Capítulo 33

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La rabia y el terror fluían por el cuerpo de Noli. De ninguna manera iba a considerar la idea de ser la compañera de vida de alguien como Chainstom.
Se levantó de golpe y el chico la imitó, como si eso fuera respuesta a su propuesta.
-No somos compañeros, no lo seremos y tampoco pienso comprobarlo -comenzó a hablar muy rápido-. No me importa lo que te haya dicho mi padre, pero no voy a aceptar este matrimonio al que le quieren poner pies así que, por favor, deja ya de hacer insinuaciones y deja de buscarme. Ya tengo suficientes problemas como para involucrarme en un matrimonio concertado.
-Pero no será algo forzado, yo te quiero. Y si me das la oportunidad de...
-¿Es eso obra de mi padre? ¿Convencerte de que me quieres?
-Mira, podemos tomar las cosas con calma y entre los dos crear...
-No -volvió a interrumpirlo-. Nada surgirá entre nosotros, así no es como debería de armarse un matrimonio.
Noli le dio la espalda y comenzó a mirar los carruajes que transitaban para poder pasar en cuanto hubiera un espacio suficiente. Una mano la tomó por detrás del brazo y la hizo girar.
-Tu padre y yo estamos de acuerdo en consolidar un matrimonio -dijo con voz firme-. Tu familia y la mía tendrá muchas dichas y fortunas, es un acuerdo demasiado bueno como para que cualquiera de los dos pueda resistirse.
-No me interesa eso -se zafó de su brazo-. Y no tienes por qué tocarme así.
-Ten cuidado en cómo me hablas -la apuntó con un dedo y elevó una ceja negra-. He sido muy paciente contigo y no es justo que me trates de esa manera. Y, si lo que me dice tu padre sobre ti es verdad, tal vez considere seriamente enseñarte modales -no había amabilidad en sus palabras, era como si el Chainstom que conocía se hubiera esfumado, dejando la sombra de un hombre como su padre. Era una personalidad que jamás le había visto, era muy duro en comparación a las formas tiernas y amables con que había sido antes. Pero intuía que, en algo debía de parecerse a su padre y por eso es que se llevaban tan bien.
-Vete al inferno -dijo y después le plantó una patada en la espinilla, lo que le dio tiempo para correr sin que la alcanzara.

***

Cuando Noli llegó a casa, inmediatamente comenzó con los quehaceres antes de que algo más sucediera. No podía quitarse de la cabeza la idea descabellada de un vínculo con Chainstom como algo más íntimo. Le parecía que se trataban solo de simples argumentos para convencerla de casarse.
En algún momento del día, su padre entró casualmente a su habitación y le preguntó cómo le había ido con Chainstom.
-Charlamos un rato, me preguntó algunas cosas y después nos fuimos.
-¿Qué te preguntó?
-Cosas que tú ya le habías contado al parecer.
-No me salgas con eso, Armenolia, ¿te hizo alguna propuesta?
-Ahora que lo dices -fingió hacer un ademán para recordar-, sí. Me propuso enseñarme modales con una paliza -le informó fríamente.
-¿Te hizo daño?
-Me sujetó firmemente del brazo. Y me amenazó con quererlo.
-Eso no suena tan malo -antes de que Noli tuviera oportunidad de volver a replicar, su padre la calló con un movimiento de la mano-. Hablaré con él. No es propio que haga eso cuando aún no son algo formal.
Su padre regresó al trabajo y Noli a sus tareas. No iba a tolerar que la mangonearan a su voluntad, pero por el momento, no tenía forma de hacer algo más. Por el momento, lo soportaría todo hasta que cumpliera su trato con Lukas. Hasta que pudiera librarse de las ataduras de esos hombres.

