La fiesta va como se esperaba. La música es muy animada, así que todos bailan en parejas con grandes sonrisas en sus rostros. La comida se acabó demasiado rápido, aunque sigue habiendo vino en los barriles, el cual guardamos para el brindis final. Ya casi será la hora en que la diosa Luna escoja a las parejas destinadas. Se notan los nervios en los jóvenes de dieciséis. Saben que pronto estarán atados a otra persona de por vida.
Espero que nadie haga algún escándalo como yo hice en el pasado.
—¡El momento ha llegado! —anuncia el padre de la iglesia de la Luna— ¡Acérquense los Alfas y Omegas que cumplieron dieciséis años recientemente!
Así, se posicionaron alrededor del centro de la plaza. Traían sus mejores prendas y se habían peinado especialmente para la ocasión. Sin embargo, no todos compartían la misma emoción. Mi hija seguía tan tranquila como siempre, ocultando cualquier rastro de nerviosismo o miedo. Era como si aceptara lo que sea que fuese a pasar.
—¡Cierren los ojos y, cuando sientan el aroma que más les atraiga, caminen hacia él!
Ellos cumplen con la orden sin dudar. Es el momento exacto en que la Luna llega a su máximo esplendor. Deben seguir lo que el destino dicta.
¡¿Qué?!
Entonces, la veo una vez más o tal vez es solo una visión. Esa mujer que conocí cuando estaba embarazada se encuentra oculta a lo lejos. Se nota que los años han afinado sus facciones, aunque también le han causado algunas ojeras. No obstante, sigue siendo aterradora como antes. Al parecer, observa a un joven de cabello negro y piel pálida, quien tiene los ojos cerrados buscando a su destinada o destinado. Y, por alguna razón, su imagen se me hace tan familiar.
—Él... —susurro al notar que se aproxima a mi hija.
No puede ser... Jereth nunca...
—¿Gonzalo? —llamo a mi Alfa.
—¿Qué pasa, mi amor?
—El Alfa que camina hacia Luna se parece a...
—Lo sé —me interrumpe—, pero nada podemos hacer. —Sujeta mi mano con delicadeza. —Esto no depende de nosotros, sino del destino.
—Pero ¿de verdad es su hijo?
—Hay cosas que él no quería que supieras. —Frunce el ceño. —Al final, su último deseo se cumplió.
¿Qué?
En eso, mi hija abre los ojos y se encuentra frente a frente con ese joven. Se nota que le incomoda su presencia, pero igual sonríe con amabilidad y toma su mano. Mientras tanto, a lo lejos, esa Beta que me aterra amplía la mueca que adornaba su rostro. Así, desaparece lentamente entre los árboles, adentrándose a la profundidad del bosque.
—¿Qué último deseo? —pregunto mientras aplaudo por las parejas formadas esta noche, al igual que el resto de los agustinos.
—En la celda, antes de llevarlo al pueblo para ejecutarlo, gritó frases que no tenían sentido en ese entonces, pero ahora sí —contestó en voz baja—. Dijo que la monarquía tendría que caer y que su misma sangre se encargaría de eso.
En eso, mi hija y su Alfa se acercan hacia nosotros. Ahora que lo veo mejor, se parece aún más a Jereth de lo que pude notar cuando estaba de perfil. No me gusta para nada este chico. Tiene esa mirada tan profunda e intimidante que tenía él. Inclusive, posee los mismos labios delgados. Es como recordarlo, algo que he evitado por mucho tiempo.
—Sus majestades —saluda haciendo una reverencia—, un gusto. Mi nombre es Jeremías. —Amplía su sonrisa. —Es un honor ser el Alfa de su hija.
Y el futuro rey.
Solo una pregunta por curiosidad. ¿Cuál es el personaje que más les gustó en la historia?
Sé que puede ser un poco controversial, pero me encanta Jereth. Es que... su imagen fue inspirada en Jungkook y, bueno, es uno de mis biases.
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«La Omega del rey» • [Historia original]
RomanceUn Omega debe someterse a su Alfa, ser sumiso y brindarle descendencia. Además, cada Omega está atado a su Alfa desde que la Luna los une, así que las parejas predestinadas son anunciadas cada año nuevo lunar. Sin embargo, cuando Jimena se entera de...