18: Compañero Nuevo

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Disclaimer: MARVEL & Disney no me pertenecen. Este AU si y los personajes que no reconozcan son de mi creación.



Natasha quedó muy pensativa luego del encuentro que tuvo con Alexei hace unos momentos. El tiempo claramente se le estaba viniendo encima. Su corazón de pronto se contrajo al pensar en el final; sin embargo, ella disfrutaría hasta el final su felicidad con Steve, aunque eso signifique perderlo para siempre.

De igual forma, ella estaba convencida que si le explicase a Steve, él entendería... tenía algo de esperanzas. Pero no quería pensar en eso ahora. Iba a esperar a que ese día llegue...

Sus pies la guiaron hasta la academia de Svetlana. De hecho, ni siquiera se había dado cuenta que ya estaba dentro de su despacho esperándola.

—¡Natasha querida! —entró ella dándole un fuerte abrazo a Natasha—, que lástima que tenga que aceptar tu renuncia. Estoy muy triste de verdad.

—Lo lamento tanto... —se disculpó ella—, prometo venir a visitarte.

—No lo lamentes ¡es tu sueño hecho realidad! —la animaba ella—, por cierto ¿harás la celebración el viernes no? llevaré algunos bocadillos y un ponche que me queda espectacular.

—Si claro. Haremos algo ese día. Ya coordiné con Steve —mencionó menos triste—, te espero ese día entonces.

—La verdad estoy ansiosa por conocer a tu chico —mencionó la rubia sin quitar los ojos de los papeles que le había traído Natasha—, debe ser un hombre encantador —dijo pícara.

—Pues lo es... —la pelirroja se ruborizó un poco ante ese comentario, ya que nuevamente los recuerdos de esta mañana atacaron sus pensamientos—, diría que es el hombre de mi vida. No lo cambiaría por nada del mundo.

—¡Que bellos son! —aplaudió emocionada—, me invitarás a la boda ¿verdad?

—Aún no planeamos casarnos...pero quien sabe. Las vueltas de la vida son sorprendentes a veces —Natasha se oía un poco melancólica, pero Svetlana no percibió eso.

—Estoy más que segura que tu novio querrá casarse contigo ¿no han planeado tampoco hijos? —Natasha negó—, bueno, los entiendo. Son muy jóvenes y llenos de sueños. Aún no los tengan —suspiró finalmente acomodando la documentación—, bueno querida, todos los papeles están bien. Lo que quedó de tus vacaciones te lo depositaré durante el día ¿te parece?

—Me parece bien Lana —respondió Natasha—, fue un gusto trabajar contigo. Muchas gracias por darme la oportunidad de enseñar lo que me gusta —se levantó de su silla, donde le tendió la mano a su ex jefa ahora.

—No tienes nada de qué agradecerme. Sabes que eres buena. Y como te lo he dicho. Eres mi mejor maestra que ha pasado por acá —la volvió a elogiar—, y por cualquier cosa, las puertas de mi academia estarán siempre abiertas para tí cariño.

—Eres muy amable, te lo agradezco de verdad.

Salieron juntas del despacho, y al salir, notó que las alumnas le tenían preparado algo especial, junto a las demás profesoras y compañeras de trabajo que tenía acá.

—Miss Romanoff —dijo una de las pequeñas—, le hemos traído este ramo de flores —ella se acercó a la niña y le hizo entrega del ramillete—, le deseamos lo mejor y que no se olvide de nosotras.

Todos en la sala de ensayo comenzaron a aplaudir y Natasha no pudo aguantar su alegría, donde pronto comenzaban a brotar lágrimas por sus ojos. Svetlana le dio un caluroso abrazo para consolarla un poco.

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