NATHANIEL
Estaba a punto de pasar.
Había esperado tanto tiempo por esto, que ni siquiera podía pensar con claridad. Tampoco tenía muy en claro como habíamos llegado hasta el piso de arriba, y entrado en su habitación. Kenzie no enciende la luz, por lo que el lugar está en penumbras.
Veo su figura delgada caminar hasta al lado de la cama, y quedarse inmóvil allí. Camino despacio hasta ella, no quiero arruinar el momento. Ella se quita la camiseta por la cabeza, y la lanza hacia la silla que hay en una esquina.
— ¿Nate?— pregunta en voz baja.
Su voz está teñida de nervios, y eso me genera una oleada de sentimientos. Muchísimos sentimientos se arremolinan en mi interior, y lo único que quiero es besarla y hacer que se sienta bien.
Desearía que ella se viera como yo lo hago.
— ¿Si?— respondo en un susurro.
Me detengo cuando estoy frente a ella. Sus ojos azules brillan con la poca luz que entra por la ventana, y me pierdo un instante en ellos. Era tan hipnotizante como siempre.
— ¿Quieres...?— traga saliva.— ¿Quieres hacerlo?
Asiento:— Solo si tu quieres.
Mueve su cabeza hacia un lado, y apoya sobre sus labios sobre los míos con timidez. Es tan fugaz, que por un momento dudo si me lo he imaginado. Tomo su rostro entre mis manos y la beso de vuelta, reclamando aquello que quiero hacer mío.
Camino hasta la cama, y ella se sienta en el colchón. Me mira durante un segundo, y luego sonríe. Yo estoy en traje de baño, por lo que probablemente haya visto la situación debajo de la fina tela.
Me coloco sobre ella, y vuelvo a besarla. Sus manos se enredan en mi cabello, y las mías bajan por su abdomen rápidamente. Su piel es suave y cremosa, y se que podría pasar horas trazando lineas en su piel.
Pero no es lo que deseo en ese instante. Así que meto la mano por debajo de su short, y mis dedos encuentran aquella humedad con la que llevaba soñando semanas.
Kenzie gime contra mis labios, y tengo que controlarme para no tomarla allí mismo. Quiero tomarme las cosas con calma, y quiero que lo disfrute. No me alejaría de ella, por lo que teníamos tiempo.
— Nate...— susurra y yo jadeo en respuesta.
Vuelvo a acariciarla, masajeando su clitoris, y ella se deshace bajo mi toque. Lo hago lento, y siento como mis caricias logran empaparla como esperaba. Me tomo mi tiempo, besándola en los labios profundamente, mientras sus manos reposan sobre mi pecho con calidez.
Tan solo está en traje de baño, así que en cuanto mis manos cambian dirección y se escurren hacia su espalda, le quito rápidamente la parte superior. Mackenzie se queda quieta mientras la examino, y paso mi mano por sus pezones duros, que son igual de hermosos que ella.
No logro distinguir todo con claridad gracias a la penumbra en la habitación, pero si siento como su mano viaja hacia abajo, y se mete en mi bañador. Gimo con fuerza cuando me rodea y comienza a acariciarme, lenta y tortuosamente, provocándome.
Llevo mi boca hacia su pezón, y paso mi lengua por allí, arrancándole un gemido ahogado que resuena en la habitación como una bomba. Eso me incita a seguir, y meto su seno en mi boca. Su mano se mueve con más rapidez, y las mías acarician su cuerpo con suavidad, como intentando memorizarla.
Mi boca abandona su parte superior, y comienzo a bajar. Deposito besos por su abdomen delgado, y me alejo de ella. Kenzie deja de acariciarme, y clava sus manos en mis hombros con impaciencia, sabiendo lo que estoy a punto de hacer.
ESTÁS LEYENDO
Amor en Instantáneo (SIEMPRE #1)
Teen FictionEn la vida de Mackenzie Cass, nada es sencillo. Entre la constante lucha de su hermano contra las adicciones y una madre que ha decidido empezar de nuevo a miles de kilómetros de distancia, Kenzie siente que su mundo se desmorona. Pero hay algo más...