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Al día siguiente...

Mmm no esta mal.- dijo Yo inspeccionando el cuarto de la residencia de su primo, era amplio y de muebles costosos. Su oscura mirada se detuvo en el menor, quien acariciaba a su mascota en silencio.- ¿Quieres volver con Bakugo? Si me dices, puedo arreglar todo para que esos imbéciles no se entrometan.

Esta bien.- dijo Izuku con una leve sonrisa, sujeto al conejo en sus brazos y se levanto, dejándolo en su jaula.- Es mejor así.

Una falsa sonrisa.

Bien...- dijo acercándose a algunas cajas, ayudándolo a desempacar.- Tu madre esta... estable.- bajo la voz al recordar los gritos desesperados de la mujer y su mirada se ensombreció.

¿Puedo ir a verla?- dijo sin mirarlo, sabia que no era buena opción, pero el dolor que le causaba estar separado de ella, siempre estaba ahí, ansiando el día en que pudiera volver a abrazarla y decirle cuanto la extrañaba.

No, aún no.- dijo con un suspiro, sujeto en sus manos uno de los posters de All might, un hombre delgado posando con una sonrisa, exhibiendo uno de sus libros más reconocidos.- Haha.. ¿qué es esto?

E-Eso es...- dijo acercándose para quitárselo a su primo y se sonrojó, avergonzado.- P-Puedo arreglar mis cosas por mi cuenta, Shindo.

Haha claro, no te molestare más.- dijo riéndose al ver que su fanatismo no había cambiado en todos estos años y sonrió, acercándose al menor.- Vuelve a llamarme cuando me necesites, ahí estaré.

Izuku apretó los labios y asintió, dejando que revolviera sus rulos de forma cariñosa. Era agradable sentir su aroma familiar y al ver que se dio vuelta, se acercó, sujetando su camisa.

S-Shindo.- dijo bajando la mirada, nervioso.- Gracias.

Yo le mantuvo la mirada por unos segundos y esbozó una leve sonrisa.

¿Por traer tu equipaje y un lindo conejo? No fue nada, primo.- dijo encogiéndose de hombros y caminó hacia la puerta.- Mantente en contacto ¿de acuerdo?

Si...- dijo viendo como cerraba la puerta, se sentó en la cama y observo hacia la ventana, apenas eran las 7 de la mañana y aún tenia tiempo antes de que comenzaran las clases.

Trago saliva, nervioso de solo pensar en como iba a enfrentar al rubio. Sin embargo, el silencio de la habitación lo rodeo, sintiendo la soledad por primera vez en mucho tiempo y bajo la cabeza, temblando ligeramente.

Estoy bien...- murmuro para sí mismo, sin dejarse intimidar por aquellos oscuros sentimientos que amenazaban con brotar de su interior y se sobresalto al escuchar un sonido metálico.

Su mirada se detuvo en el pequeño conejo blanco que le dirigía esos preciosos ojos escarlata y apretó los labios, esbozando una torpe sonrisa.

S-Si, no estoy solo.- dijo en voz baja, sus ojos se llenaron de lágrimas y ahogó un sollozo.- No lo estoy...- repitió con la cabeza abajo.

La puerta se abrió de golpe y se asustó, levantando la mirada con sorpresa.

¿S-Shindo...?- dijo nervioso al ver que se acercó y se detuvo delante de él con una fría mirada.

Oye Izuku, sé que estás acostumbrado a cargar con toda la mierda tú solo, de ocultar que eres Omega a esa jodida familia y que además, estás experimentando un cambio hormonal cuando apenas manifestaste tu celo.- dijo Yo con una vena marcándose en su frente y se inclinó, liberando una ola de sus feromonas, realmente enojado al ver esas lágrimas.

¿E-Eh...?- dijo desconcertado y trago saliva, palideciendo.- ¿C-Cómo sabes...?

Ese anciano me conto todo...- dijo acercando la manga de su poleron y limpió las lágrimas del menor.- Espere que tuvieras la confianza en mi para decírmelo, pero odio verte en este estado...- suspiro y su mirada se suavizó, preocupado.- Ha... Izuku ¿Puedes decirme... que ocurrió con Bakugo? Él es la razón para que te enviarán a esta estúpida residencia ¿no? ¿Te hizo algo?

[Finalizado] ¡No soy Alfa! KatsuDeku - Omegaverse +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora