Los preparativos para la boda comenzaron y Noli simplemente dejó que los demás se encargaran de todas las cosas por ella, dejó que decidieran. A pesar de las opiniones y opciones sobre lo que creían que era ideal para incluir en la ceremonia, ella no los contrariaba ni expresaba lo horrendo que le parecía todo. Se limitó a darles la razón, a responderles lo que querían oír, para que no sospecharan de sus intenciones por querer lanzar todo a la mierda.
Se mantuvo serena ahora que Lukas le había podido informar que el siguiente paso se efectuaría pronto, afirmándole que su pago por hacer esto ya la estaba esperando.
Su casa ahora estaba más poblada, con más ruido, con las mujeres de la familia que nadaban entre gustos y opciones para Noli. Ella solo pensaba en otras cosas y buscaba la manera de irse, de meterse en su habitación y afilar sus armas.
Su padre estaba charlando con su tio cuando se levantó a abrir la puerta y se hizo el silencio cuando todos notaron a un circunvolador que no llevaba una carta con un nombre, no era para nadie en específico.
-Es para toda su familia -aclaró el hombre de piel morena y cabello lacio hasta los hombros-, en nombre del rey.
El padre de Noli cerró la puerta y procedió a abrir el sobre con la mirada de todos los presentes puesta en sus manos que deseaban averiguar lo que decía.
La mayoría de las mujeres se acercó por su espalda, incluida Noli.
-¿Qué dice? -oyeron preguntar a Rubi, quien intentaba abrirse espacio entre la multitud.
-Es una invitación a un baile -anunció su padre-. Aquí... el rey afirma que la situación de los pozos esta controlada y que dará un baile para probar que todo esta en orden.
¿Un baile? ¿No encontró Lukas otra forma de meterme al castillo?, pensó.
-¿Cuándo será?
-En dos días -su padre cerró la carta-. Bueno, no tenemos tiempo que perder en estas cosas. Hay que seguir trabajando.
Algunos comenzaron a moverse, a anotar cosas o salir a comprar otras, pero Noli se había quedado donde estaba. Sabía que no tendría mucho tiempo para prepararse, y, por un breve instante, pensó en todos aquellos tejedores que seguramente se matarían esos dos días, como en aquellas ocasiones en que se anunciaba un baile.
-¿Puedo ir? -se atrevió a preguntarla a su padre sin rodeos.
Él negó con la cabeza, aún sin verla.
-¿Por qué no?
-No quiero que te distraigas, estas cosas no le hacen ningún bien a nadie y vas a casarte pronto. Mejor sal a hacer las compras faltantes, como tus tías.
Sabía que su oportunidad de ir estaba en ese momento, sabía que había demasiado gente y eso haría que no la golpeara frente a todos.
-Pero yo quiero ir, tal vez sea el último baile al que pueda asistir.
-No vas a ir.
-Déjame hacer esto antes de... unir mi vida -Estar atada a una persona controladora, se las arregló para no decir.
-Tienes cosas más importantes que hacer.
-Pero yo...
La mano pesada de su padre la calló cuando impactó sobre su mejilla.
-Dije que no, ahora, ve a ocuparte de los caballos -le ordenó.
Noli salió hecha una furia, pero atendiendo a lo que le decía. Nadie se interpuso en su paso y en su casa se seguía oyendo un escándalo. Entró en el establo y se quedó sentada sobre un paquete de paja, de brazos cruzados, pensando en qué hacer, cuando una figura conocida se encontró con ella.
-¿Qué haces aquí? -le preguntó con brusquedad a Chainstom cuando fue a sentarse a su lado.
-Vine a tranquilizar a mi prometida -dijo con una sonrisa juguetona.
-No puedes hacer nada.
-Tal vez puedas decirme qué ocurrió y yo... lo intentaré.
Noli le lanzó una mirada enfurruñada y miró a los caballos cuando habló.
-Mi padre no quiere dejarme ir al baile.
-Vaya, tu también quieres ir -dijo sorprendido.
No quiero, debo.
-¿Y tú no?
-¿Para qué ir a ver a los reyes fingir que los pozos estan llenos y que las cartas y paquetes siguen entregándose correctamente?
Noli lo meditó un momento.
-Parece que no tienes gusto por ese tipo de eventos.
-Y lo dice la persona que ha asistido a uno solo y que ahora añora con volver a ir.
Noli puso los ojos en blanco.
-Mejor vete.
-No puedes correrme, soy tu prometido.
-Pruébame y verás que sí.
Chainstom la miró sin decir nada por unos segundos y no fue hasta que soltó un respiro cuando volvió a dirigirle la palabra.
-Tu padre tiene razón.
-Vete.
-Aunque yo tampoco te dejaría ir al baile, no despues de saber cómo te quedaba aquel vestido.
-¿Cuál vestido? -preguntó volteando en su dirección.
-El que usaste en el único baile al que has asistido.
-¿Qué tenía de malo? -le reprochó.
-Nada en absoluto, en realidad, se veía muy bien sobre ti, solo que...
-¿Qué? -lo presionó.
-Atraías muchas miradas. Y yo no quisiera que te vieran así una vez que seas mía.
-Enserio, vete ya.
-Noli, cariño.
-No me hables así -dijo señalándolo con un dedo.
-A lo que me refiero es a que, como todavía no eres mía, si yo fuera tu padre, te dejaría ir a ese baile.
-Vaya que es reconfortante oír eso -dijo con ironía-. Debo ocuparme de los caballos, será mejor que te largues ya.
Noli se puso de pie y Chainstom la siguió.
-Una última cosa, si de verdad quieres ir, haré todo lo posible porque se haga realidad. Te llevaré si me lo pides.
-Llévame -dijo secamente.
-¿Solo así lo vas a decir?
-No hay otra forma de hacerlo -dijo dándole la espalda.
-Claro, pero también podrías verme a la cara y pedirlo con un beso.
Noli decidió seguirle parte de su juego y caminó hacia él con gracia, puso ambas manos sobre sus hombros y se acercó a su oido.
-O te vas ahora, o te lanzo la mierda de caballo que vaya recogiendo -dijo con una sonrisa y lo giró para sacarlo del lugar.
Después de ocuparse de lo que debía, y de pasar más tiempo en ese lugar para postergar futuros encuentros, la noche había caído y entró tranquilamente a casa. Comprobó que todos ya se hubieran ido y de que sus hermanos estuvieran durmiendo sobre sus camas. Pero cuando bajó, encontró a Wirrus recargado en las escaleras.
-¿Lista para dormir?
-Sí. Creí que ya todos se habían ido.
-Bueno yo... -metió sus manos en los bolsillos de sus pantalones-. Escuché la conversación que tuviste con tu padre y quería preguntarte una cosa.
Noli esperó a que dijera algo más.
-Dime.
-¿De verdad quieres ir al baile? Ya sé lo que te dijo, pero si todavía tienes ganas yo podría intentar convencerlo de que te deje asistir.
El corazón de Noli palpitó con fuerza en respuesta.
-Me harías un gran favor si lo lograras.
-Lo intentaré, ¿hecho? -dijo con una sonrisa y Noli asintió-. Mientras tanto, vete a dormir. Estoy seguro de que mañana tendrás una respuesta -le guiñó un ojo.
Noli sonrió y le rodeó la cintura con los brazos.
-Buenas noches, Noli.
Ella hizo lo que le decía y se metió en su cuarto. Intentó dormir, pero las voces de su padre y su primo parecían perseguirla.
-Debes dejarla ir, ella también debe salir a divertirse.
-Se ha divertido en otras ocasiones y no necesariamente en bailes tontos -escuchó reprochar a su padre.
-Pero puede que esta sea la última vez que pueda hacerlo. Déjala ir antes de que se case.
-Podrá ir cuando se case. Podrá ir a cualquier lado, a todos lados.
-¿De verdad lo crees?
-Solo si su esposo se lo permite, claro que sí.
-¿Y ella lo sabe?
-Lo sabrá.
-Será mejor que le expliques. No quiero que le des falsas esperanzas.
-No será algo falso, será realista, algo que le hace falta.
-Le hace más falta su madre.
-¿Qué quieres que diga? -pronunció su padre, rendido.
-Déjala ir al baile. Deja que se divierta y viva un poco más antes de que se case.
-No puede ir sola y el carruaje no se lo puede llevar.
-Pero su prometido puede acompañarla. Estarán juntos y eso les ayudará a ambos.
Se escuchó el silencio de los dos y Noli temió que hubieran comenzado a susurrar. Pronto cayó en la cuenta de que el silencio le había otorgado la victoria.
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Sangre y lágrimas
Fantasia¿Y si el destino de todos ya estuviera escrito? ¿Y si no es una coincidencia conocer gente, experimentar cosas, ni tener "accidentes"? Había una vez, en una isla donde los más acaudalados no poseen ningún don sobrenatural y los débiles estallan de p...