Instantáneas II

410 47 36
                                    

Hola, hola. Como noté que los pequeños micro relatos del anterior capitulo les gustaron, decidí hacer otro con más ideas que no dan mucho para un capítulo, peeero que sé que les gustaran.

Sé que ha pasado un montón desde que me pasé por aquí, pero en realidad tengo una muy buena justificación. Empezaron los exámenes finales y aparte presenté mi examen de admisión a la universidad y, aunque tal vez para ustedes no sea importante, terminé la preparatoria y en unos meses empezaré con la carrera de medicina.

Probablemente estén diciendo "wtf, y a mi qué me importa lo que le pase a esta random". Sigo MUY eufórica y emocionada y suelo ser un poco intensa, perdón JKJAJA.

Disfruten


S

La pareja Lightwood Bane paseaba por las ruidosas calles de New York con las manos entrelazadas en un cómodo silencio. Magnus sostenía una canasta y Alec una manta.

Llegaron al Central Park, yendo directo a buscar un árbol con una buena sombra en la cual descansar hasta que anocheciera. Desdoblaron la manta para poner toda la comida que trajeron y disfrutar del día.

Amaban a sus hijos, pero un día con solo ellos dos era necesario de vez en cuando.

Así comieron tranquilamente, Magnus hablando de chismes del Submundo mientras Alec lo alimentaba y a él mismo. Fue una bonita vista para los que pasaran por el lugar.

—Esa nube tiene forma de panda —comentó Magnus señalando una nube en particular.

—Yo lo veo como una nube normal y corriente —respondió Alec masticando una galleta.

—Cariño, no arruines el momento, ¿quieres? —Magnus suspiró —. Ahora te toca a ti buscar una nube en forma de algo.

Ay.

Alec miraba todas las nubes con pánico y no lograba encontrarle ningún sentido ni forma. Nada.

—Amm. Esa nube tiene forma de... nube.

—Creo que puedes hacerlo mejor.

—Ehh, la nube de por allá parece un algodón de azúcar.

—Vamos, puedes hacerlo aún mejor.

El problema es que no podía hacerlo mejor porque las nubes no tenían formas, solo eran gotitas de hielo.

—¡Uh! Esa nube tiene forma de corazón—mintió descaradamente el ojiazul. Rogó para que Magnus no lo contradijera.

—Eres un mentiroso, pero como mientes para complacerme, te lo perdono —dijo el brujo apretando una mejilla de Alec con adoración. Sus ojos con glamour transmitían perfectamente el amor que sentía por el hombre junto a el.

—Es que no sé cómo puedes ver a un panda en las nubes. Yo no puedo hacerlo.

—Es por un pequeño secreto que no puedo decirte. Lo siento. —Magnus se encogió de hombros.

—Andaaa, dime tu secreto.

—Si insistes —aceptó. Con su dedo índice llamó a Alec para acercar su cara a el. Rápido y ágil, Magnus plantó un beso en el pómulo pálido de su esposo.

Sopa de letras MalecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora