04: Mesa para Tres

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Disclaimer: Los personajes de MARVEL no me pertenecen. La historia es totalmente mía.

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Estaban ambos muchachos, James y Steve en la mesa junto a una Natasha Romanoff algo incómoda. Los tres tenían sus respectivos platillos y estaban concentrados en comer.

Reinaba un silencio bastante incómodo que Steve quería romper de cierta manera sin sonar entrometido.

─¿Qué tal tu almuerzo Natasha? ─decidió preguntar finalmente. Hasta Bucky se sentía incómodo en aquel ambiente.

─Bien, está tal y como lo pido. Las verduras en su punto. ─y por primera vez en mucho tiempo, quiso mirarlo a los ojos. Él le respondió con una semi sonrisa y Natasha no sabía dónde ocultarse porque digámoslo, los ojos de Steve Rogers eran tan azules como el océano y eso la hipnotizaban por completo.

James se dio cuenta de aquella pequeña no tan casi "conexión" entre ambos. Se llevó un bocado y siguió masticando. Prácticamente se sentía como alguien que sobra, como cuando uno acompaña al amigo para que le vaya bien con la que será su novia.

Suspiró y golpeó la mesa para asustarlos. Ambos salieron del pequeño trance y Steve miró a Bucky.

─¿Qué? Me sentía solo... ─se excusó el moreno. Steve no le dijo nada y siguió con su almuerzo.

─Por cierto ─la pelirroja tomó una servilleta para limpiarse un poco la boca para continuar─, lamento lo de esta mañana. No debí haber hecho eso...

Bucky le dedicó una sonrisa tranquilizadora. Entendía el punto de ella. Si él ve que de pronto un desconocido quiere entrar al hogar de Steve, tal vez hubiera actuado de igual manera.

─No hay problema rojita ─respondió con un sobrenombre─, todo está bien.

─Hace un momento estabas enfadado. ─acusó Steve. Natasha abrió un poco los ojos para ver la respuesta de Bucky.

─Pero ya no lo estoy, tiempo pasado... ─dijo mientras cortaba un pedazo de carne y se lo llevaba a la boca─ además... para ser una chica y con todo el respeto del mundo, sabes pelear muy bien. ─se dio cuenta y se lo mencionó─ ¿Dónde aprendiste esas técnicas?

Steve notó de inmediato el nerviosismo de Natasha. A pesar de conocerla poco durante un mes, ya había visto esa actitud en ella cuando está tensa: Parpadea mucho, baja la mirada y su respiración es un poco más rápida. O quizás era sólo su imaginación.

─Yo...

─Practicas ballet, ¿no? ─el rubio fue como su salvavidas para ella en ese momento. Ella asintió hacia James.

─Si, soy bailarina e imparto clases en una academia. ─respondió Natasha. James estaba escuchándola muy atento.

─Bueno, entonces, para ser bailarina, peleas muy bien. ─la elogió y ella se ruborizó un poco. Steve encontró algo tierna la reacción─ Lo digo porque hace unos años yo practicaba Taekwondo.

─¿De verdad? ─Steve no sabía eso de su amigo.

─Si, era para no perder el entrenamiento. Sabes que no me gusta estar en modo sedentario. A demás no lo ibas a saber, con la Universidad y estudiando Leyes, uno desaparece del planeta ─se encogió de hombros.

─Pensé que ibas al gimnasio.

El rubio soltó una pequeña risa y Natasha sintió como su felicidad iba creciendo muy de a poco en su corazón. Con ellos dos ahí, ya no estaba ese aire irrespirable y de incomodidad, al contrario, ambos muchachos querían hacerla sentir bien y de verdad ella se los agradecía mucho.

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