno, ¿qué?

Brandon chasqueó la lengua.

― Desobedecieron mis órdenes.

― Sí, por algo correcto. Vencieron una obligación a cambio de un deber.

― Me gusta cuando te pones filósofo.

― Me alegro, a mí no me gusta nada cuando los viejos se ponen retardados.

Charles tensó la mandíbula, era tan difícil escuchar a una persona 20 años menor y saber que estaba en correcto.

― Si no hago que me respeten...

― ¡Por Dios! — interrumpió molesto, poniéndose de pie, caminando hacia el hombre que cerró la puerta de la recámara —. Te idolatran, los hiciste pedazos, ¿y todavía piensas que no te respetan? ¿Qué hay de ti? ¿Respetaste su decisión? Porque, noticia de último minuto, abuelo, si quieres respeto primero, tienes que darlo.

TEMPESTAD - S.B.O Libro 10 (Romance gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora