Ñ - PequeÑa

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No conseguí ninguna palabra con la letra Ñ, la verdad.

¿Les he dicho que me divierto mucho leyendo sus comentarios? Por favor no dejen de hacerlo, los amo

Bien, esto será como una segunda parte (pero de hecho no lo es porque no se le dará continuidad al capítulo anterior) de Nada. Digamos que es un, ¿Qué hubiera pasado si...?

Disfruten

•°•
Ya
-Tengo que ir por la licencia de embarazo al despacho -suspiró Alec. Se graduó como abogado, y no es por presumir, pero era el mejor en lo que hacía.

-Iré a dejarte -le contestó Magnus. No tendría trabajo hoy, así que podía perfectamente ir a dejar a su esposo al trabajo.

-Preferiría que no. Encargué un postre en esta pastelería que se abrió hace poco, está en dirección contraria al despacho, y sabes lo mucho que odio conducir. ¿Podrías, por favor, ir por él en lo que llego a casa? -preguntó con un puchero.

De pronto, un mal instinto se apoderó de Magnus. Fue como si alguien hubiera susurrado en el oído que no lo dejara ir así de fácil. Frunció el ceño y se acercó a Alec para besar su puchero

-¿Qué tal si vamos primero por tu postre, te lo comes en el camino, y después al despacho? Yo conduzco, no te preocupes por eso.

—Pero...

—Por favor —por alguna razón, se sentía desesperado porque no fuera sin él.

Alec le dió una pequeña sonrisa -De acuerdo, señor controlador, lo haremos a tu manera.

Así como el mal instinto se apoderó él, una oleada de alivio también lo hizo. Abrazó a Alec y lo besó.

El omega soltó un grito ahogado por la impresión del beso, pero aún así rodeó al alpha con sus brazos y besarlo con la misma intensidad que era besado. Hace dos meses, ese beso pudo terminar en la cama, ya que fue el periodo que no podía dejar de poner sus manos sobre Magnus. Aún no podía de dejar de calentarse cada vez que su esposo lo besaba así, pero ya se controlaba un poquito más.

Cuando se separaron por falta de aire, Alec sonrió -¿Y eso? -dijo acariciando las mejillas del moreno.

-Simplemente quise besar a mi omega embarazado, ¿hay algún problema con eso?

-No, ninguno -rió y se separó de Magnus, dirigiéndose a la sala y tomar las llaves de su camioneta -Anda, se me hará tarde.

°•°

Iban conduciendo al trabajo de Alec. Ambos iban comiendo del postre que habían comprado y tarareaban una canción.

-Hay algo de tráfico... -murmuró Alec viendo los autos frente a él conduciendo lentamente -. Ahg, llegaré tarde para ver a Jia.

-Estoy segura que ella puede entender que no fue tu culpa -puso su mano sobre la rodilla del ojiazul y apretándola.

-Si, supongo que lo entenderá.

Estuvieron varios minutos esperando en el tráfico hasta que llegaron al epicentro de este. Alguien chocó a un carro y al parecer, ese carro chocó a otro por el impacto. Ya estaban las ambulancias atendiendo a los heridos.

-Que horrible -dijo Alec mirando a los tres autos destrozados -. ¿Te imaginas si me hubiera ido yo solo? A lo mejor habría visto el choque, quien sabe -se encogió de hombros.

Magnus se imaginó esa situación. Tal vez Alec hubiera visto el choque, o tal vez Alec hubiera estado en una ambulancia con dirección al hospital, y él en su departamento sin saber nada. Negó con la cabeza, su omega y su cachorro estaban sanos y salvos, junto a él. No quiere ponerse a pensar en los tal vez.

Sopa de letras MalecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora