30: Convencimiento

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Disclaimer: MARVEL & Disney no me pertenecen.

Notas de la autora: Muchas gracias por sus votos :)

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En el capítulo anterior...

—Déjame solo, Sharon. Necesito pensar.

La rubia no podía creer que Steve la había rechazado por un simple beso. Tomó su cartera y se dirigió hacia la puerta.

—Entiendo que estés confundido Steve. Pero yo lo único que quiero es que olvides a esa mujer. —él la miró desde el sofá— Y yo soy la única que puede hacer eso por ti, porque te amo.

Entonces ella salió del apartamento, dejando a Steve Rogers más que confundido.

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Apartamento de Steve Rogers. 21:30 pm.

Steve seguía pensando en lo de esta tarde con Sharon. Aún no se le quitaba de la cabeza aquel beso que ella le había dado. Ella no tenía la culpa de nada. Sólo quería hacerlo sentir mejor, según él. Pero el rubio tenía un torbellino de emociones que no sabía bien por dónde comenzar para ordenarlas.

Abrió la nevera para sacar algo de comida. No tenía nada preparado, así que decidió hacerse un sándwich de mantequilla de maní.

«¡Pero ella te abandonó!»

Las frases que Sharon le había mencionado seguían repitiéndose en su mente. Y es que si lo pensaba fríamente tenía razón: Natasha lo había abandonado. Tan sólo había dejado una carta de despedida...

«¿No recuerdas que además te engañó y mintió sobre su vida?»

Aún no podía creer aquel engaño por parte de ella. Podría haber aguantado cualquier otra cosa, pero ella era prácticamente otra persona. Estaba huyendo de su verdadera vida, la cual era ser una asesina...

«¡Está casada con otro hombre, Steve, reacciona!»

Steve casi se cortó un dedo, ya que estaba partiendo en dos su emparedado. Demonios cómo dolía aquella verdad: Natasha estaba casada con otro hombre...y jamás se lo dijo.

Tomó el platillo con la merienda y se fue a sentar al sofá. Dejó la televisión encendida, pero realmente no estaba viendo nada en particular. Le dio una mordida a su sándwich y comenzó a masticar. Estaba tan tenso, que ni siquiera podía generar la suficiente saliva en su boca para poder tragar. Lo dejó a un lado y tomó su teléfono, donde nuevamente estaba el contacto de Natasha.

No sabía realmente qué hacer. Tampoco sabía si James le iba a responder, ya que él también estaba enfadado con él. Su corazón sentía un vacío y un dolor al mismo tiempo. No sabía bien cómo describir el sentimiento. Lo único que sabía era que se sentía fatal.

De igual manera, Steve le envió un mensaje a su amigo. Necesitaba aclarar sus pensamientos de una vez por todas y solo jamás lo haría. Ahora era de esperar que él respondiese al menos... tenía la esperanza de que lo haría.

Se dirigió a su habitación donde estaban sólo sus cosas. Extrañaba el olor a rosas, ya que Natasha olía siempre a ese aroma. Ahora tenía que conformarse con su soledad.

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