E -Eterno

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Drama, mucho drama.

Este capítulo fue solicitado por Anabellamedinachavez que pidió drama, así que, espero que sea lo que te imaginabas.

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-¡Cariño! -exclamó Magnus mientras entraba a su pequeño departamento con una gran sonrisa contagiosa -¡Estoy en casa! ¡Y con buenas noticias!

Sin embargo, esa sonrisa se fue al ver en su sala una maleta y a su novio, Alec Lightwood, al lado de ella con la mano en la boca, suponía Magnus. El morderse las uñas siempre fue un indicio de que algo iba mal.

Alec al oír a su novio, dió un brinco en su lugar, asustado, y volteó a verlo con una expresión indiferente, casi fría, que nunca había sido dirigida hacía Magnus.

-Tenemos que hablar.

Magnus supo que no era nada bueno de lo que tendrían que hablar pero aún así se acercó al ojiazul con una postura tensa. El moreno le tomó la mano a su novio, pero éste la quitó y la regresó a su regazo.

No tenía idea de que había pasado para estar en está situación. Ambos estaban bien en la mañana al despertar y cada uno se fue a su respectivo trabajo, así que lo que sea que hubiera sucedido, tuvo que pasar en ese lapso de tiempo.

-¿Qué está mal, cariño? ¿Sucedió algo en tu trabajo? -preguntó Magnus con un ceño preocupado. Alec trabajaba dando clases particulares para aprender francés y a veces, cuidaba a los hijos menores de la familia Blackthorn, que eran sus vecinos, por algo de dinero. Magnus trabajaba como pasante a ser asistente de un reconocido diseñador de moda. Tenían que trabajar todo lo posible para sacar dinero para pagar la universidad y los gastos de su hogar.

Si, ambos se habían independizado a los 22 años decidiendo irse a vivir a un departamento juntos. Habían pasado por varías situaciones financieras críticas pero nada que no pudiera arreglarse. Ya tenían un año viviendo juntos y nunca hubo un problema tan grave como para que Alec hiciera sus maletas.

La buena noticia que te tenía Magnus, era que por fin había logrado ascender a su puesto oficial como asistente de Gabriel (Su jefe), por lo que aportaría más dinero a la casa y Alec ya no necesitaría dar tantas clases de francés y descansar un poco más.

Con la noticia del ascenso de Magnus, quiso celebrarlo llevando a su novio a cenar a un restaurante y darle el anillo que tanto había batallado por comprar. Sabía que tenía que dejar de comprar su preciado maquillaje (Un gran dolor para Magnus) pero si eso significaba poner un anillo de compromiso en Alec, lo haría con mucho gusto.

-Veras... -empezó Alec -Siento que ya no es lo mismo.

-¿Ya no es lo mismo? -el corazón del mayor latía como loco y su ceño se acentuó más.

-Si, ¿tienes una idea de hace cuánto tiempo que no salimos? ¿O que no tenemos una cita?

-Iba invitarte a algún restaurante hoy, de verdad. Tenía una velada romántica planeada para nosotros.

Alec negó con la cabeza suavemente -No. Esto ya no es lo mismo. Nos vemos una hora en todo el puto día, Magnus. Desde la universidad, los trabajos, todo me está sofocando. Es demasiado.

Magnus tragó saliva sin saber que decir. ¿Alec querría decir, lo que creía que querría decir?

-Quiero terminar contigo, Magnus.

Y esas palabras fueron como un golpe de demolición para el moreno. No, ellos se amaban. El amaba a Alec. No podía dejarlo.

-N-no, hay otras formas, cariño, ¿si? Puedes dejar de trabajar unas horas para que descanses, eso era lo que te tenía que contar, que ya no...

Sopa de letras MalecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora