Link acompañó a Zelda y a Daruk a la bestia divina. En esa ocasión era la primera vez que tanto él como Zelda miraban la bestia divina en su interior más a fondo. Había muchas terminales, ninguno de los tres todavía sabía exactamente para qué servían. Daruk le mostró a Zelda lo que podía hacer con la bestia divina, sus progresos. Zelda lo escuchaba y observaba atentamente mientras eso acontecía.
—Princesa, ¿dónde piensa que Ganon ataque cuando aparezca?
La atmósfera se sintió algo tensa.
—Sinceramente no había pensado en eso, Daruk.
—Discúlpeme, supongo que dije algo que no debía.
—No pasa nada, Daruk.
Daruk acomodó la bestia divina en lo alto de la montaña de la muerte, hacía un calor infernal.
—Qué buena vista hay desde aquí.
—Tienes razón, Daruk —respondió Link.
Desde ahí, podía ver casi todo Hyrule, el castillo destacaba sobretodo "quizá cuando ataque, Ganon lo hará en el castillo o en otra zona importante", pensó Link.
—Link, ¿traes contigo los elixires ignífugos?
Link asintió y le tendió uno.
—Muchas gracias —la princesa se bebió el contenido.
—¿Esto es demasiado calor para los hylianos, Link y su alteza?
—La verdad es que aquí es algo peor, además a la princesa se le estaba pasando el efecto del elixir, ¿o me equivoco?
—Sí. No te preocupes por ello, Daruk.
—Bueno, princesa. ¿Qué le parece el manejo de la bestia divina?
—Lo estás haciendo muy bien, Daruk.Zelda estuvo anotando cosas en su diario y cuaderno durante aquella noche. Se quedaron más tiempo por insistencia de Daruk, así que aprovechó para actualizar sus bitácoras. Durante el día, Link procuró no alejarse mucho de ella en vista de los ataques de monstruos, aunque ella le había dicho que era seguro en la ciudad, él no desistió. Solo en ese momento estaba ella, un quinqué y un Link dormido en otra cama. Cuando había terminado de redactar sus pensamientos y teorías, cerró el cuaderno y el diario, apagando el quinqué. Se recostó boca arriba, mirando el techo. Pensó un poco en cómo le iría a los otros campeones antes de dormir. Mañana partirían al poblado Orni.
—¿Está realmente bien que vayamos de un lugar con altas temperaturas a uno de temperaturas bajas, alteza?
—¿Por qué lo preguntas?
—Alguno de los podría enfermarse por el cambio brusco, ¿no lo cree, princesa?
Ella se encogió de hombros.
—Lo dudo, pero está bien que te preocupes. Pasaremos por un lugar templado antes de ello, así que creo que no nos enfermaremos.
Se despidieron de Daruk esa misma mañana, con buenos deseos para él y la ciudad, recogieron a sus caballos al pie de la montaña. Conforme avanzaron el clima se puso nublado, cuando pasaron por la llanura, notaron que reforzaron todavía más la seguridad que hacía unos días. De verdad algo había cambiado.
—Es posible que haya más monstruos a partir de ahora. Mantenga los ojos muy abiertos, alteza.
En la llanura no hubo problema alguno, los problemas empezaron cuando se aproximaron al poblado. Había dejado que Zelda descansara unos segundos porque le expresó que quería estirarse, sin embargo, se toparon con algo que jamás les había pasado. Zelda había empezado a tomar un par de fotos al entorno cuando escucharon un gran temblor.
—¿Qué es eso? —murmuró Zelda.
Link abrió mucho los ojos, reconociendo el sonido, la tomó del brazo rápidamente.
—Alteza, no hay tiempo qué perder.
—¿Qué es ese temblor, Link? —le preguntó mientras corrían hacia los caballos.
—Un Talus. Vaya hacia su yegua, de inmediato.
El Talus había empezado a formarse, por lo general no muestran su verdadera forma, pero Link y Zelda habían estado muy cerca de su rango de detección. Zelda se montó en su yegua deprisa, Link la siguió con avidez. En cualquier momento ese Talus podía tirarles una piedra y mataría a cualquiera con eso, sabía por lo que había investigado sobre los monstruos que si se alejaban lo suficiente, volvería a su posición original.
—¿Qué hacía un Talus aquí, Link? —le decía Zelda, gritándole mientras cabalgaban a toda prisa.
—No lo sé, es muy raro que estén tan cerca de los caminos. ¡Sigamos!
Para desventaja de ambos, había un puente muy cerca, así que Zelda tuvo que frenar en seco.
—Usted primero, princesa, tenga cuidado.
Zelda pasó el puente a un ritmo normal aunque ambos estaban apresurados para alejarse del Talus, "si tuviera bombas" pensaba Link. Cuando Zelda lo hubo pasado él la siguió al mismo paso, aparentemente no los había seguido con mucho esmero.
Unos treinta metros alejados del Talus, Link miró de reojo si el Talus estaba volviendo a su posición anterior, cosa que empezó a suceder luego de unos segundos, fue diez metros más adelante que descansaron.
—Lo siento por haberte hecho esforzarte tanto, Tormenta —le dijo mientras le acariciaba la cara, el caballo relinchó—. Princesa, ¿se encuentra bien?
—Sí, por mí no te preocupes. ¿Y tú?
Link negó con la cabeza.
—No me sucedió nada. Creo que deberíamos avisar al rancho para que pongan un cartel de advertencia, alteza.
—Sí, eso me desconcertó bastante.
Link finalmente se giró completamente para ver hacia donde estaba el Talus, ya no se veía a simple vista, eso significaba que se había vuelto a camuflajear.
—Es una suerte que hayamos ido rápido.
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Princesa de la calma
AventuraLink es nombrado escolta personal de la princesa de la familia real, Zelda. Es así como se le asigna una misión: proteger a Zelda bajo cualquier circunstancia y derrotar a Ganon. En el camino, forjará una amistad con los campeones a la vez que se le...