Al día siguiente, Noli había pedido el día libre con el pretexto de ir de compras con Lena, lo cual no era del todo una mentira. Pero antes tenía que conseguir el dinero.
Se encontró con Marcus y juntos fueron al callejón para llegar a los túneles. Con un movimiento de los brazos Marcus encendió las lámparas puestas a lo largo de todo el camino sobre los muros, Noli sentía que no alumbraban lo suficiente.
El príncipe aún no llegaba.
-Nol, creo que deberíamos entrenar esta semana -dijo mientras jugaba con el cristal de roca que llevaba alrededor del cuello. Todos los iluminadores usaban uno, ayudaba a guardar una parte grande de su poder para usarlo en otro momento.
-¿Y porqué ese repentino interés en entrenar? -inquirió.
Lo hacían muy rara vez desde sus peleas en la mansión, Marcus había dicho que ya no hacía falta.
-Vamos a hacerla de ladrones, hay que estar en forma por si acaso, ¿no? -desvío la mirada al decirlo.
-Ajá, ¿quién irá? -se cruzó de brazos.
-Nadie importante, los de siempre, ya sabes... personas importantes, personas a las que les encantan estas celebraciones... y bueno, también irá Rona -dijo rascándose la nuca.
Marcus tenía varias una larga fila de chicas con las que se liaba con la intención de conseguir cosas, pero en la mayoría de los casos les coqueteaba primero. Con todas se trataba de algo exclusivamente pasajero, pero Rona era la excepción. No eran una pareja precisamente, pero pasaban tiempo juntos y en privado cada que tenían la oportunidad. Y claro, a Marcus le encantaba usar su cuerpo especialmente con ella.
-Si eso me da la oportunidad de demostrarte personalmente lo que pasa cuando me avientas al cuadrilátero, hecho, entrenemos -le contestó.
Él la miró con diversión un momento y, antes de que pudiera responder, emergió el príncipe Lukas desde las sombras.
-Creo que me gustaría ver eso -le dijo a Noli con un toque de simpatía en su voz.
El príncipe se pasó la mano por su pelo claro y caminó alrededor de ella. Su aspecto era el mismo que ayer solo que con ropas de diferente color. Noli pensó que no se sabía vestir y se preguntó si estaba consciente de que su apariencia no hacía más que hacer énfasis sobre los rumores.
-¿Estabas ahí desde el principio? -le dijo con el seño fruncido.
No le gustaba que espiaran sus conversaciones.
-Tal vez -se acercó a ella hasta estar a pocos centímetros de su cara y le entregó un sobre blanco de un papel muy fino.
No se apartó hasta que Noli lo abrió y vio el dinero.
-No creas que por ser un príncipe puedes aparecer cuando quieras y espiar a los demás. Tal vez lo hagas en tu castillo, pero aquí en la realidad las cosas son diferentes -aunque lo dijo en un tono tranquilo, pensó un momento si desafiar a la autoridad no la metería en problemas.
-No importa donde esté, eso no me quita quien soy y lo que puedo hacer. No lo olvides -se alejó de ella y se dirigió hacia Marcus para hablar en privado.
Le hubiera gustado discutir más con él, aunque le gustaría más golpearlo por hablarle con ese tono tan arrogante. Mientras ellos seguían hablando en voz baja, se dispuso a contar el dinero. Tenía lo suficiente para comprar lo que iba a necesitar por el momento.
Ambos chicos se voltearon y Lukas fue el que habló.
-Nos reuniremos algunos días de la siguiente semana antes de que partan al Centro. No olviden nada -volteó la mirada hacia Noli-. Espero que puedas quitarle esa sonrisa a golpes -movió la cabeza en dirección a Marcus y Noli sonrió un poco-, feliz entrenamiento -guardó silencio un momento y después caminó directamente hacia ella-. Vamos, te enseñaré a usar los túneles. No creerás que tú sola podrás aprenderlo todo.
No esperaba tener a alguien que la guiara y eso tomó por sorpresa a Noli, pero la seriedad en su rostro no cambió. Así que sabe cómo ser un idiota y moverse bajo la ciudad, interesante.
Se giró para despedirse de Marcus antes de comenzar su exploración.
-No te parece tan mimado ahora, ¿verdad? -le dijo Marcus en un tono tan bajo para que Lukas no lo oyera.
-Cállate -le dio un codazo amistoso y se fue tras el príncipe.
-Una cosa más -dijo Lukas-, Marcus, ¿podrías encender los demás? -hizo una seña hacia los faroles.
Marcus aplaudió y la luz comenzó a esparcirse por los muros, como si revotara.
Después de caminar unos minutos por un sendero recto, Lukas rompió el silencio.
-Saca tu mapa, te indicaré el punto en el que estamos y tú nos guiarás hacia la salida más próxima a tu casa.
A Noli no le gustaba que le dijeran qué hacer, pero en ese momento no tenía más remedio que atender a sus indicaciones.
-Pareces muy confiado, ¿qué pasa si me equivoco y nos perdemos? -preguntó e intentó ver los puntos de salida con la escasa luz.
-Vienes conmigo, no hay manera de que nos perdamos -dijo sin voltear a verla.
Noli los condujo por distintos pasillos formados por rocas que parecían todas iguales, razón por la cual tuvieron que regresar en dos ocasiones por ir en el camino equivocado. Tenía que reconocer la paciencia de Lukas para eso, pues no le reprochó nada cuando giraban donde no debían, aunque le hablara con una expresión muy seria. Después de unos momentos de profundo silencio, Noli pensó que si habrían de trabajar juntos al menos podría aprovechar el tiempo para conocerlo un poco pues la verdad de los rumores le intrigaba, a pesar de que no esperaba que le contara algo muy preciso.
-¿De verdad tu vida es tan aburrida que no tienes algo más importante qué hacer ahora mismo? -le preguntó.
-Más tarde.
Volvió a intentarlo.
-Así que, ¿tú le enseñaste a Marcus a andar por aquí?
-Lo intenté, pero memorizó mejor los puntos de entrada y salida.
Noli no sabía qué decir sobre eso y se quedaron en silencio otro rato más.
-Entonces -volvió a decir Noli-, ¿estás de acuerdo en que entremos a robarle a tu padre?
-No me queda más remedio que hacerlo y no siento realmente algún resentimiento después de todo lo que ha pasado. Haz tu trabajo, no te incumbe lo demás -le dijo en un tono seco.
A Noli se le comenzaban a formular varias preguntas y, a pesar de sentir el impulso de sacarle más información con la punta de sus cuchillos, reprimió sus ganas así como intentar alargar la conversación.
Casi al término del recorrido, Noli ya tenía un dolor de cabeza por forzar su vista en el mapa y estuvo a punto de rendirse, pero justo a tiempo encontraron la salida y se despidió del príncipe. Antes de irse, él le señaló un punto en el mapa y le dijo que se encontrarían mañana ahí para continuar. Noli esperaba no sentirse perdida.
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Sangre y lágrimas
Fantasy¿Y si el destino de todos ya estuviera escrito? ¿Y si no es una coincidencia conocer gente, experimentar cosas, ni tener "accidentes"? Había una vez, en una isla donde los más acaudalados no poseen ningún don sobrenatural y los débiles estallan de p...