Capítulo 18

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MACKENZIE

Me había pasado todo el día jugando con mi lapicera mientras los profesores hablaban. Las clases no eran para nada interesantes en último año y, cada vez que hablaban de un tema nuevo, yo pensaba en lo poco que me serviría cuando saliera. Mucho más cuando planeaba hacer fotografía.

El timbre suena y salgo prácticamente corriendo del salón. Camino hasta mi casillero, y veo a Jude y a Kristen charlando junto a él. Ambos están en literatura avanzada, y yo en la regular; hay muchas clases que no compartimos.

Kristen sonríe cuando me ve:— Ahí está ella.

— ¿Como te fue?— pregunta Jude.— ¿Estuvo dificil la clase?

— ¿Vas a preguntarme eso luego de cada clase?— digo molesta.— Soy disléxica, no una niña.

Abro mi casillero molesta. Estos eran los momentos donde quería ir a matar a Nathaniel. Si el muy boca grande no hubiese intentado defenderme, ahora no tendría que soportar a mis amigos sobreprotegiendome y haciendo que me sienta como un fenómeno.

— Lo siento, es que si necesitas ayuda...

— Serás la primera persona a la que acudiré.— le contesto a Jude.

— O la segunda...— dice Kristen alzando sus cejas.

— Si, tu vas primero.— digo riendo.

— No hablaba de mi.— murmura divertida.

Le echo una mirada cargada de molestia, y Jude se cruza de brazos molesto.

— Ah, ya veo, supongo que se refieren a Nate.— se apoya contra los casilleros.— ¿Y que tiene él que puede ayudarte y nosotros no?

— Nada, Kristen estaba jugando.— le contesto y luego miro mal a Kris.

— Creo que deberías asumir que Nate y Kenzie...

— No hay un Nate y Kenzie.— le recuerdo molesta.— Somos amigos, eso es todo.

— Sí tu dices...— mi amiga alza las cejas de nuevo.

Jude nos mira poco convencidos, sabe que existe una parte de la información que no le estamos comentando. Le había contado a mi mejor amiga que había besado a Nate, y ella se había emocionado. Kris era una romántica sin remedio, y yo... bueno, me costaba un poco creer que alguien pudiese amarte con tanta intensidad.

No me definiría como una anti-romance, pero muchas personas si.

Desde muy pequeña sentía que para enamorarte de una persona, debías conocer tanto sus bordes filosos como aquellos mas curvos. Y amarlos por igual, aunque a veces estos te pincharan. Y mi problema no era aprender a amar los bordes de alguien más, sino que alguien lograse amar los míos.

No solo porque no me gustaba que me abrazaran, o que detestaba las demostraciones de cariño forzadas, sino porque mi vida era demasiado problemática como para creer que merecía sumergir a alguien en todo aquello conmigo. Todo el asunto de mi madre y Cody, algo a lo que siempre estaría atada sin importar que pasara. Porque no había elegido a la madre que tenía, y tampoco iba a dejar a Cody solo cuando me necesitaba.

Y el arrastrar a alguien conmigo a eso me hacia no solo responsable de su posible infelicidad, sino también culpable si decidían irse a causa de lo mucho que el filo de mi vida los podría lastimar.

Pero Kris no se convencía de aquello. Ella pensaba que todo tenía una solución, y que las cosas con mi madre mejorarían, o que algún día mi hermano dejaría de necesitar que lo cuidasen. Pero yo dudaba que pasara, al menos no dentro de muchos años.

Amor en Instantáneo (SIEMPRE #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora