CAPITULO XXVIV: MONEY POWER GLORY

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Dices que quieres ir a una tierra lejana.
¿Cómo se supone que vamos a ir allí con la forma en que vivimos ahora?
Hablas mucho sobre Dios.
Y yo quiero dinero, poder y gloria.

Money Power Glory

Lana del Rey

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Louis

—Necesitamos barcos. —Acepto Louis —Bien, los Amos tienen barcos

—¿Quieres galeras de paseo? —El capitán le pregunto incrédulo. —¿Planeas sacar a tu Principito de paseo al mar del Ocaso?

Louis no se acobardo.

—Debemos tomar los navíos de Ebora e Yndis. —Repitió firme su consigna.

—Así que tú plan es ganarte más enemigos. —Hector sonrió. —Vaya estamos perdiendo el tiempo aquí entonces.

—¿Tienes otra sugerencia? Soy todo oídos. —El menor contesto sarcástico.

Es joven, pensó Héctor. Por eso subestima el poder de las Ciudades Antiguas.

—Vaya humor príncipe. —Hizo un mohín. —Pues si tengo un plan y tú... —Señalo —Tienes el oro de Spartha. Hay ciertos... comerciantes que podrían aceptar trasladarte a dónde quieres ir. —Habló cauteloso.

—Quieres decir piratas.

Louis ya hablaba con el alfa como si fueran viejos amigos que se llevaban mal. Sin temor ni reparos para hacerlo disgustar.

—Son hombres que se dedican al comercio. —Corrigió.

—Son esclavistas también. —Siseó el castaño.

—No puedes liberar a todos. —Héctor alzo la voz irritado. Empezaba a impacientarse con esa diatriba del muchachito, de querer salvar a los inocentes. Nadie era inocente en ese mundo, tal vez los bebes, pero ya ni siquiera estaba seguro de eso. —No es posible muchacho, irán tras de ti y detrás de tu gente. ¿No deberían ser ellos primero?

Louis frunció el ceño molesto ante el ataque personal, iba a responderle, pero Troye se adelantó.

—Tiene razón Louis. No podemos saquear toda el Mar Prohibido y luego escapar como sin nada.

—Creí que estábamos en la misma página. —Miro a su tío.

—Podemos ayudar a esa gente si tenemos poder económico y tierras. —El alfa quiso aplacar su tenacidad. El menor recién había salido de un celo y sus emociones estaban revolucionadas, propensas a la irritación con facilidad. —Sino no tenemos nada.

—No podemos solo adelantarnos e irnos. —Siseo disgustado con el ambiente en la habitación donde otros cuatro alfas pretendían tomar decisiones por sobre él.

—¿No le deberías consultar al príncipe también? —Pregunto el capitán.

El principito no era tan incongruente como el ojiazul y eso que era aún más joven. Es un omega pensó Héctor, por eso es más sensato.

—Harry no... —Quiso decir, pero antes de que pudiera terminar de hablar el omega hizo acto de presencia.

—Disculpen la tardanza mis lords. —Se disculpó. —No me sentía bien en la mañana.

Harry tomo asiento junto a Louis y pudo sentir el ligero tinte del enojo en su aroma.

—Pueden continuar. —Sugirió extrañado por su irritación.

AURORA (L.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora