Peligro Parte 2

360 29 87
                                    

La emoción de Laura4641 me ha contagiado para este capítulo.

Nada importante que comunicarles hoy :3

Este capítulo sucederá dos semanas después de la primera parte y el narrador será Alexander, Magnus y Rapha.

Posdata: Llamaré al Alec que conocemos Alexander y el Alec de Thule será solo Alec para no generar confusión.

Disfruten ;)

•°•

—¿Tienes que ir hoy al Instituto, papi? —preguntó Max pegando su cara a la pierna de Alec, negándose a dejarlo ir.

—Sabes que si, Maxie.

—No quiero que vayas —susurró viendo hacia arriba. Ojos azules mirándose fijamente, unos cristalizados y otros sorprendidos.

—Hey, bebé —se agachó hasta llegar a su altura. Max lo abrazó y enterró la cara en su cuello —, ¿Qué pasa?

—Es que... —el labio del niño tembló —tuve un sueño en el que tú no estabas, papi. No quiero que eso pase.

El pelinegro no supo como consolarlo. No podía decirle que siempre estaría con él porque sería mentira, pero tampoco podía dejarlo así.

—Mira —comenzó —. Hoy llegaré a casa temprano, ¿si? Y estaré todo el día jugando contigo y con tu hermano. Luego comeremos mucha, mucha pizza y te leeré todos los cuentos que quieras.

—¿Todos los que quiera? —preguntó saliendo de su escondite en el cuello de Alec.

—Todos los que quieras —asintió sonriendo.

—Bien —se separó de Alec cruzando sus bracitos —, te esperaré temprano, papi.

—¡Alexander! ¡Vas tarde! —gritó Magnus desde la cocina. Alec se paró con su hijo en sus brazos.

Llegó hasta la cocina, donde había un Magnus invocando panqueques para el desayuno de los niños. Alec lo regañó con la mirada.

—¿Qué? —preguntó el brujo encogiéndose de hombros —. No había harina.

—Como sea —rodó los dejando a Max sobre la encimera. Se acercó a Magnus y se puso de puntillas para dejar un beso sobre su nariz —Trata de consentir a los niños hoy, por favor. Max está algo triste.

—Los llevaré en un portal con Tavvy.

—No, hoy no. Llegaré temprano y le prometí pasar el día con él y Rapha.

—¿Entonces el cónsul estará desocupado hoy?

—Si, algo —asintió.

—¿Entonces acostarémos a los niños temprano?

El ojiazul asintió con la cabeza.

—¿Entonces podemos tener sexo hoy? —preguntó como un niño ilusionado. Desde que los niños se empezaron a escabullir a su cama, el sexo se había reducido un poco más.

—No lo digas enfrente de Max —dijo viendo a su hijo que comía un panqueque tranquilamente, sin preocuparse de lo que sus padres hablaban —. Y ya te dije que no lo llames así, di algo más bonito como hacer el amor o yo que sé.

Magnus bufó —Coger, tener sexo, hacer el amor, es lo mismo. Tú de piernas abiertas y yo entre ellas.

Alec se sonrojó furiosamente y puso una mano sobre la boca del brujo, quien reía maliciosamente.

Sopa de letras MalecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora