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No...- murmuró con la voz rota y con sus ojos hinchados de tanto llorar. No era capaz de aceptar las palabras de su sobrino, quien se mantuvo pendiente de ella toda la noche hasta el amanecer y no tardo en revelarle la verdad sobre su esposo.

Es una mierda de persona, estafa a la gente y no duda en utilizar a alguien para su beneficio.- gruño al ver que la mujer volvía a negar con la cabeza y entrecerró la mirada, de nada había servido contarle la verdad de su esposo cuando tenia una fe ciega sobre él.

Inko no podía conciliar el sueño debido a la preocupación por su esposo y su pequeño hijo. Solo la llamada de Mitsuki la relajo, consciente de que estaba en buenas manos, pero no tenia idea de que converso con su sobrino y bajo la cabeza, sin dejar de temblar.

Sin Yo a su lado, sin duda habría ido detrás de esas personas, o a la estación de policía, donde fuera para ir en búsqueda de su Alfa. Llevo ambas manos a su pecho, sintiendo como su corazón se encogía y sus opacos ojos verdes volvieron a llenarse de lágrimas.

Alfa.

Tía...- dijo Yo con una triste mirada al percibir sus intensas feromonas, evidenciando su dolor y paso una mano por su cuello, preocupado.

Siempre fue cercano a la familia de Izuku por su madre, quien adoraba a su hermana y eso le permitió observar de cerca como era utilizada, como una simple marioneta, para cumplir con sus deberes de pareja. Nunca vio a ese bastardo demostrarle afecto, ni mucho menos a su hijo, algo de lo que su madre también era consciente y ella no dejó de insistirle, durante años, que dejara a ese malnacido.

Sin embargo, el lazo no se lo permitió.

No cuando un Omega... crece con la convicción de solo ser marcado por su verdadero amor, uno que perdura para toda la vida y que jamás abandonara.

Un vínculo de por vida.

Una simple e ingenua idea que terminaba por atarlos de la peor forma posible, es por esa razón que son tan reservados y dudan, hasta el último segundo, si aquella persona es la indicada.

Ahora, ¿qué sucede si escoges a la persona equivocada...?

Desvió su mirada su tía, quien ahogaba sus sollozos con sus manos y se inclinó, colocando una rodilla en el suelo para observar su rostro.

Tía, debe venir conmigo...- dijo con una mano en su hombro y liberando parte de sus feromonas, buscando consolarla con su presencia, pero no era suficiente.

¿D-Dónde...?- dijo sin dejar de negar con su cabeza.- N-No puedo irme, H-Hisashi volverá a casa y d-debo esperar por él.

Yo apretó los labios con unas venas marcándose en su mandíbula, realmente resentido con ese bastardo. Un mensaje llamo su atención y sujeto su celular, aliviado al ver que era su madre.

Iremos... a un hospital psiquiátrico.- dijo en voz baja, levantándose para dirigirse a la puerta ya que su madre no tardaría en llegar.

¿U-Un... hospital...?- dijo desconcertada, estremeciéndose por esos espasmos que recorrieron su cuerpo, indicándole que solo buscaban alejarla de su Alfa y palideció, abrazándose a sí misma para contener aquel dolor.

¿Un hospital psiquiátrico? ¿Ella? No, debía estar junto a su Alfa y su pequeño hijo.

¿Cómo está? Ha... - dijo su madre entrando en la casa con la respiración agitada y se acercó al ver a su hermana, abrazándola con fuerza sin dejar de liberar sus feromonas.- ¡Inko...! - su voz se cortó y sus ojos se llenaron de lágrimas al percibir su dolor.- N-No te preocupes, todo estará bien.

[Finalizado] ¡No soy Alfa! KatsuDeku - Omegaverse +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora