CAPÍTULO I: SUEÑOS ANTES DE LA TORMENTA

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"Un lector vive mil vidas antes de morir ... Aquel que nunca lee, vive solo una"

Danza de Dragones

George R.R. Martin

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La alarma sonó otra vez. Se le hacía tarde para ir a la universidad.

Escucho el ajetreo de su abuela en la cocina, Hannah nunca podía descansar hasta tarde, debido a los dolores que le causaba la enfermedad.

Tenía que darse prisa, así que se dirigió al baño para tomar una ducha rápida. Ya para esa hora se había acabado el agua caliente, pero Louis ya se había resignado a ducharse con el agua fría a cambio de unos minutos más de sueño, además tampoco le afectaba tanto, él era un alfa y era cálido por naturaleza.

Se vistió rápidamente a pesar del frio, tomo su bolso, los libros y la billetera. Era tarde, así que salió corriendo.

Hannah tarareaba la misma canción de siempre.

—Buenos días Han —Saludo enseñando su mejor sonrisa. —¿Qué haces levantada tan temprano? —La mujer mayor no volteo a responderle —¡Abuela!

Louis resopló rendido, siempre era lo mismo, el médico ya les había dicho, que la omega no debía hacer esfuerzos y tenía que guardar reposo obligatorio. Esa caída, donde se había fisurado el hueso de la cadera, debido a una enfermedad degenerativa de sus huesos, la había dejado muy debilitada.

—Hannah por favor. —Insistió —Debes descansar si quieres mejorar. El medico nos lo dejo muy claro.

Louis en verdad estaba preocupado, aquello era grave. La beta lo miro a la cara por fin.

—Cariño, deja de preocuparte tanto por mí. —Pidió —Solo quería un poco de té, estaba helando en la mañana. —Louis suspiró. —Anda, ven acá. Te hice el desayuno —Llamó a su nieto, y acomodo un plato de huevos revueltos en la mesa, con un vaso de jugo y una tostada. Le acaricio el cabello en el proceso.

—Voy tarde hoy. —Se disculpo el joven —Y no, no me preocupo tanto, es solo que debes descansar, tu cadera no está restablecida del todo. —Dijo tomando un poco de jugo, y llevándose la tostada a la boca.

Hannah se encogió de hombros. Es lo que es.

—Está bien, pero come algo después. —Le dijo regalándole una sonrisa maternal.

—Tratare de estar hoy a las ocho. —Prometió Louis.

Le dio un beso a su abuela y salió a paso firme por la puerta.

[...]

Comenzó a correr a la entrada de la universidad, hoy tenía clases con un licenciado de Negocios internacionales, el cual era un dolor en el culo, figurativamente hablando, claro.

Camino apresuradamente por el pasillo, chocando con algunos estudiantes que estaban en la misma situación, tratando de espabilarse antes de entrar a clases. Seguramente después de una borrachera tremenda, en alguna fiesta de anoche.

Louis los miro con envidia, no por lo que hacían, sino porque él deseaba tener el tiempo que disponían y las oportunidades, por no haber nacido en una cuna de ricos, y tener que buscar apañárselas para mantenerse y poder llegar a fin de mes.

El castaño tenía que aprovechar y racionar cada minuto de su tiempo, debía aprovechar su beca en la universidad, y además trabajar por las tardes para sacar adelante a su abuela Hannah, quien era lo único que le quedaba. Ya que sus padres habían fallecido en un accidente de tránsito.

AURORA (L.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora