41: Calma

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Disclaimer: MARVEL & Disney no me pertenecen. Esta historia si.

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Apartamento Rogers―Romanoff

Después del fallecimiento de Alexei, Natasha no quería hablar absolutamente nada. Era completamente entendible. Alexei había sido su fiel compañero en el cautiverio dentro del KGB. A pesar que ella sabía de los sentimientos por él, Shostakov quiso de igual manera ayudar a Natasha a toda costa, incluso dando su vida para ello. Lástima que la muerte haya sido sólo por una fuerte depresión que lo venía acorralando por años.

Llegaron al apartamento y Natasha se dirigió directamente a la ducha. Steve la comprendía del todo y no hablaría con ella hasta que quisiera hacerlo; pero tampoco iba a permitir que se cerrara por completo. Se dirigió a la cocina para hacer algo de merienda. Estaban con el estómago vacío, e irse a la cama así no era ningún chiste.

Natasha encendió la ducha y se metió en ella. No podía evitar llorar. Sentía que el mundo se le venía encima. Ya habían sido dos pérdidas: Clint y Alexei. No podía permitir más muertes. Era claro que ya no iban a pasar más asesinatos, pero no podía dejar de sentir culpa por todo lo acontecido. Además lo que le había dicho Sharon en varias ocasiones: al fin y al cabo, ella seguiría siendo una asesina. Sus manos seguirán manchadas de sangre, salga o no inocente. ¿Acaso ella podría seguir viviendo de esa manera? Dudaba mucho de lo que podría pasar.

Natasha salió del cuarto de baño muy pensativa. Se secó bien y se puso pijama. No quería saber más del mundo hasta mañana. Se acostó y encendió la televisión para hacerse compañía.

Steve abrió la puerta del cuarto y entró con una bandeja de sándwiches y dos tazas de café. Natasha estaba sumergida en las cobijas y no quería salir de ellas.

―Nat, debes comer algo. ―Natasha se asomó finalmente y Steve le puso la bandeja encima. El muchacho se sentó a su lado con su bandeja.

―Lo sé...―La pelirroja miraba su café humeante― Lo siento, no...

―Tranquila... ―Steve puso una mano encima de la de ella― no te sientas presionada a conversar. Hazlo poco a poco...

―Estoy en shock aún con todo lo que ha sucedido. Hace menos de un mes perdí a Clint. Y está claro que Bobbi ni siquiera me habla. La he perdido porque piensa que es mi culpa haberlo arrastrado a todo esto...

―Nat, no es tu culpa... ―Steve insistía.

―Lo sé, pero ella no quiere entender eso. Y está en todo su derecho de querer borrarme de su vida. Imagino que no quiere tener de cerca a alguien que perteneció a una de las redes de espionaje más grandes del mundo...

―Pero cuando se de cuenta que eres libre cambiará de parecer, estoy seguro de eso.

―Aún no sabemos nada. Todo depende del juicio y los argumentos de James ese día. Solo queda una semana para eso. ―Suspiró angustiada. Le dió una mordida a su sándwich― Gracias por la merienda...

―No es nada, Nat. Pero debes dejar de pensar en que todo irá mal...Hasta el momento no sabemos qué pasará, pero si podemos tener esperanzas de que todo saldrá bien.

―Steve... tú no conoces como son las leyes en este país.

―Es verdad, no conozco este país, pero no saco absolutamente nada pensando que va a pasar algo malo. Eso nos hace mal, Nat. ―Steve dejó a un lado su bandeja y tomó su mano. Natasha la apartó drásticamente.

―¿Te gustaría tener una novia encarcelada?

―Nat...

―Responde mi pregunta. ―Decía muy seria― ¿Estarías conmigo a pesar de que pueda pagar con cárcel algunos años?

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