Capítulo 28

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Noli terminó de vestirse de decidió dejarse suelto el cabello con la intención de que le tapara un poco el cuerpo. Le llegaba hasta la cintura y, a pesar de que el color escarlata resaltaba sobre su tez pálida, no hacía mucho por tapar el ridículo atuendo que caracterizaba a las furcias. Antes de salir de la Zona de Amenazas y pararse frente a Marcus, cambió su antifaz por uno rosa fluorescente, característico de cualquier empleado.
-¿Cómo me veo?
Él la evaluó con la mirada una sola vez.
-Si ese tipo no te da la información, seguro que alguien más lo hará gustoso por ti. Ya sé que no debería, pero te ves bien.
Una ola de confianza impulsó a Noli a caminar más erguida. Le pasó la mochila en donde estaba su demás ropa y se tomaron de la mano para salir de Sangre y Lágrimas.
Noli pasó robando miradas, algunas personas incluso expresaron lisonjas sobre su cuerpo antes de entrar a Brillo y Promesas. Debía encontrar el lugar donde tenían los polvos iridiscentes y usarlos antes de encontrarse con Aimon.
Tomó una bocanada de aire y entró en la sección alumbrada solo por luces rojas. Habían varias personas sobre el suelo o recargadas en las paredes, la mayoría mujeres, y tuvo que evitar chocar con alguien con alas falsas o ponerle demasiada atención a las posiciones eróticas que algunas hacían.
-¿Por qué estás afuera así? -refunfuñó una voz femenina al lado suyo-. Sabes que no debes salir sin antes darte una polvareda.
La mujer con chinos apretados y oscuros cruzó los brazos y le lanzó a Noli una mirada que le recordó a su madre.
-Perdón, iba justo a hacerlo ahora -se excusó.

-Pues vamos, que no tenemos todo el tiempo del mundo -la llevó a una puerta en el fondo de la habitación.
-¿Necesitas ayuda o sabes hacerlo? -le preguntó cuando pasaron le puerta y estuvieron frente a varios cubos llenos de ese polvo de colores. Noli se encogió de hombros.
-Eres de las nuevas, ¿no? -preguntó la mujer. Noli asintió avergonzada-. Lo hubieras dicho antes -algo en el rostro de la mujer se relajó.
La chica, no mucho mayor que Noli, aunque si más alta, se agachó y reveló una imagen de su trasero. Noli apartó la mirada, queriendo no imaginar cómo se vería ella si hiciera el mismo movimiento. Sus faldas eran iguales: abiertas a ambos lados desde la mitad del muslo hasta la cadera, apenas lo suficiente para tapar sus partes íntimas. Le soltó una cubetada encima y el cuerpo de Noli comenzó a resplandecer con suavidad.
-Bueno ahora sí ya puedes salir. Date prisa -hizo un movimiento con la mano.
-Gracias -le dijo Noli.
-Ay, nena, no agradezcas, cualquiera habría hecho lo mismo. Ya sabes que siempre nos protegemos entre todas aquí.
Eso ayudó a que Noli se sintiera menos incómoda. También el hecho de que las personas a su alrededor, en especial las mujeres, tuvieran un atuendo como el suyo.
-Una cosa más, antes de que te vayas -hizo que se detuviera y se plantó frente a ella-. Deja que tu cabello se mueva y no intentes cubrirte con él -le apartó el cabello de enfrente-. Eso hace que las cosas sean más fáciles.
-Llevas tiempo aquí, ¿verdad?
-De alguna manera tenía que encontrar cómo sobrevivir -levantó un hombro y lo dejó caer con una gracia casual.
Noli hizo lo que la chica le había dicho y caminó erguida mientras su cabello se movía a ambos lados de su rostro con una gracia seductora. Durante el camino hacia Agua y Fuego, más de cinco personas le pidieron que pasara el rato con ellos, pero Noli los evitó con amabilidad.
Luego de recorrer el bar con la mirada, reconoció las máscaras de Marcus y Lukas que estaban sentados en una mesa con Aimon, charlando y riendo, mientras pedían una botella de vino.
Noli se quedó plantada a una distancia prudente de ellos, de manera en que pudieran verla y en algún momento llamar su atención. Debía esperar un poco y era algo muy inquietante, realmente no podía creer que estuviera haciendo eso, pero las demás personas no la conocían y solo debía tratar con una. Repetía esto último mentalmente para bloquear la ansiedad que invadía su ser.
Sabía que Marcus le había puesto una sustancia a la bebida de Aimon para que se perdiera más pronto en el alcohol y, a pesar de que dijo que tardaría solo unos minutos en hacer efecto, Noli lo estaba viviendo como una eternidad. Mientras tanto, miraba hacia las demás personas que bailaban en la pista y evitaba voltear hacia unos cuantos hombres que parecían desnudarla con la mirada y le lanzaban besos al aire para que fuera hacia ellos. En esa sección abundaba el calor siempre y Noli lo sabía muy bien, pero esta vez lo experimentó de una manera completamente nueva.
Cuando finalmente Lukas fingió tirar una servilleta y agacharse para tomarla, Noli se movió. Caminó cerca de su mesa y, con toda la calma que pudo reunir, se agachó junto a Lukas para ayudarle.
-Es todo tuyo -le susurró debajo de la mesa.
-Hola, linda -le dijo Aimon con una voz seductora-. ¿Quieres acompañarnos? -movió una mano, que denotaba la falta de anillos, hacia la silla junto a él.
Noli le sonrió y se sentó obediente. Sabía que las furcias se dedicaban a hablar muy poco o casi nada, así que se había propuesto comunicarse con más gestos que palabras. A pesar de todo, el hecho de estar semi desnuda y tan cercas de un hombre tan desagradable como Aimon, le causaba repulsión. En especial el hecho de que le dejaba al alcance de su mano su valiosa piel expuesta.
-Vaya que has conseguido un buen juguete hoy -le dijo Marcus a Aimon que sonrió triunfante-. Si terminas pronto, espero que puedas prestármela.
Aimon soltó una carcajada tan escandalosa que hizo que Noli se sobresaltara.
-Lo dudo, muchacho. Llevo un rato echándole el ojo y no la soltaré esta noche así que mejor vete formando con los demás estúpidos que se quieren echar un revolcón con ella -pasó una mano por la cintura de Noli para atraerla hacia él. Ella se arqueó con el acto, temerosa y con el corazón palpitando-. ¿Verdad, hermosa?
El cuerpo de Noli se tensó al tener la mano de ese hombre sobre ella mientras la movía en pequeños círculos como si marcara ese terreno como suyo. Un recuerdo terrorífico comenzó a amenazar con invadir su mente, justo lo que estaba intentando evadir. Tendrían que terminar lo más pronto posible.
-Tal vez podamos hacer un intercambio -Lukas se dirigió a Aimon mientras estudiaba el abdomen desnudo de Noli.
-A menos que tengas algo mejor que la envidia de los otros por tener a la chica más deseada de esta noche, no tienes nada que me interese -pasó una mano por la pierna de Noli y la subió lentamente, haciendo énfasis en que solo él podría poseerla. Noli estuvo a punto de llorar, quería golpearlo con todas sus fuerzas y no le importaba quién estuviera cerca. No podía dejar que la tocaran de esa manera, no de nuevo.
-Aunque, si estás interesado en participar con nosotros... -siguió diciendo.
Noli estaba asqueada y el desprecio se le subía por la garganta. Las ganas de gritarles que no era un objeto comenzaban a querer explotar y sus manos se calentaban con el sentimiento. Marcus pareció notar lo que le ocurría y le dio un toque rápido con la pierna.
-¿Te ofrezco algo? -señaló las dos botellas sobre la mesa.
Noli sonrió. Él sabía que la bebida a veces le ayudaba a calmarse. Agradeció tenerlo cerca.
-Por favor -le contestó Noli.
Marcus le sirvió un líquido azul y Noli le fue dando tragos pequeños. Aimon seguía con una mano sobre su cintura, pero la soltó cuando se acercó para hablar con Lukas sobre algo privado. Noli suspiró aliviada y volteó hacia Marcus, por medio de miradas le dio a entender que Aimon estaba listo para comenzar a hablar. A Noli se le ocurrió que tal vez no sería necesario que se lo llevara para hablar en privado, realmente no quería hacer eso y el miedo la bloqueaba. Estaba dispuesta a rogar con tal de que no la dejaran sola.
Aimon negó con la cabeza en dirección a Lukas y volvió a tomar a Noli por la cintura, la acercó hasta que estuvo casi sobre su regazo. Noli respiraba con dificultad.
-Vamos, déjame disfrutarla un poco antes de que la ensucies -le dijo Lukas en un tono sereno.
-He dicho que no -le dijo con una mirada desenfocada-. Esta muñeca y yo estaremos un buen rato ocupados, así que es probable que no los vuelva a ver.
Se levantó tambaleándose y tomando a Noli por la cadera mientras le mirada de cerca los senos. Ella se apartó de él lo más que pudo y, con todo su pesar, caminó con él, lejos de los únicos chicos que podían ayudarla mientras recibía una mirada que le recordaba por qué lo hacía.
