ESPECIAL 8

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Pan recién horneado, el aroma que me reconfortaba cuando era tan solo una bebé. Era tan cálido y dulce que podía quedarme dormida rápidamente. Sin embargo, esta bella fragancia se me fue privando con el paso de los años. Mi madre comenzó a alejarse, lo cual empeoró con el nacimiento del menor. Inclusive, mi padre, quien es muy tranquilo, empezó a discutir con ella a causa de esto.

Aunque siempre decían que todo estaba bien, sabía que era mentira.

Nunca dudaría del amor que ambos se tienen. Sin embargo, son tan diferentes que sus opiniones y acciones chocan constantemente. Por suerte, sus peleas no duraban tanto y no son por temas realmente serios. No obstante, esta vez es diferente.

—Solo está preocupada. Eso es todo —explica mi padre mientras toma un poco de té.

—Es por mí —digo con algo de tristeza—. No soporta mi don ni que sea una Omega. Hubiera preferido que naciera Alfa por ser la primogénita.

—Ella te ama. —Me reconforta con su aroma a menta y pistachos. —Lamento que haya dejado de demostrarlo.

—No debe lamentar nada, padre. —Sonrío tomando su mano. —No es su culpa.

Estamos en la salita para tomar el té. Con el paso de los años, cambiamos mucho la decoración. Ahora las paredes son de un rosado muy sutil y cambiamos los muebles por unos más alegres. Es como observar un retrato de la primavera.

Ese aroma...

—Su majestad, Luna, buenas tardes —saluda mi Alfa, quien acaba de terminar de probarse el traje que usará en la fiesta de compromiso.

Ha pasado alrededor de una semana desde que se instaló en el castillo. Sin embargo, no hablamos mucho. Es una persona silenciosa la mayor parte del tiempo, pero disfruta charlar sobre asuntos de Agustina. Le interesa la gente y por qué hacen lo que hacen. Nunca había conocido a alguien con ese tipo de pensamientos.

—Buenas tardes —saludamos mi padre y yo al unísono. Luego, lo invito a acompañarnos. Él acepta.

—Amo este pastel, ¿con que lo preparan? —pregunta probando un bocado de un nuevo sabor de pastel.

—Tengo entendido que usan los cultivos más frescos de zanahorias y nueces del bosque. Además, el relleno es de queso crema dulce —contesto también comiendo un poco.

—¿Cómo se les habrá ocurrido esta receta a los cocineros? Es una combinación tan extraña, pero...

—Encajan a la perfección —interrumpe mi padre—. A veces, es un misterio por qué las cosas que creímos tan diferente terminaron complementándose perfectamente.

Está hablando de mamá.

Pero saben mejor con ingredientes de gusto similar—continúa Jeremías—. Prefiero las zanahorias con puré de papas. —Sonríe como si retara a mi padre, aunque no entendí muy bien qué intentaba decir. Sin embargo, se nota que lo incomodó, pues terminó retirándose.

No me gustan las zanahorias con puré —susurro aburrida.

—¿Qué dijiste?

—Nada importante. —Sonrío con amabilidad, liberando tímidamente mi aroma. —¿Qué tal tu día? ¿Ya te acostumbraste a todo esto?

—Bien. —Frunce el ceño. —Aunque... no entiendo cómo soportan este lugar.  —Prueba un poco más del pastel saboreando esa cucharadita con lentitud.

—¿A qué te refieres? —Dejo mi té de lado.

—Es como una prisión muy lujosa... Es fácil sentirse solo a pesar de que tienes a muchos a tu alrededor —dice con seriedad, posando sus ojos negros sobre una pintura del bosque—. Cuando vives en el pueblo, cerca del bosque, te sientes libre. —Sonríe con honestidad por primera vez. Ese brillo de nostalgia que irradia es muy hermoso. Me gustaría ver este lado de él más seguido. —Puede que la vida sea humilde, pero realmente puedes soñar sin temer que no sea lo correcto.

:)

«La Omega del rey» •  [Historia original]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora