42.- Revisitando el pasado

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La brisa matutina se coló por las mantas con las que Link se protegía del frío durante su estancia en el poblado, le costó bastante poder ponerse en pie para colocarse la túnica que le daba mucho más calor del que podía aspirar debajo de sus cobijas. Ya de pie, calculó que debían ser las seis de la mañana, compró algo de comida y se la llevó. Hizo una parada en el rancho para recoger a Tormenta, su caballo se veía disgustado por el clima; lo dejó para bajar en la zona de entrenamiento, Teba ya estaba ahí, parado en el mismo sitio que ayer, este solo se giró cuando Link ya estaba detrás de él.
—Espero que estés preparado. Los orni ponen mucho esfuerzo en sus técnicas, así que espero sepas apreciarlo.
—Sin problema. ¿Qué es lo que quiere que haga?
—Demuéstrame tu habilidad en el arco. Veo que tienes uno colgado siempre, junto con esa espada. No debería ser problema.
Un fragmento de memoria le hizo tener una especie de dèjá vu. Su mente reconoció una situación similar con Revali, mas el trato de Teba era, a todas luces, distinto.
—¿Todo en orden? Parecías distraído.
—Es como si hubiera tenido una conversación similar con Revali —contestó, asintiendo.
—Realmente quieres que crea que eres el antiguo campeón, ¿no es así? —hizo un ademán de invitarlo a acercarse al borde—. Sea como sea, lo comprobaré pronto.
—¿Tengo que darle a los blancos? ¿Eso sería todo lo que tengo que hacer? —inquirió Link, ya preparaba su flecha.
—Depende. Primero, quiero ver tu habilidad.
Link tensó el arco, el orni lo miraba con una atención abrumadora que lo ponía un poco nervioso. Disparó.
La primera flecha dio en el centro de la diana, tanto como la siguiente y después de esa otra, apuntó a un lugar más alto y acertó, aunque no tan al centro. Teba le hizo una seña para que se detuviera.
—Bien, es claro que tienes habilidad. Hay otra cosa que quiero consultarte.
—Lo escucho.
—Si te pido que le dispares a un objetivo vivo, el cual está al aire, ¿lo harías? —inquirió, cruzándose de brazos.
—¿Qué clase de pregunta es esa? —respondió, atónito—. Claro que no.
—¿Incluso si ese objetivo fuera tu enemigo?
Link bajó el arco completamente y miró a Teba.
—Eso podría asesinarlo —en su voz, se reflejaba la duda—. No sé qué podría decirle.
Él no podía recordar, al menos todavía, que hubo ocasiones donde tuvo que asesinar a miembros del Clan Yiga con el fin de proteger a Zelda. Su pensamiento no estaba influenciado por recuerdos así.
—Si te pidiera que me dispararas a mí, asegurándote de que ni una flecha me daría. ¿Me harías caso? ¿Me creerías?
—No puedo hacer algo así —negó con la cabeza repetidamente—. Esa es mi última respuesta, si eso es lo que quería saber.
—He escuchado solo rumores pasados a través de las épocas, pero, se decía que el antiguo campeón sí llegó a cometer asesinato... Aunque solo a los que se lo merecían.
La sorpresa se apoderó de todo el cuerpo de Link, no sabía qué creer. Una cosa era monstruos, como los moblin. No obstante, una persona... Eso era otro cantar.
—Estás callado. ¿No recuerdas nada de eso? Eres el Link de hace cien años, ¿no es así? Yo supuse que tal vez...
—Mis recuerdos todavía son muy confusos, incluso para mí. Es posible que solo una persona sepa toda la verdad sobre mí —afirmó, pensando en la princesa al decirlo—. No sé quién fui en esa era y no termino de saber quién soy en la actualidad, pero sí le puedo asegurar que en mi posición actual, evitaría matar a un hyliano. La idea me parece repugnante.
El gesto de Teba se suavizó.
—Creo que hablé de más. Me disculpo. Supongo que esto es evidencia de que sí eres ese muchacho del que he oído. Después de todo, las personas cambian a través de los años —Teba se sentó en el borde del piso de madera, invitando a Link a hacer lo mismo—. ¿Es cierto que no recuerdas todo?
—Quisiera decirle que lo recuerdo todo; no es así. Eso hace preguntarme qué tanto desconozco de mí mismo. Es extraño, ¿verdad? Uno supondría que uno mismo se conoce mejor que nadie. —El viento, gélido, ahora se sentía como si le hiciera más daño, no sabía por qué le hablaba con tanta confianza a Teba, sin embargo, continuó—: Es por esa misma razón que aunque sé que conozco a Revali, a su vez presiento que no sé tanto como hace cien años. Creo que no nos llevábamos tan bien, a diferencia de lo que recuerdo de mis otros compañeros.
—Eso he escuchado, deduzco que no le caías muy bien, aún así, la tribu lo respeta mucho. Link, si deseas tanto tus recuerdos, espero que los recuperes, pareces un guerrero de buena talla.
Link hizo una media sonrisa.
—Me alegro que no sea tan difícil de convencer como Revali.
—Supongo que no lo soy. Según un diario, él quería ser el protagonista en batalla contra Ganon.

Princesa de la calmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora