Capitulo 49

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NATHANIEL

Los cumpleaños eran molestos. Sobre todo, organizarlos. Para mi suerte, mamá se encargaba siempre de organizar todos nuestros cumpleaños, y salían a la perfección. Incluso, aquellos que estaban planificados a último momento.

Las fiestas eran lo suyo, y se lucía en todo: desde la decoración, hasta los regalos. Siempre lograba que todos estén en armonía pero, sobre todo, que fuesen idéales para quienes eran los festejados. Por supuesto, que estaba seguro que el cumpleaños dieciocho de Jude sería increíble.

Había contratado un restaurante muy costoso, e invitado a las personas que significaban mucho para el, entre ellos Kenzie y yo.

Sin embargo, ella no sabía lo molesto que estaba conmigo con todo el asunto de Samantha. Si, debería haberle contado a Kenzie que mi ex había venido a verme, sobre todo cuando no había nada que ocultar.

Aunque el punto de todo esto distaba de Samantha, y era que Jude no confiaba en mi. Creía que iba a engañar a Kenzie como si no fuese nadie, cuando estaba mas que claro que llevaba meses enamorado de ella.

Una semana y media luego de Año Nuevo, y seguía sin perdonarme. Le había obsequiado aquella camiseta que tanto quería de los Knicks por su cumpleaños, y su respuesta había sido un poco eufórico "Gracias".

Hablar con él era como sentarse a conversar con una pared; hasta creería que tendría mas posibilidades de entenderme con una roca. Era obstinado como mi padre, y lo que mas me molestaba es que en ocasiones yo también podía ser así de terco.

Mi madre no se había enterado de todo esto, o al menos no había mencionado nada al respecto. Pues me parecía extraño que ella, quién parecía oír a través de las paredes, no se hubiese dado cuenta del malestar general entre nosotros. Mi instinto decía que era simplemente para no avivar las aguas para estas fechas, pues era imposible no notar lo mordaz que podía llegar a ser mi hermano cuando lo deseaba.

Pero aquí estaba yo, sentado en el asiento del conductor en mi camioneta, yendo a recoger a mi hermano de una especie de merienda que había tenido con el equipo de futbol americano por ser su cumpleaños. En el asiento del copiloto viajaba Mackenzie, ajena a toda esta tensa situación, tintineando en felicidad como si fuese Campanita. Hasta me había hecho usar el gorro azul que me había obsequiado para Navidad, sin ningún tipo de propósito. Si, estaba helando afuera, pero no tanto como para aquel gorro.

— ¿Crees que le guste mi camiseta?— pregunta jugando con el moño del paquete.

— Le has pintado una camiseta a mano, mas vale que le guste, o se la hago tragar.— respondo cansado.

Ella alza una ceja:— ¿Estás molesto conmigo?

— ¿Que? No, claro que no.— respondo confundido.— Jamás podría enojarme contigo.

— Ajá...

— Me sonríes, y me es imposible recordar porque estaba molesto en primer lugar.— estiro mi mano y tomo la suya.

— ¿Entonces que es?— pregunta confundida.

— No es nada.— miento nervioso.

— Nate...

Ruedo los ojos.

— Discutí con Jude, hace algunos días.— contesto resignado.— Él no confía en mi.

— ¿No confía en ti?

— Es complicado, ¿Si?— retiro mi mano.— No hablemos de eso hoy.

— Es que te tiene muy preocupado, y sería bueno hablarlo antes de que Jude venga.

Amor en Instantáneo (SIEMPRE #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora