Capítulo 26

4 4 0
                                    

El aguacero mojaba su ropa con cada paso y soltaba exclamaciones por la fría temperatura de las gotas que acariciaban su rostro. Después de unos pasos, Lukas los condujo por el jardín hasta que llegaron junto a una cerca de madera la cual brincaron para atravesarla.
Lukas le dijo algo a Noli que no escuchó por el ruido de la lluvia, la guió hacia un puente y fueron debajo de él por un camino empedrado. Llegaron a lo que parecía un cuarto forrado de láminas blancas y Lukas la dejó pasar antes de cerrar la puerta y bloquear el ruido del exterior. El sonido de su respiración agitada y una calefacción amigable invadían el lugar. Sus ropas parecieron secarse un poco y el ambiente les dio una descarga de placer a sus cuerpos húmedos.
-¿Dónde estamos? -le preguntó cuando sintió una atracción poderosa en ese lugar.
-Aquí se cultivan flores extrañas -dijo mientras corría una cortina y revelaba tres muros repletos de flores de flama que trepaban por las paredes y llenaban el techo. Como su nombre lo decía, las flores estaban hechas de fuego y de diferentes colores: habían llamas rojas, azules, naranjas y moradas.
Noli no sabía qué decir al respecto, estaba sorprendida de que su escapada fuera precisamente para ir a lo que le había prometido.
-No pueden estar afuera en los jardines. La lluvia las marchita -continuó Lukas-, la luz del sol no les hace bien y son demasiado valiosas como para dejar que cualquiera pueda tener acceso a ellas.
Las enredaderas negras subían por todos los muros y hacían que la habitación se mantuviera caliente. Noli se sintió atraída por una flor con una flama azul y estiró la mano para tocarla. Su dedo raspó un pétalo y su corazón palpitó más fuerte en respuesta.
-Supuse que a ti no te quemaría -dijo Lukas acercándose a ella por detrás-. La tuya ya se encuentra en una maceta y lista para ser transportada, pero te propongo algo: si puedes sacar una ahora mismo, también puedes llevártela.
Noli sujetó el tallo de la flor y tiró de ella, la llama se fue extinguiendo y pronto toda la flor se convirtió en cenizas.
-No entiendo, ¿qué pasó? -dijo acercándole el polvo gris sobre su mano.
-Las flores de flama se extinguen en cuanto las arrancas. Sus cenizas sirven sí, pero no sobreviven sin sus raíces, es su naturaleza.
A Noli le parecía algo realmente interesante, aunque ella no tenía ningún conocimiento sobre la vegetación y tampoco era de su gusto, pero esas flores le hacian sentir algo especial y las cenizas hicieron énfasis sobre su mano.
-¿Qué hacen con las cenizas? -cuestionó.
-A veces se venden a restablecedores, pero en muy pocas ocasiones. Fuera de eso, simplemente se barren.
Noli creía que podía hacer más que eso. Extendió la palma de su mano y las cenizas se movieron, acercó la otra mano para evitar tirarlas y calentó ambas manos. Las cenizas fueron tornando a un tono anaranjado brilloso, como si alumbrara como las propias flores.
-Interesante -dijo Lukas. Sabía que la estaba mirando, pero a esas alturas ya no le importaba hacer algún descubrimiento frente a él.
Las cenizas volvieron a cambiar de color conforme Noli aumentaba la temperatura y ahora estaban rojas. Las formó en un puño, juntándolas y cuando abrió sus manos, parecía que cargaba una pequeña llama, redonda y brillante, entre sus dedos.
-¿Qué es eso? -preguntó de repente Lukas y la atención de Noli se rompió. La intensidad de la esfera en sus manos fue disminuyendo hasta que pareció tener una bola de vidrio púrpura. Sus manos se habían enfriado.
-No puedes hablar de esto con nadie -levantó la mirada bruscamente. Lukas se veía muy sorprendido-. ¿Oíste? Nadie debe enterarse de que algo así sucedió, nunca.
Lukas aún con cara de incredulidad, asintió con la cabeza y le dio una mirada sincera. Noli cubrió ese pequeño globo con su chal y lo sujetó firmemente.
-Será mejor irnos, seguramente ya estarán buscándonos -sugirió Noli.
Lukas pareció salir de un trance extraño cuando la escuchó hablar.
-Sí -la miraba como si le costara apartar la mirada-. Vamos.
Salieron y el aroma de la lluvia misma los regresó a la realidad.
-No pienso volver a la fiesta -le dijo Lukas alzando la voz.
-Yo tampoco, pero a ¿dónde vamos ahora?
-¿Recuerdas que dije que solo importaba estar al inicio de la reunión?
Noli asintió pensando en que, tal vez, esas había sido sus únicas palabras verdaderas.

Sangre y lágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora