Capítulo 25

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La tarde era soleada y el viento soplaba una brisa fresca que hacía revolotear los cabellos negros de Noli cada vez que se asomaba por la ventana del carruaje que le había conseguido Lukas. En esa ocasión, el vehículo se detuvo hasta que estuvo dentro del castillo y un ayudante bajó un baúl que contenía su ropa y sus armas escondidas.
La caída de la lluvia marcaba el inicio del baile, lo cual era poco antes del anochecer, por lo que Noli tenía el resto de la tarde para arreglarse. Echaba de menos a Lena para ayudarle a escoger colores y tonos para su rostro y formas de peinados. Tuvo que mentirles a sus padres diciendo que pasaría la noche en casa de su amiga y, a su vez, Lena le hizo el favor de no delatarla por si alguien preguntaba pues sabía que era su oportunidad para obtener la flor de flama.
Antes de entrar al castillo, Noli vio un fino y pequeño trozo de papel en donde indicaba que era invitada por el príncipe Lukas, de esta manera es como la dejaron pasar. Cuando cruzó las puertas, encontró a un par de sonrientes sirvientas esperándola.
-Querida, nos alegra verte al fin -le dijo la mujer rechoncha a la derecha. Tenía la cabeza llena de apretados rizos que sostenía con un pañuelo blanco. Junto a ella estaba otra mujer alta y delgada que compartía la sonrisa de la primera. Ambas vestían un traje verde oscuro debajo de un mandil blanco e impecable.
-Mi nombre es Ralin -siguió diciendo-, y ella es Vulina. Te serviremos durante toda tu instancia aquí y nos aseguraremos de que no te falte nada.
Noli no sabía qué responderles y les regresó el gesto alegre esperando que pensaran que era tímida.
-De este lado se encuentra tu habitación, tus pertenencias ya deben estar arriba, ¿te gustaría ir ahora o prefieres un paseo por los alrededores antes?
Dado que los paseos por lugares desconocidos con personas desconocidas no eran algo que le llenara de confianza a Noli -además de que seguramente eso incluiría una charla- decidió que lo mejor sería estar cerca de sus pertenencias.
-En este momento me gustaría ir a conocer mi habitación, si no es mucha molestia -expresó con una sonrisa forzada.
-Por supuesto -contestó Vulina con una voz suave.
Noli iba subiendo tramos de escaleras de diferentes tonos rodeadas de candelabros y grandes ventanas. Pasando por pasillos nuevos en donde había guardias que apenas y prestaron atención a su presencia. Se escuchaban voces de personas, pero estaba confundida sobre donde provenían pues no alcanzaba a vislumbrar a alguien cerca. Mientras tanto, prestó un particular interés a las pinturas que estaban colocadas sobre las paredes y se preguntó si todas tenían un espacio detrás o si habría alguna ocupada. Miró repentinamente los techos, pero no encontró señal de historias plasmadas. Sobre algunos muros había arcos altos que parecían marcar un camino y que restaban decorados con lujo de detalles. Noli iba contando mentalmente las salidas y entradas con cada detalle que encontraba hasta que llegaron a un pasillo donde había una mesa pequeña con hojas dispuestas junto a un tintero.
Ralin sacó una llave de cobre de la introdujo en la cerradura antes de entregársela a Noli.
-Hemos llegado, su excelencia -dijo abriéndole el paso.
Noli no sabía cómo reaccionar a la manera en que la llamaron. Pensaba decirles que no hacía falta que la nombraran de esa manera, pero Lukas le había dicho que debía evitar decirles su nombre.
-Gracias -dijo con inseguridad y atravesó la puerta blanca para encontrarse la habitación de sus sueños.
La cama blanca con postes tenía un fino dosel que le recordó al color de las nubes. Había un tocador y un pequeño armario del mismo tono. Su baúl estaba en el centro de una alfombra redonda hecha de varios tonos verdes. Había dos ventanas grandes que iluminaban la habitación y hacían que entrara una brisa fresca. La decoración, hasta el último detalle, tenía un toque brillante y elegante, como si fuera hecho de...
-La mayoría de los muebles tienen oro blanco -dijo Ralin como si le hubiera leído el pensamiento-, así que no tema romper o maltratar algo. Todo está dispuesto para su exclusivo uso personal.
Pasó por su mente la loca idea de quitarle un pedazo a alguna pieza y llevársela para venderla y Noli se rio dentro de sí.
-Si necesita algo escríbalo y vendremos de inmediato -le informó Vulina.
-El baño está detrás de esa puerta -señaló Ralin junto al tocador-, hay agua caliente y puede utilizar cualquier producto. Regresaremos en una hora para ayudar a vestirla y peinarla.
-Gracias -Noli no sabía qué más decir-. Las veré en un rato.
Las dos mujeres salieron después de hacer un asentimiento con la cabeza y dejaron sola a Noli.
Se sentó sobre la cama y disfrutó las suaves telas y el esponjoso colchón. Se preguntó cómo se sentiría dormir allí todas las noches. Luego abrió su baúl y comenzó a esconder el par de dagas que había traído, a pesar de que Lukas le dijo que no era necesario que las llevara.
Se miró en el espejo y comprobó que su rostro no fuera el mismo. Su piel estaba ligeramente más bronceada y su cabello oscuro estaba suelto lo cual la hacía sentir todavía más diferente. Además de que sus ojos habían cambiado hacia un tono marrón y sus labios se veían más rosados. Así que esto es ser bonita.
Entró en el baño y se llevó una sorpresa mayor, tenía una tina de baño y, en ese preciso momento, comenzó a desnudarse y abrir la llave.
El agua caliente le besó los pies y pronto se fue elevando hasta cubrirle el cuello. Junto a la bañera había una fila de frascos con fragancias, olió unas cuantas y las vertió en el agua mientras se recostaba y cerraba los ojos.
Podría hacer tratos así más seguido, pensó cuando se sumergió dentro del agua.
Perdió la noción del tiempo y, cuando reaccionó, el agua ya estaba fría. Tenía pocos minutos para hacer lo que se proponía.
Con las manos hundidas en el agua, comenzó a moverlas hasta que el agua volvió a estar caliente. Luego elevó más la temperatura hasta que salió vapor. A continuación, bajó la temperatura hasta que estuvo segura que, si fuera otra persona, le castañearían los dientes.

Sangre y lágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora