Era de noche y Noli tenía que salir sin se vista ni oída por nadie. A pesar de tener una habitación para ella sola, la ventana no estaba cerca del suelo.
Salió dando unos pasos muy suaves sobre los escalones y con cuidado de no hacer ni el menor ruido. Se había tenido que aprender de memoria dónde estaba cada mueble para no chocar y había tomado una copia de la llave de la entrada principal cuando estuvo en el cuarto de Chainstom. Fue un momento incómodo pues la intentó seducir y ella lo había escuchado con atención, captando cada una de sus palabras e intentando, sin éxito, descifrar si su tono de voz tenía algo de semejante con la del Zafiro Negro. En esos momentos, deseó poder grabarse mejor la voz de las personas, parecía que no tenía esa cualidad o la había ignorado al momento de besuquearse con aquel desconocido que ocupaba sus pensamientos cada tanto. Por fortuna, tocaron a la puerta antes de que algo pudiera suceder entre ellos.
La oscuridad de la calle le dio la bienvenida y corrió hacia donde estaba ubicado el edificio azul que habían marcado como el punto de encuentro. Marcus y Lukas salieron de entre las sombras cuando vieron que ella se aproximaba. En el momento en que estuvieron juntos, comenzaron a dirigirse hacia la calle continua.
Marcus, al igual que Noli, llevaba puesta la capucha de su chaqueta. Lukas era el único que llevaba el rostro completamente descubierto, aunque lucía como Ijnerol.
Pasaron cerca de otras personas que aún estaban rondando por la zona, pero nadie se detuvo a mirarlos dos veces. Se adentraron en un callejón para llegar a los túneles y, esta vez, Marcus los dirigió con el mapa que le habían quitado al rey. Pronto salieron frente a un campo abierto y, a un lado, se alzaba una arboleda.
-Es la salida más cercana, no hay túneles debajo de los bosques -explicó Lukas.
Caminaron en silencio mientras las sombras los cubrían y, gracias a Marcus, podían ver por donde iban. Pero, aún así, eso no era suficiente para evitar tropezar con las anchas raíces bajo sus pies. Además de que la situación los mantenía muy alerta debido a los extraños sonidos que provenían de su alrededor. Noli nunca había entrado de noche a un bosque, había uno en Septentrión, pero no se parecía en nada al bosque inclinado. Lo llamaban así porque en el perímetro los árboles crecían de maneras torcidas y daba un aspecto de que todos los demás también lo estarían, aunque se veían más rectos.
-¿Cuánto falta? -preguntó Noli después de unos minutos.
-¿La dulzura ya se cansó? -se burló Lukas.
Noli lo fulminó con la mirada y siguió andando por el suelo disparejo.
-Falta poco -le informó Marcus sin voltear a verlos.
La brisa comenzaba a sentirse más fresca y solo los acompañaba el sonido del viento que azotaba las ramas de los árboles. El camino pronto se convirtió en tierra suelta y sus pasos se hicieron más pesados conforme avanzaban.
Marcus levantó una mano e hizo que se detuvieran en seco. Frente a ellos había una pequeña cabaña que apenas se distinguía entre la oscuridad y la maleza que la encerraba.
Subieron los pocos escalones y las maderas crujieron. Marcus intentó abrir la puerta y se hizo a un lado para que Noli pusiera una mano sobre la cerradura metálica y la abriera de un solo golpe.
Se adentraron en la propiedad y el polvo y la humedad los recibieron. El lugar estaba vacío y, aun en la penumbra, no se veía ningún mueble o pertenencia.
-¿De quién es esta casa? -preguntó Noli, rompiendo el silencio aterrador.
-Creí que te habías informado -le dijo Lukas.
-No es de nadie. O al menos no hay pruebas de que perteneciera a alguien alguna vez así que simplemente es del bosque inclinado -le dijo Marcus mientras examinaba las paredes-. Aunque sí hay varios mitos sobre lo que debería de haber aquí dentro y el porqué no te debes acercar, pero mejor te lo cuento después.
Tenía razón, preguntaría en otro momento. Todo el suelo estaba cubierto de polvo y se notaban marcas sobre lo que, en su momento, debieron haber sido el lugar de unos cuantos muebles. Había telarañas en algunos rincones, lo que hizo estornudar varias veces a Noli.
Después de pasar por lo que debió ser la sala de estar, llegaron a otro cuarto de donde sobresalían unas escaleras. Subieron y encontraron otros cuartos más. Estaban buscando el sótano, pero las puertas parecían dirigirlos solo hacia arriba.
Marcus pasó sus manos sobre la bola de luz que había formada y la dividió para crear otras dos esferas más pequeñas.
-Será mejor que nos separemos y busquemos. Pero no puedo estar alumbrando cada uno de sus pasos -dijo mientras les daba una esfera a cada quien.
Noli ya había cargado una esfera como aquella, pero siempre tenía precaución para que no se le cayera y se hiciera polvo como lo hacía ahora Lukas.
-Ten cuidado, no puedo estar haciendo tantas -lo reprendió Marcus cuando le dio una nueva.
Lukas se encogió de hombros y tomó la esfera con ambas manos, aunque seguía tambaleándose entre sus dedos.
De pronto se detuvieron al escuchar un ruido que provenía de la planta baja, como si fueran los murmullos de alguien.
Tal vez no está completamente deshabitada, pensó Noli.
Esperaron para ver si se repetía el sonido, pero no fue así y siguieron avanzando. Lukas se metió en un cuarto con la puerta entreabierta mientras Marcus entraba en el cuarto de al lado. Notó que la luz de Lukas se iba haciendo más pequeña pero lo ignoró.
Noli no sabía a cual de los dos seguir. Decidió ir a un cuarto que tenía una ventana por la que se colaba algo de luz y pensó que eso la ayudaría en algo.
Pasó por la puerta que, como toda la propiedad, estaba vacía. Se dirigió a la ventana y se asomó por el vidrio opaco al cual le sopló para intentar quitar el polvo ya que no se atrevía a tocarlo. Pudo ver los árboles afuera, pero cuando se inclinó más, vio una silueta en el reflejo del vidrio y volteó. Le quitó la importancia pensando que sería alguno de los chicos así que reanudó su visión, pero pronto se congeló cuando escuchó un ruido. El mismo que habían escuchado en el piso inferior, pero ahora parecían voces distorsionadas en un volumen más alto. No sabia quién o quiénes podrían ser. Salió del cuarto y no escuchó ni vio a nadie en el pasillo.
-¡Mac!, ¿Lukas? -los llamó, pero la única respuesta fue su eco.
Se movió entre los cuartos y, al no encontrarlos, bajó las escaleras. En cuanto se desprendió del último escalón, el extraño ruido se repitió, pero ahora era una sola voz aguda y joven que cantaba algo en un idioma indistinguible. Noli intentaba escuchar más detalladamente y pronto comprendió que aquel canto se escuchaba más fuerte de la pared que tenía detrás. Con el corazón acelerado, acercó la oreja a aquel muro frío hasta que la voz se fue arrastrando por las paredes haciendo que Noli la siguiera. Terminó por darle la vuelta al primer cuarto por donde había entrado y, de pronto, el sonido cesó y se encontró en el mismo punto donde empezó.
Sin voltear atrás, Noli sentía una presencia extraña y temió que se tratara de ese ente que le había cantado hace unos momentos. Sabía que alguien estaba detrás de ella, desconocía de quién se tratara y tampoco estaba segura de dónde estaban exactamente sus acompañantes. Con el corazón acelerado, introdujo una mano bajo su chaqueta y sujetó la empuñadura de su daga. Si alguien la quería asustar, al menos podría defenderse.
Giró tan rápido que levantó el polvo, pero no había nadie. Volteó, llena de incredulidad, y miró a su alrededor justo cuando el sonido de la voz se repetía por la habitación continua. Pensó que tal vez no la estaban asustado, tal vez solo intentaban captar su atención. Creyó que se estaban burlando de ella y que sería muy tonto seguirle el juego a ese canto raro que le erizaba la piel, aunque no perdía nada por intentarlo ya que estaba tratando con cosas que siempre había creído que no existían.
La voz la hizo pasar a otra habitación, la que parecería la cocina, y Noli la siguió muy cerca de la pared hasta que se detuvo y se quedó plantada cerca de una puerta. Esta tenía un vidrio pequeño en la parte de arriba por el que se podía ver el otro lado de la casa. Más árboles.
El canto continuaba, pero fue disminuyendo junto a la puerta y Noli pensó que había algo especial ahí. Tomó el frío y sucio pomo y lo intentó girar, pero no se cedió. Empujó la puerta con el hombro y no hizo ni un mínimo movimiento. Notó que la cerradura, a pesar de ser vieja, era de un metal diferente al de la puerta principal, entonces extendió sus manos y se concentró en mover cada uno de los engranajes que la componían. Escuchó un clic y la puerta terminó de abrirse sola, revelando no árboles ni el exterior, sino unas escaleras que descendían.
-¿Cómo la encontraste? -preguntó Lukas haciéndola sobresaltar.
No los había escuchado acercarse.
-¿Dónde estaban? -demandó saber Noli.
-No hay tiempo que perder, faltan unas horas para que amanezca. Mejor vayamos a ver -intervino Marcus mientras encendía sus manos y bajaban detrás de él.
La habitación subterránea se veía muy diferente a la parte de arriba de la casa, ésta estaba compuesta por humedad más que otra cosa. Los escalones eran muy sólidos, pero algo hacía que se sintieran resbalosos con cada paso. Noli en ese momento sintió algo frío que comenzaba a rodearle los tobillos.
-¿Eso es... agua? -dijo Lukas al tiempo en que se miraban los pies.
El sótano parecía inundado y un agua fría y oscura comenzaba a colarse en sus zapatos. Noli no sabía que tanto tendrían que seguir caminando, no quería quedar empapada. Bajaron midiendo sus pasos mientras el frío del agua los tomaba por lo bajo. Cuando ya estaban inundados hasta las rodillas, se detuvieron.
-Por favor díganme que ya no nos meteremos más.
-No -le dijo Marcus sin voltear a verla y levantó una mano-, es justo aquí. Abajo -señaló.
Noli no veía nada más que un sótano inundado y, al parecer, Marcus creía que debían sumergirse.
-Ni creas que voy a nadar -le dijo.
-No hace falta -contestó Lukas mientras se acercaba a ella-, solo tienes que agacharte -metió ambas manos hasta golpear algo con la mano. Noli imitó sus movimientos y sintió una especie de caja que le mordió los dedos.
Marcus metió ambas manos, aún encendidas, y los tres pudieron observar un baúl de un morado metálico. Era pequeño, pero el material la hacía parecer pesada.
Marcus tiró de él, pero no logró moverla. Volteó hacia Noli.
-¿Puedes?
Sumergió sus manos y, sin tocarlo, comenzó a sacar el baúl, con esfuerzo, a la superficie. El agua se movía a su alrededor y parecía salir más, Noli sentía frío en sus piernas, pero por suerte su espalda seguía caliente. Aunque sentía una fuerza extraña mientras la sacaba y pensó que era el hecho de que nunca se había sumergido en el agua mientras usaba su poder. Esperaba salir de ahí lo más pronto posible.
Lukas y Marcus se acercaron para sujetar la caja por los costados y así poder llevársela, pero algo parecía atarla hacía abajo. Volvieron a intentar otra vez, y de nuevo, y otra, pero no se movía.
-¿Porqué no solo lo abrimos y sacamos lo que hay dentro? -les preguntó Noli.
-Debemos llevárnosla completa -puntualizó Lukas.
-¿De qué te sirve una caja vieja? -le reprochó Marcus-. Intentemos abrirla.
Lukas hizo un gesto despectivo, pero accedió. Noli extendió las manos para abrir la cerradura y levantar la tapa. Parecía que conforme quedaba abierta, salía más agua, demasiada. Noli se sorprendió y un escalofrío le recorrió en cuerpo. Ahora el agua le llegaba hasta la cintura.
-No creí que fuera... -comenzó a decir Marcus cuando vio el contenido-. Gracias a los dioses que tenían buenos gustos, es hermoso -extendió una mano iluminada para sacar lo único que había dentro. Iba a tomar el collar por la gran piedra del centro, pero una mano lo detuvo.
-Puede ser peligroso tocarlo así, sujétalo por la cadena -le advirtió Lukas.
-No me digas qué hacer.
Lukas se limitó a mirarlo y retiró la mano. Noli los observaba en silencio, parecía que era la única a la que le importaba el nivel de agua. Ya sea por el líquido o el uso de su poder sobre ese cofre, pero su calor parecía distante.
Marcus tomó el hermoso medallón con diamantes de diferentes tonos azules que se reflejaban sobre el agua, que ahora parecía cristalina, y lo sopesó entre sus manos. Cerraron la caja y esta automáticamente regresó al fondo, un segundo después las manos de Marcus se apagaron.
-No puedo volver a encenderlas -les dijo después de unos segundos.
-Solo no dejes que el medallón toque el agua, mantengo arriba -le dijo Lukas.
-Lo sé.
-¿Ya podemos irnos? -les dijo Noli-. No quiero saber que más hay debajo.
Ambos chicos dijeron que sí y se dirigieron a la salida justo cuando escucharon el rugido del agua. A pesar de no poder ver nada, parecía como si una ola gigante fuera tras ellos, el agua comenzaba a agitarse.
-¡Corran! -gritó Lukas.
El nivel iba en aumento y parecía atraerlos hacia el fondo, con fuerza. Noli no sabía qué pasaría si los atrapaban, no podría zafarse del líquido usando sus dagas, tenían que llegar arriba cuanto antes.
A ciegas, se movían lo mejor que podían. Noli fue la primera en sentir el agua subir hasta sus hombros y, a pesar de que sabía nadar, no lo veía como algo reconfortante en ese momento.
Lukas iba delante de ella, empujando a Marcus que cuidaba el medallón, tanteó en la dirección de sus movimientos y sintió como le tomó la mano para jalarla. Noli sentía su cuerpo pesado y se sujetó de él como si su vida dependiera de ello.
Pediré un pago más alto la próxima vez, pensó cuando llegaba al lado del príncipe.
Escuchó que Marcus ya estaba subiendo las escaleras mientras ellos estaban detrás, intentando no ahogarse.
Noli sentía el cansancio en cada uno de sus músculos, el agua la estaba agotando, no veía nada y quería rendirse ahora. Sentía que no llegaría a la escalera y Lukas pareció percibirlo.
-Falta poco -dijo alzando la voz sobre las olas ruidosas-, saldremos pronto.
El agua se coló por sus manos unidas y se separaron por un momento. Noli sentía su cuerpo congelarse y, aunque fuera una sensación relativamente familiar, no parecía seguro. Marcus los llamaba desde arriba, ya había subido y, aunque seguía sin poder iluminarlos, la poca luz que se colaba por la puerta abierta fue suficiente para que Noli viera los primero y últimos escalones que le quedaban para estar a salvo.
Lukas volvió a tomarla de la mano para que pudieran salir juntos, justo a tiempo para cerrar la puerta y sentir, a través de esta, el azote del agua que pudo habérselos llevado.
Todos jadeaban por el esfuerzo y la ropa empapada se les pegaba al cuerpo, haciéndola estorbosa. Noli intentó secarse el agua de cara con su manga y notó que aún se sostenían de la mano de Lukas. Ella lo miró a los ojos, su cabello se veía más oscuro y se le pegaba a la cara, su rostro tenía, ya de por sí, un aspecto diferente que le interesó especialmente en ese momento. Parecía tan cansado como ella y se veía más delgado y musculoso con la ropa pegada, aunque procuró no observar con demasiada atención lo bien que se le ajustaba al cuerpo y, cuando él sintió su mirada, rápidamente le soltó la mano.
-Bueno, eso no era lo que esperaba que pasara -dijo Marcus.
Noli no supo si se refería a lo del sótano o al hecho de que saliera tomada de la mano con un chico que no se parecía a Lukas.
-Es mejor que nos vayamos ahora, ya tuve suficiente -dijo Lukas mientras se sacudía el cabello con las manos.
-Mac, ¿por qué no pudiste darnos luz? -preguntó Noli mientras intentaba exprimir su ropa y evitar tiritar de frío.
-No estoy seguro, algo me lo impidió, como si me hubiera bloqueado... bueno ahora ya puedo -dijo moviendo las manos mientras desprendían luz.
En ese momento vieron a Lukas abrir y cerrar la puerta de golpe. Se recargó sobre ella y les lanzó una mirada que no indicaba nada bueno.
-Tenemos compañía.
Noli frunció el seño y, con los pantalones goteando, se acercó a la ventana para intentar ver a quien los pudiera estar esperando. Se notaban varias personas alrededor, todas con la cara tapada.
-Creo que son diez hombres, ¿qué hacen aquí?
-¿Están armados? -dijo Lukas-. No creo que les agrademos.
-Son quince, y además de sus armas, sus dones están activos -dijo Marcus con voz diligente. A Noli le inspiraba confianza cuando actuaba así.
Escucharon golpes sobre la puerta y las paredes, parecía que comenzaban a rodearlos y amenazaban con entrar. Tenían ahora un coro de voces que hablaban a la vez y no podían entender lo que decían, solo reconocían la violencia con que se comunicaban.
-Creo haber visto una puerta del otro lado -Lukas se giró y lo siguieron, confirmando lo que había dicho.
Las personas a su alrededor amenazaban con entrar por la puerta principal y ya habían empezado a hacer añicos los vidrios de las ventanas, aunque sin éxito para entrar por ahí.
-Salgamos por allá, desde atrás puede que no nos vean -dijo Marcus y miró a Noli para que abriera la puerta.
La cerradura, al igual que las demás, era vieja, aunque para Noli fue más complicado abrirla, su sistema tenía más engranajes de los que esperaba y estar empapada hacía que no se pudiera mover como quería.
Del otro lado, la puerta principal parecía estar a punto de abrirse o de volcarse con los golpes que le propinaron aquellos hombres. Noli intentaba abrir la puerta lo más rápido que podía.
-Ya vienen -la presionó Lukas.
Noli terminó y, en cuanto estuvieron del otro lado y después de volver a colocarse la capucha, volvió a poner la mano sobre el pomo y la calentó para que el metal se deformara. Lo hizo justo en el momento en que los hombres comenzaban a invadir la cabaña. Noli solo volteó para ver cómo un hombre, al otro lado de la puerta, se quemaba la mano. Sabía que solamente un forjador podría volverla a abrir, así supo que no había ninguno entre ellos.
Dieron la vuelta a la cabaña y una parte de los hombres notó su presencia así que los siguieron. Vieron unas escaleras de metal y, con la mayor velocidad que sus prendas empapadas les permitían, comenzaron a subir dando pasos agitados causando que la escalera se meciera.
Apenas subieron el primer piso y un par de hombres comenzaron a agitar la escalinata con la intención de tirarlos, causando que poco a poco la fueran desprendiendo.
Marcus, que iba adelante, les indicó que se sostuvieran por la cornisa. Lukas y Marcus eran más altos y se sujetaron de un solo salto, Noli deseó haber crecido unos centímetros más para no tener que hacer varios intentos.
La escalera se agitaba frenéticamente, sabía que caería, pero deseaba que no fuera cuando ella seguía ahí. Se impulsó con las piernas y dio un salto lo más alto que pudo justo cuando la escalera descendía, pero no alcanzó la cornisa y solo Lukas la pudo sujetar con una mano. Quedaron colgados y pronto terminó de subir al techo de la cabaña, pero el disturbio no cesó.
El techo oblicuo estaba cubierto de tejas que los ayudaban a subir hasta la parte más alto y horizontal, pero éstas pronto comenzaron a caer de manera que los tres resbalaban. Noli echó una hojeada hacia abajo y su atención se centró en la dirección en que eran atraídas las piezas de barro, donde había un hombre que movía rigurosamente las manos.
-Hay un constructor, nos tirará -dijo Noli intentando no sonar alarmada.
-Intenten llegar arriba y sentarse -dijo Marcus que era el que había escalado más pronto.
Llegaron con dificultades a la parte más alta y lograron sentarse con una pierna en cada lado. A pesar de todo, las tejas seguían moviéndolos, aunque ahora tenían menos posibilidades de caer. O al menos eso pensaba Noli.
El frío les rozaba la cara y la ropa les complicaba moverse, tenían que salir de ahí, pero para eso primero necesitaban que dejaran de caer las tejas. Noli miró a su alrededor, buscando algo que les ayudara a salir de ahí y, en ese momento, tuvo una idea.
-Si puedo llegar hasta esa chimenea -señaló con la cabeza en dirección a su derecha-, puedo volver a poner las escaleras...
Lukas la interrumpió.
-No es necesario, hay una entrada del otro lado. Lo que necesitamos es detenerlos para poder llegar a ella.
Noli agudizó su visión y vio lo que parecía una ventana sobre el techo, pero tenían que caminar unos metros y no llegarían si los tambaleaban.
-Los puedo detener, pero deben mantenerlos ocupados -dijo mirando a ambos.
Las tejas ahora se caían más pronto y más rápido, había dos constructores plantados debajo de ellos que parecían moverse como uno solo. Noli sabía que les resultaría muy sencillo arrancar el techo y dejarlos entre los escombros, pero se limitaron a trabajar con las tejas que ahora les propiciaban algo de tiempo, pero aun así no era suficiente.
-Apresúrate -le dijo Marcus.
Noli no perdió tiempo en comprobar si los chicos hacían algo o no, se deslizó lo mejor que pudo hacia la chimenea y se sujetó con las manos sobre los ladrillos para ponerse en pie. Se atrevió a mirar hacia abajo y le vértigo la atacó. Recargó parte de su cuerpo sobre las frías piedras y estiró una mano, la escalera se movió un poco, pesaba demasiado. Intentó no mirar justo bajo sus pies para concentrarse mejor mientras se acomodaba en una posición más cómoda. Escuchó un quejido y volteó en dirección a Marcus que estaba lanzando destellos de luz sobre los ojos de los encapuchados. A un lado, estaba Lukas señalando las tejas que tomaban una dirección diferente e intentaba lanzárselas a los constructores.
Reanudó su atención y la escalera se levantó un poco del suelo, aunque no estaba en posición para que alguien pudiera subir. Necesitaba sujetarla bien antes de hacer lo que se proponía, pero en ese momento algo pasó volando por encima de ella, fue tan rápido que no supo distinguirlo. La escalera siguió elevándose, pero algo volvió a pasar junto a ella e inmediatamente sintió una oleada de dolor. Se miró y vio que tenía clavada una flecha de madera en el costado de la cual comenzaba esparcirse una sustancia oscura y caliente. Sangre.
Noli sintió su cuerpo perdiendo fuerza y eso la encolerizó. Desconocía quienes pudieran ser esos hombres o su propósito al estar ahí, pero ahora la habían herido y tenía que salir de alguna manera. Ya había considerado antes no ser cruel con ellos o no hacerles tanto daño, pero ellos parecían querer otra cosa.
Llena de lágrimas ardientes, reunió la fortaleza y el coraje que le quedaba para sujetar firmemente la escalera y, con un dolor intenso en su espalda, la soltó clavándola sobre el suelo atrapando a los hombres que los atacaban. Solo pudo escuchar sus gritos de ayuda y su vano intento por escapar.
Marcus y Lukas soltaron un resoplido mientras se ponían en pie. Noli seguía recargada sobre la chimenea, respirando con dificultad. Necesitaba acercarse a la bajada, pero temían dar un paso en falso y desangrarse. No podía moverse, sentía todo su cuerpo frágil y sus fuerzas la traicionaban. Miró hacia abajo y pensó que en cualquier movimiento tendría que caer.
-Noli, eso fue... -Marcus sonrió, pero su gesto se esfumó cuando la miró.
Su amigo se acercó hacia ella, con Lukas detrás. Estiró una mano y Noli la aceptó, ese mínimo movimiento la hizo soltar un jadeo.
-¿Puedes caminar? -preguntó Lukas.
Marcus no esperó a que respondiera y la tomó suavemente del costado sano para atraerla, dejando que se apoyara en él y ayudándole a apartarse de la orilla. Exclamó un alarido de dolor y miró al suelo, los párpados le pesaban.
-No creo poder mantenerme en pie por mucho tiempo -dijo en voz baja, aunque no sabía si realmente la habían escuchado. Le dolía horrores hablar.
Lukas mientras examinaba la entrada que habían visto.
-Seguramente los otros intentarán subir, debemos bajar ya, rápido y sin que nos vean.
Noli apenas podía oírlo fuera del intenso dolor que le impedía pensar con racionalidad. Sentía un vacío inmenso que iba esparciéndose por su cuerpo y se sentía molesta por cualquier cosa que pasaba por su mente.
Llegaron a la entrada, con Noli caminando torpemente, y Lukas soltó una patada al cristal que había bajo sus pies.
-Creo que hay una escalera -dijo agachándose-, pero no puedo ver bien.
Marcus entendió y le indicó a Lukas que ocupara su lugar junto a Noli con un suave movimiento. Terminó de remover con los pies los últimos restos del vidrio y metió la cabeza.
-Estarás bien -afirmó Lukas en dirección a Noli.
Pero ella no lo escuchaba, apenas y captaba sus palabras. Respiraba fuertemente y no dejaba de soltar unos jadeos horribles conforme respiraba.
-La escalera es vertical -dijo Marcus mientras se incorporaba-, iré primero y después la bajaremos.
Lukas asintió, Noli se quejó. Creía que no llegaría hasta el suelo y pensaba decirles que mejor la aventaran al piso y así pudiera terminar su sufrir, pero Marcus bajó.
-Mejor déjenme aquí -susurró.
-¿Qué? -exclamó Lukas.
-Corran ustedes, váyanse. Sé que no me salvaré, solo seré un estorbo.
-Estás loca, no te vamos a dejar aquí y menos en el estando en que estás.
-Mi vida no vale la pena, váyanse sin mí -articuló con dificultad.
-Juntos iniciamos esto y juntos lo terminaremos.
Noli se separó un poco de Lukas y se quitó la chaqueta, causando que su cuerpo se contorsionara y brotara más sangre que se esparcía por la ropa adherida a su cuerpo. No pudo evitar el grito de dolor que salió de sus labios, pero sintió un pequeño alivio al amarrar la tela alrededor de su cuerpo.
-No debiste de hacer eso -exclamó Lukas.
-Era necesario -dijo Noli con un hilo de voz.
Oyeron gritos debajo de ellos y supieron que el resto de los encapuchados estaban cerca. Marcus les habló y les indicó cómo bajar.
Lukas tomó a Noli por ambas manos para que comenzara a descender muy lentamente, cada movimiento que daba estaba acompañado por una exclamación y apretaba tan fuerte los dientes que ni si quiera le importó si se hacía daño. En cuanto terminó de descender, Marcus la tomó por detrás. Noli se sujetó lo mejor que pudo a la escalera y apenas sintió el momento en que su pie tocaba el suelo, lo había logrado.
La mano de Marcus tocó la suya y sintió cómo su cuerpo bajaba mientras la habilitación se desvanecía y un manto de oscuridad la arropaba.***
Sus pies descalzos se distinguían con dificultad, como si no hubiera suficiente luz, como si algo estuviera sobre sus ojos. Alzó la mirada con mucho esfuerzo y la claridad la deslumbró. Intentó mantener los párpados abiertos, aunque una fuerza involuntaria los jalaba cada vez más hacia abajo.
Levantó una mano y se tapó la cara para intentar vislumbrar el camino que tenía delante. Volvió a mirar sus pies y ahora estos estaban rodeados por pequeñísimos granos de colores, claros y oscuros. Posó un pie sobre el material que se parecía mucho a la arena, pero no sintió ese leve deslizamiento, no sintió nada en absoluto.
Pronto pudo levantar la mirada, ahora todo se visualizaba mejor. Vio a una multitud de personas pasar junto a ella, evadiéndola, como si no la vieran.
Se dio la vuelta en dirección opuesta a donde pasaban los otros y vio un objeto largo y brillante a los lejos. Sintió una fuerza que la atraía hacia ese resplandor y solo fue cuestión de la duración de su pensamiento para estar frente a una reluciente espada.
Estiró la mano, pero no pudo tocarla, parecía no alcanzarla a pesar de la corta distancia que los separaba. Intentó sin éxito moverse hacia adelante para satisfacer esa atracción que le rogaba su cuerpo y que asfixiaba sus sentidos.
Algo parecía jalarla ahora por detrás y vio la silueta de una persona. No necesitó levantar la mirada para saber que ese cuerpo era el de su padre, quien comenzaba a propinarle golpes sobre su torso. Veía sus nudillos manchados de sangre mientras su cuerpo se inundaba de dolor. Quería que ahí terminaría todo. Que su vida acabara en manos de quien le había dado la misma.
Cayó al suelo y, con las manos bañadas en su propia sangre, se apartó el cabello de la cara justo en el momento en que su padre estaba sobre ella sosteniendo la espada para atravesársela por el pecho. Dio un respingo mientras la ofuscación y la oscuridad lo consumían todo.
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Sangre y lágrimas
Fantasy¿Y si el destino de todos ya estuviera escrito? ¿Y si no es una coincidencia conocer gente, experimentar cosas, ni tener "accidentes"? Había una vez, en una isla donde los más acaudalados no poseen ningún don sobrenatural y los débiles estallan de p...