32: A pesar de todo.

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Disclaimer: MARVEL & Disney no me pertenecen.

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En el capítulo anterior...

―El trabajo es el trabajo. ―suspiró y miró su reloj― Me iré a casa. Necesito descansar. ―dijo Sveta― Estaré vigilando a Natalia y si necesito ayuda, te llamaré.

―Si fuera tú, ya le hubiese roto la mandíbula a esa chiquilla, Sveta ―dijo Yelena enojada.

―Sabes que mis métodos de espionaje son así. Yo vigilo, gestiono y tú haces el trabajo sucio. Tengo la confianza de Natasha, así que averiguaré más sobre sus amigos. Quizás quieres ir a hacerle alguna visita...

―Me encantaría... porque me aburre esperar.

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Apartamento de María Hill, 22:00 pm.

Natasha volvió al apartamento de María. Ya era tarde ella y aún no llegaba. Lo más probable era que Fury la había dejado preparando al equipo táctico en conjunto con Tony Stark para finalmente, meter a todos los de la KGB a la cárcel.

Se sacó la ropa tirándola al suelo y se dio una ducha. Necesitaba relajarse un poco con tanta tensión en el aire.

La conversación con Steve aún la sentía a flor de piel. Seguía amándolo y como nunca antes. No quería dejarlo y por lo visto, él tampoco quería dejar ir a Natasha. Ella comprendía que él no quería escucharla. Steve estaba en todo su derecho de mandarla a la mierda por tal mentira.

Lo que no podía comprender, era lo de su supuesta "no relación" con Sharon. Era claro que la muchacha quería hacerle daño a ella quitándole a Steve. Pero ahora se daba cuenta de lo mal que estaba mentalmente.

No comprendía el odio que tenía hacia ella. Pero ahora estaba segura de las intenciones que Sharon tenía con Steve: lucharía para no perderlo. Ese era ahora, su mayor objetivo.

―¡Estoy agotada! ―María por fin había llegado. Tiró las llaves encima de la mesa que tenía en la entrada y se tumbó directo en su cama. Natasha justo había salido del baño.

―Te tiene trabajando duro ¿no? ―sonrió― Ve a darte una ducha y relájate.

―Si que lo necesito. ―respondió aún de boca a la cama― ¿Podrían despertarme hasta que todo esto se termine? ―Natasha se sentó a su lado.

―Todo terminará...falta muy poco... ―María se incorporó y notó algo de tristeza en sus palabras.

―Natasha... ―suspiró― Tranquila. Sé que intentas estar firme con todo esto. Y deberías enseñarme a cómo mantenerte así.

―Ni yo sé cómo lo hago. ―rio― Anda ve a ducharte. ―se levantó y se dirigió a la cocina para sacar algo de jugo.

―Si, ya voy.

Natasha se puso el pijama y se tumbó ahora en la cama de María. Encendió la televisión para distraerse un momento. Realmente no había nada de interesante que ver, así que tomó su teléfono y justo le había llegado un mensaje.

«Me dio mucho gusto verte hoy... descansa, Nat»

El remitente era Steve. No estaba segura de responderle. Aún no recuperaba toda la confianza en él.

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