***

Noli llegó corriendo y sin aliento al pequeño laberinto. Tenía muy poco tiempo para volver a casa ya que la excusa de salir a comprar comestibles no era muy conveniente, pero le proporcionaba el tiempo suficiente. Tuvo que pagarle a Urlo para que hiciera las compras por ella, así que debía darse prisa ya que estaba comprometiéndolo a él también.
Pasó alrededor de personas paradas en diferentes puntos aleatorios, como si solo se hubieran detenido a admirar las paredes descoloridas y deshabitadas que estaban a su alrededor.
Hace muchos años, había residido un pequeño grupo de personas en ese lugar, pero el espacio era tan reducido que, conforme crecían, las paredes se amoldaron a ellos hasta que crecieron demasiado y quedaron encerrados, haciendo que se pudrieran dentro junto con sus almas envueltas. Esa era la teoría que tenían sobre la desaparición de los habitantes de la pequeña ciudad, pero Noli no lo creía ya que, ni siquiera los cuartos se veían de proporciones menores a las demás. Fácilmente podría caber en algún cuarto sin problema, aunque la posición de todas las entradas le hacía dudar ya que algunas parecían tener ventanas por puertas y estaban en posiciones altas en vez de bajas. Las habitaciones eran de maderas de colores descoloridos y desgastados, en algunos puntos había recovecos y habían senderos con suelos disparejos por los que te hacía dudar hacia dónde andar.
Noli había seguido las instrucciones que le había dado el Zafiro Negro con la esperanza de que no la estuviera engañando y la llevara directo a una trampa. Al llegar al último sendero sin salida, vislumbró una puerta negra entreabierta y le dio unos toques leves con los nudillos.
-Pasa y cierra rápido -le indicó una voz femenina desde adentro.
Noli hizo lo que le decían y se adentró en una habitación fría y oscura que solo estaba iluminada por unas cuantas bolas de luz puestas en diferentes partes de la habitación como por al azar. Aún así, no alumbraban lo suficiente para ver todo el lugar.
De pronto, como si Noli tuviera un espejismo, apareció en el centro un contenedor de agua circular y, en medio, una mujer de finos rizos plateados que no hacían más que remarcar la palidez de su piel. Alzó la mirada y Noli sintió terror, el iris de sus ojos era de color blanco y el contorno negro. Sonrió y sus dientes se volvieron rojos y sus encías blancas. La imagen de esa mujer con colores corporales invertidos le hacía querer tener a alguien más con ella. No se parecía en nada a su estatua.
-Sabía que vendría alguien nuevo, pero no estaba segura de cuándo -dijo con una voz cantarina. A pesar de su aspecto, parecía joven, pero Noli no había venido a preguntar por su edad.
-He venido para...
-Creo saber a lo que has venido. Pero primero, debes decirme qué eres.
Sabía que se refería a su don.
-Soy una proveedora.
Tabina pareció dudar con su respuesta.
-¿Qué eres?
Noli creía entender a lo que se refería.
-Soy una forjadora -volvió a intentar.
La mujer negó con la cabeza.
-Ah, así que no lo sabes -dijo Tabina con una sonrisa complacida y terrorífica a la vez-. Muy bien, eso no importa tanto en este momento. Bueno niña, apúrate a hacer una de las treinta y dos preguntas que circulan por tu mente, y ya veremos qué es lo que pasa.
Noli se sentía extraña. Sabía que esa mujer la conocía, pero hablaba como si se pudiera meter en su mente. Eso le aterraba, se sentía como si estuviera metida en una jaula que ella misma había construido.
-No son treinta y dos preguntas.
-Ahora son cuarenta. Cuánto más postergues esto, más preguntas surgirán y más posibilidades habrá -dijo ladeando una mano.
Noli respiró hondo.
-¿Cuál es la cura para el veneno que tiene mi madre?
-Creí que iniciarías por algo más simple, como con quién te casarás o... -la expresión de Noli la detuvo-. Sí, te casarás, ¿quieres saber con quién?
Su forma meticulosa de hablar le ponía los pelos de punta. No sabía qué esperar de todo eso y tenía muy claro que debía de irse con mucho cuidado.
-¿Lo conozco? -inquirió.
-Sí, pero en realidad no puedo decirte quién es porque arruinaría la sorpresa y realmente disfruto de plantar suspenso en los demás -soltó una pequeña risa-. Pero puedo contarte, que será un diseñador de sangre pura. Cuando lo sepas, hazme un favor y ven a verme, deseo presenciar tu expresión.
Esa revelación cambiaba todo el panorama de Noli. Todo a lo que se oponía y que intentaba evitar hasta el final, ¿serviría de algo si de todas maneras ya estaba destinada a casarse? No quiso pensar en ese dilema, deseaba salir de allí, pero aún no estaba ni cerca de encontrar una respuesta a la pregunta inicial.
-¿Cómo puede curarse mi madre?
-Pregunta incorrecta. No negociarás por esa respuesta.
-¿Por qué no habría de hacerlo? Es la vida de mi madre la que se encuentra en riesgo -replicó.
-A cambio de eso, pido diez años de vida, ¿me los darás?
Noli lo meditó un momento. Darle diez años de su vida le parecía excesivo y le preocupaba la manera en que los tomara.
-Pídeme otra cosa.
-Nada más es aceptable. Es una respuesta demasiado costosa.
-¿Y cómo podría darte años de mi vida?
-Yo sé cuánto vivirás así que buscaré entre tu vida y tomaré los diez años que más me gusten.
-¿Serían años en el futuro?
-Puede ser, pero también puedo tomar del pasado.
-¿Y qué pasa conmigo ahora si tomas años del pasado?
-No los recordarías. Tal vez si quisieras olvidar cosas, podríamos llegar a un acuerdo para convencerme de indagar en tu pasado.
A pesar de todos los horrores que había sufrido, no deseaba deshacerse de sus memorias. Tenías recuerdos muy buenos que la hacían sonreír y en los malos encontraba aprendizajes, no los podría intercambiar.
-Debe haber otra forma de negociar.
-No la hay.
-Por favor -suplicó.
-No. Y ya debes irte, el chico al que le pagaste está por terminar tus encargos y no querrás que tu padre se entere.
Noli se sentía molesta. No le gustaba que le dieran órdenes y tampoco había conseguido nada de información útil. No tenían ningún avance y la incertidumbre solo iba incrementando.
Se dio la vuelta, en dirección a la puerta por la que había llegado y, antes de que saliera, Tabina le habló.
-Nos veremos mañana y te daré un consejo: aclara tu mente y reformula tus preguntas. Las respuestas están ahí.
Noli dio un portazo y salió corriendo hacia el final de ese laberinto. Pero necesitaba un momento para digerir todo.
Pensar en perder diez años de su vida le preocupaba tanto que terminó por quitar ese asunto de la mesa. Pero el saber que se casaría, que los intentos por impedir una boda con Chainstom eran en vano... sobre todo cuando había estado trabajando para Lukas. Pensó en decirle que estaba fuera de eso, que abandonaría el trabajo y que podría quedarse con todo su dinero y sus ofertas. Intentó escribir una carta tras otra, pero las palabras no eran claras y tampoco se le hacía correcta hacerlo de esa manera. Sentía que sería una actitud muy cobarde renunciar a su acuerdo por una carta cuando él se arriesgó a verla en persona y contarle todo.
Mañana. Mañana llegarían las palabras indicadas y una mejor manera de hacerlo. Mientras tanto, se negaría con todo su empeño por hacer que su matrimonio fluyera. Trataría con todo lo que estuviera en sus manos y haría los sacrificios que fueran necesarios. No importaba lo que le costara, estaba convencida de buscar lo que le trajera más alegría por sobre todas las demás cosas.
Se detuvo un momento, y se puso a considerar algo a lo que no le había prestado atención. Las últimas palabras de Tabina parecían esconder algo. Se preguntó lo que quiso decir con "Las respuestas están ahí". Pero pronto calló en una confusión de mayor dimensión y recordó lo de reformular sus preguntas. Ella le había hecho la misma pregunta más de una vez y Noli... supo qué fue lo que había hecho mal. Tal vez no había mirado en la dirección correcta. Tal vez había otra manera de obtener respuestas más simples y sin pagos, si tan solo lo pensaba mejor.

Sangre y lágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora