15: Nada es para siempre

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Disclaimer: MARVEL & Disney no me pertenecen. Esta historia claro que sí.

Notas de la autora: Creo que hoy no tengo. Pasen de largo a leer su teleserie favorita.

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Los días habían pasado muy tranquilamente. Al parecer, ya no habían vuelto a contactar a Natasha para aquellos trabajos, pero, aun así, ella permanecía en alerta. No sabía en qué momento de su vida, esta noticia explotaría, y la poca felicidad que le quedaba, se iría a la basura. Quería disfrutar al máximo su relación con Steve.

Todas las noches, Natasha sufría de constantes pesadillas que no la dejaban dormir. Claramente, el estrés le estaba jugando una mala pasada. Debía ser fuerte, una vez más. Esta sería la última vez...

Otro tema, era que no había vuelto a ver a Alexei y eso, era muy extraño ¿estaría planeando algo? ¿se habrá escondido en algún lugar después de aquella misión? ¿lo habrían atrapado? La pelirroja no paraba de pensar en teorías; pero ya no había caso darle vueltas al asunto. Si no la contactaron más, quiere decir que sólo era ese trabajo y nada más...sólo eso...

—Nat, ¿estás bien? —una voz masculina la sacó de su trance.

—Lo siento —se disculpó. Detuvo su acción de picar las verduras faltantes—, no, no pasa nada. Debe ser que el trabajo me tiene pensativa. Han pasado muchas cosas y está de locos.

—Imagino que sí —dijo—, pero no hagas del trabajo una preocupación personal. Sabes que es malo...además es fin de semana. Tu deber es relajarte.

—Si, lo sé bien...—suspiró—, bueno no importa. Tienes razón, no debo darle muchas vueltas —le devolvió una sonrisa, para luego seguir picando aquellas zanahorias—, ¿irás al taller hoy?

—¿Quieres acompañarme? —preguntó él—, debo ordenar unas cosas y necesitaré algo de ayuda, sobre todo la tuya —Steve se dio vuelta hacia la cocina, donde tiró las papas picadas a la olla.

—Claro, ¿necesitas decorar algunas cosas? —ahora ella tiraba las zanahorias a la olla.

—Así es, y tú eres buena en eso. Yo soy un desastre —se burló de sí mismo y la pelirroja soltó una pequeña carcajada ante eso.

—Te acompaño entonces. Iríamos después de almuerzo —miró su reloj—, ¿Steve sacaste la carne de la nevera?

—¡Diablos! Lo olvidé...

—Almorzaremos pizza —suspiró quitando un mechón pelirrojo de su rostro. Se dirigió hacia la habitación para tomar sus cosas.

—Lo lamento Nat —volvió a disculparse el rubio con ella—, te juro que lo tenía en mente, es que estaba pensando en otra cosa...

—Y la distraída aquí soy yo ¿eh? —Natasha se burlaba de él ahora— Supongo que hoy sábado, el destino quiere que comamos fuera o comprar comida preparada.

—Bueno... —se quitó el delantal de cocina, dejándolo sobre la mesa—, vayamos entonces...

—Cómo fue tu culpa arruinar el almuerzo de hoy, Steven Grant Rogers... —Natasha comenzó con sus condiciones. Algo normal en ella—decidiré qué tipo de pizza comeremos...

—Espero que no una hawaiana...

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A pesar de ser domingo, James Barnes se encontraba en su habitación, estudiando el caso con el que trabajaba con Wanda. Se trataba de un tema bastante complicado, según leía la documentación.

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