Capitulo 48

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MACKENZIE

Hoy despediríamos el año.

Mi ánimo por las festividades había iniciado y terminado en el momento que mi madre y yo habíamos discutido. Todavía no estaba muy segura si vendría a la fiesta de hoy, o si desaparecería, pero tampoco la culpaba. Había sido yo quien le gritó que se fuera, y que jamás volviera.

Me había arrepentido como nunca en mi vida.

No solo de la forma en que se lo dije, sino también mis palabras. A pesar de que había cometido mil errores, y que apenas si nos veíamos, ella era mi madre. Y merecía respeto de mi parte, algo que claramente no había tenido aquel día.

NI siquiera Nate, quién se había gritado con su padre incontables veces, había podido decirme que se solucionaría con facilidad. Las palabras habían salido de mi boca, y no existía una forma de que volvieran a entrar.

A pesar de todo eso, mi humor no era el peor del mundo. Quizás se debía a que había tomado mas de cuatro copas de champagne, y todo me resultaba más divertido de lo que en realidad era. O quizás porque Nate estaba intentando ganarle a Cody en piedra, papel o tijeras, y parecía no poder conseguirlo.

— Piedra, papel... ¡Y tijera!— abre su mano en papel y mi hermano en tijera.— Ay no puede ser.

Cody se ríe:— Gané... otra vez.

— Es como si leyeras mi mente.— protesta Nate y me mira.— Es muy injusto.

Me encojo de hombros:— Yo me rendí hace años.

— Hagámoslo otra vez.— lo provoca.

Nate se ríe:— Me cansé de perder, paso.

Me río también y bebo un sorbo del champagne. Luego ojeo mi móvil, y veo que son las diez y cuarenta de la noche. Faltaba mas de una hora para la medianoche, y aún así no me atrevía a escribirle a mi madre.

Las cosas eran confusas, y con el alcohol en sangre, aún mas.

— Kenzie.— me llama mi padre, y levanto la cabeza.— Creo que deberías dejar eso.

Se que se refiere al champagne, pero me hago la desentendida. Se sienta junto a mi y suspira, mirándome de reojo.

— Lo siento, lo tomaré con mas calma.— me disculpo dejando la copa en la mesa.

— Te dejo ser irresponsable, solo por hoy.— se ríe y lo imito. Luego se pone mas serio.— Quería hablarte sobre algo.

Me tenso:— ¿Sobre que?

Observo como Nate y mi hermano continúan jugando a lo lejos, y me inclino cerca de mi padre.

— No encontré repuestos para la cámara.— me cuenta con tristeza.— No sabes cuanto lo siento.

Respiro profundamente. No quería hablar sobre eso, pero entendía a mi padre. Estaba haciendo el mejor esfuerzo, incluso cuando sabía que mi madre no era la mas comprensiva con respecto a muchas cosas.

— No es tu culpa.

— Estaba pensando, que podríamos vender algunas cosas que ya no usamos para comprar una cámara.— me cuenta.

— No es mala idea.— frunzo el ceño.— ¿Cosas como que?

Se encoge de hombros:— Ropa, zapatos... mi guitarra.

Me detengo en seco. No había dicho eso.

— ¿Tu guitarra? ¿Estás loco?— respondo anonadada.— No vamos a vender tu guitarra.

Amor en Instantáneo (SIEMPRE #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora