Capítulo 12

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MACKENZIE

   Estaba de muy malhumor. Y si, no era muy extraño que estuviese de malhumor por alguna tonta razón, pero esta vez era distinto. Sabía que estaría de malhumor toda la semana, pues me habían puesto un examen de historia el viernes, y yo detestaba estudiar. Me costaba horrores, y además debía pedirle ayuda a Jude o Kristen para hacerlo. Definitivamente no era mi cosa favorita de hacer, depender de los demás.

A decir verdad, mi interés para seguir en una Universidad era puramente audiovisual. Tenía una cámara fotográfica, y sacar fotos en blanco y negro era una de mis cosas favoritas de hacer. A unas calles de mi departamento tenía un centro de revelado antiguo, y a veces pasaba horas allí. Solamente Kristen sabía de ese lugar, no me gustaba ir comentándolo por ahí.

Así que, con el completo apoyo de mi padre, quería aplicar para Yale o Brown, conseguir una media beca y dedicarme a Artes Audiovisuales. Tenía textos y demás, pero no me sería tan difícil estudiar como me era en la preparatoria. Pero todavía me faltaba este último año, el cual parecía un verdadero dolor en el trasero. La persona que dijo que la preparatoria era fácil, no tenía los problemas que yo.

Camino por las precipitadas calles de Nueva York, esquivando gente sacando imágenes instantáneas. Usualmente me ponían de buen humor, pero hoy era un día especialmente triste. Ni siquiera tenía ganas de reunirme con Jude, quién me había prometido ayudarme con el estudio. No podría hacerlo yo sola.

Por fin llego al edificio, y me dirijo primero a mi departamento a dejar las bolsas de las compras que había hecho. Y por compras, me refiero a una bolsa con leche y cereales; no es que hubiese gran variedad de comidas en la casa. Luego tomé mis cosas, y me dirigí hacia el apartamento de Jude. Toco el timbre, y espero unos segundos. La puerta se abre, y contengo mi respiración cuando veo a Nate.

— Hola.— me saluda con una sonrisa.— ¿Cómo estás?

¿Qué como estoy? Nathaniel está en un elegante traje, tiene un maletín en la mano, e incluso lleva barba en su rostro. Y si, hace una semana y algunos días que no lo veía pero... ¿Cómo podía alguien verse así de bien?

— Vengo a ver a Jude.— digo en un hilo de voz.

Frunce el ceño, se ha dado cuenta que estoy extraña:— No está aquí pero... ¿Quieres pasar?

Asiento y entro en la casa. Por un segundo creo que va a salir y he tenido suerte, pero entonces cierra la puerta, y deja su maletín en la pequeña mesa junto a la entrada.

— ¿Recién vuelves?— pregunto cortando el tenso ambiente.

Asiente:— Si, tuve una entrevista para ser pasante. Pero, no lo sé, no creo que me agrade trabajar allí.

Nate camina hacia la cocina, y lo sigo como un perrito perdido. Observo como se quita el saco negro, y se desajusta la corbata. Entonces se voltea, y me señala la isla de la cocina.

— Siéntete como en casa.— dice como en un tono bromista, y luego se va hacia las habitaciones.

Yo me siento allí, y le mando un mensaje a Jude enseguida. No sé donde está, pero debería volver en cualquier momento; me dijo que almorzaríamos juntos hoy. Era sábado, ni siquiera debería preocuparme por ello. Tenía casi una semana para el examen, pero de igual forma estaba nerviosa; era pésima narrando cosas, sobre todo bajo la presión de tener una nota.

— ¿Almorzaste?— pregunta entrando en la cocina.

Lleva una remera blanca que marca todos sus músculos, y debajo el bóxer. Creo que lo hace a propósito, aunque parece distraído cuando abre la nevera y rebusca por comida. Jude no responde, y yo estoy muerta de hambre.

Amor en Instantáneo (SIEMPRE #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora