[Finalizado] ¡No soy Alfa! KatsuDeku - Omegaverse +18

46.1

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Especial de Eri

La siguiente parte es opcional, no tiene mayor relevancia en la historia y si prefieres evitar leer sobre la violencia infantil, puedes continuar en el siguiente capítulo.

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¡¡Te odio!!

Sus ojos carmesíes se volvieron opacos al ver a su madre gritarle y cuando la vio acercarse, cerro los ojos, sujetando su cabeza con sus pequeñas manos.

Preparándose para el golpe.

Desde que tenia memoria, su madre le demostró un profundo rencor y no tenia idea del motivo. No siendo tan pequeña, sus cuatro años cumplidos no detenían sus maltratos ni abusos. Sin embargo, estaba acostumbrada, así que solo bajaba la cabeza y controlaba sus lágrimas para no enfurecerla aún más.

No la golpees en el rostro, ¿no querías venderla?- dijo el hombre que observaba la televisión con una expresión aburrida.

¡Mojo la maldita cama!- grito sin dejar de tirarle el cabello a esa maldita existencia que arruino su vida por completo.- ¡Vas a estar con esa ropa por 3 semanas!

Hahaha que asco...- dijo el hombre riéndose mientras cambiaba el canal y apoyo su mano en su cabeza, sin encontrar nada interesante.- Si hubiera nacido Omega podrías haberle sacado más dinero.

¡Que se pudra esta maldita zorra! ¡¿Quién pagaría por ella?!- grito tras darle una fuerte bofetada y jadeó con sus ojos tiñéndose de un opaco azul, sin controlar su rabia.

Apretó sus labios y sujeto su mejilla lastimada, sin poder evitar que sus lágrimas se deslizaran por sus mejillas.

Duele.

Alfa, Alfa, una jodida Alfa y ¡¿de que sirvió?! Tú mataste a la persona más importante en mi maldita vida... te odio, te odio tanto...- dijo con ambas manos en su rostro, sin dejar de pensar en la única persona que más amo en el mundo y ahora estaba muerta. Lo extrañaba, con tal desesperación que no soportaba dirigirle la mirada al fruto de su amor, mucho menos cuando era la viva imagen de su Alfa.- ¡Todo esto es por tu maldita culpa!

Cerro los ojos y cubrió sus oídos, silenciando esos gritos.

¿De quién hablaba? ¿Qué había hecho ella? ¿Qué culpa tenia?

No tenia respuesta a ninguna de esas preguntas, pero una sola vez pudo ver una fotografía de un hombre junto a su madre, ambos sonriendo y eso basto para que su imaginación la integrara, imaginándose a ella junto a ellos.

Una familia feliz.

¿Qué es... familia? ¿Felicidad?

Lo poco que conseguía aprender era gracias a la televisión que observaba en silencio, telenovelas, gente sonriendo y compartiendo juntos. No lo comprendía, pero a la vez, lo anhelaba, deseaba que su madre volveriera a sonreír como en esa fotografía.

¿Sucedería alguna vez? Tenia curiosidad, tanta curiosidad por todo lo que aparecía en esa pequeña pantalla y del mundo exterior, aquel mundo que no tenia permitido conocer.

El cielo, la lluvia, el viento o la nieve, nada de eso había sido capaz de observar. No con su casa en ruinas y con sus ventanas tapadas, en condiciones tan precarias que a duras penas conseguía sobrevivir.

Sin embargo, lo hacia, deseaba levantarse día tras día, incluso cuando su madre ni siquiera la alimentaba, aún podía depender de los hombres que traía a casa, quienes con burla le daban sobras y no le importaba, no cuando eso conseguiría saciar parte de su apetito.