13: Nuevos Comienzos

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Disclaimer: Los personajes de MARVEL & Disney© no me pertenecen. La historia si es creación mía.

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Natasha despertaba poco a poco, gracias a los pequeños rayos de sol que entraban por la ventana. Se incorporó somnolienta, tallando sus ojos para poder ver mejor la hora en su teléfono. Y claro, eran pasadas las ocho de la mañana. Ya no había llegado a la oficina. No le importaba si le descontaban el día o algo por el estilo. Además, le había avisado a María Hill vía mensaje que no asistiría porque se sentía indispuesta, cosas de mujeres.

Aquel sueño, no era sólo un sueño. Fue realmente lo que pasó el día de ayer. Generalmente, la mente guarda ciertos residuos y recuerdos, mostrándolos sin más, casi al momento de despertar. Y no era para menos, volver a hacer el trabajo sucio que había abandonado hace diez años, era prácticamente un retroceso en su vida actual.

Aún no podía creer que Alexei estaba con vida. Era impensable. Aquella explosión había sido un infierno. El hombre no alcanzó a contarle todo. Quizás en otra ocasión pueda preguntarle más detalles de cómo pudo sobrevivir...y quien está ayudándolo.

De lo que sí estaba segura, era que su alma estaba en paz. Finalmente, ella no cometió el asesinato. Sus números en rojo no habían aumentado y eso, la dejaba tranquila. Luego, recordó lo que Alexei le había comentado de ayudarla en sus misiones. De verdad no quería molestarlo con algo así. Estaba dudosa. Pero él, era la única esperanza que tenía, para poder seguir con el plan adelante...no tenía otra alternativa.

Sintió unos cálidos brazos rodearla por la cintura y unos tiernos besos en su cuello. Realmente era un sueño poder amanecer con él todos los días.

—Buenos días... —dijo él, a lo que la pelirroja giró un poco su cabeza, para besarlo tiernamente en su mejilla—, ¿dormiste bien?

—Si, a pesar que no cenamos anoche —suspiró agotada—, ahora si tengo mucha hambre.

—Yo haré el desayuno. Mientras podrías darte una ducha...

—¿No tenías que ir temprano a la tienda? —ella se levantó de la cama, dirigiéndose hacia el armario, donde sacó un par de toallas.

—¿Y tú no tenías que ir a trabajar hoy? —respondió con una pregunta. La muchacha no respondió y por primera vez en años, sintió nervios. Natasha sabía que el tono de voz de Steve no era de enfado, pero claramente, le iba a parecer raro que hoy no fuese a trabajar, ya que es día laboral.

—Si, pero recuerda que tuve un viaje de negocios el fin de semana, Steve —volteó para verlo—, tienen que compensarme los días que no descansé.

A Steve le hacía sentido. No podían hacer trabajar a Natasha si se había ido casi todo el fin de semana de viaje.

—Cierto, que tonto soy —el muchacho se acercó a ella, dándole un abrazo apretado, de esos que dejan a uno sin aire. A Natasha le gustaba mucho esos abrazos de oso que él le daba. Lo encontraba realmente tierno—, entonces, como será nuestro día libre, tomaremos desayuno y nos iremos a pasear en motocicleta ¿te parece?

Había olvidado que Steve se había comprado una motocicleta. Y la idea le parecía genial. Al parecer, el turismo la estaba persiguiendo y tenía que aprovechar.

—Me daré una ducha de cinco minutos —le robó un beso, para dirigirse al cuarto de baño y vuelve a decir algo antes de cerrar la puerta—, pero... creo que podríamos ahorrar tiempo, si te duchas conmigo...

No había necesidad de explicarlo. Esos dos se amaban demasiado.

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