Aimon caminaba despacio debido a la cojera en un pie, pero Noli sentía que hacia más pausas a propósito para que los vieran juntos los demás, como si fuera exhibiendo un premio. Lo poco que le había dicho Marcus a Noli sobre la sustancia que había usado, era que hacía que la persona realizara movimientos más cortos o torpes. Deseaba que todo resultara bien.
-Espera un momento, necesito ir a arreglarme un poco -le dijo antes de soltarle una nalgada y meterse en el baño.
La paciencia de Noli se estaba agotando. En ese punto de su plan, Marcus y Lukas ya deberían de estar en otra sección, ella solo rogaba porque su ropa y sus armas estuvieran bien guardadas. De pronto, algo llamó su atención, vio esconderse a una persona entre las sombras, como ocultándose de ella. Por un momento creyó que era alguien que la conocía fuera de este lugar, pero ignoró ese pensamiento echándole la culpa a su imaginación.
Aimon regresó y la miró de pies a cabeza con un brillo lascivo en su mirada que la hizo sentir asquerosa y la causó que se asomara sobre su hombro, pero no había nadie.
Brillo y Promesas desprendía un aroma de fluidos combinados con gemidos que se alcanzaban a oír incluso desde antes de pasar por debajo de la luz rojiza. El cuerpo de Noli se erizaba ante el espectáculo que había en el centro de la sección y Aimon los hizo detenerse frente a un escenario improvisado donde había al menos ocho personas desnudas montándose unas a otras. Noli miraba hacia otro lado, esa imagen le causaba pavor.
-Mira que belleza -le dijo acercándola frente a él mientras la rodeaba con los brazos. Noli sentía un bulto sobre su espalda y su cuerpo se congeló. El impulso de gritar se hizo presente y tuvo que reunir todas sus fuerzas para no hacerlo-. ¿No te gustaría participar? Me encantaría verte en ese tipo de acción. Podrías deleitarme con ese placer antes de pasar a lo nuestro -le susurró en el oído.
-Creí que no querías compartirme con nadie más -contestó Noli con una voz seductora y se sorprendió del tono firme de sus palabras.
Aimon le dedicó una sonrisa perversa mientras esperaban a que el espectáculo terminara. Él mientras tanto rosaba levemente sus pechos y ella rogaba por salir de esa situación. Se separó un poco de él para tomarlo de las manos.
-¿Que tal si vamos a un lugar más privado? -dijo alzando la voz sobre los gritos del encuentro frente a ellos.
-Así me gusta.
Noli lo llevó de la mano y tomó la delantera, poniendo una distancia prudente entre ellos. Había pequeños espacios en donde las parejas podían estar en solitario. Había tiendas en forma de triángulos que tenían una bajada de un par de escalones que daban a un espacio lleno de almohadones. Noli vislumbró una abierta y bajaron lentamente.
-Realmente no estaba seguro sobre lo que me costaría convencerte para tenerte, pero parece que tú quieres lo mismo -tomó una de sus piernas y la acarició aún de pie. Las manos de Noli ardían, pero no se quedaría quieta, no cedería a lo que él quería.
-Pongámonos cómodos -dijo Noli mientras se hincaba junto a un par de cojines y fingía acomodarlos. Aimon se sentó a su lado.
-Vaya que eres una cosa curiosa, nunca había tenido un encuentro de esta manera. Parece que esta noche será inolvidable.
-¿Así que rondas seguido por aquí? -dijo Noli con coqueteo.
-Solo cuando tengo hambre y hay aperitivos tan deliciosos -la miró con lujuria y Noli planeó su estrategia.
-Yo siempre espero encontrarme con personas como tú más seguido -reuniendo todo el valor que pudo, pasó una mano por su hombro-, pero al parecer no todos los días los hay.
-Es porque trabajamos, preciosa. Algunas personas tenemos que proteger a los demás.
-¿Tú nos proteges? -preguntó con una sonrisa traviesa.
-Ese es mi deber -dijo con orgullo-. Si no lo hiciera, ahora mismo habría gente arrebatándose objetos mágicos por conseguir una gota de más poder.
Noli sintió un inmenso estremecimiento cuando comenzó a recorrerle las piernas con la mano y casi la hace salir corriendo, pero se contuvo. Esa información era algo extra.
-¿Y de qué manera nos proteges? -se acercó más a él.
-Veo algunas cosas que pueden pasar y las preveo. Por ejemplo, hace unos días unas personas querían entrar a un lugar sagrado así que hice que las lluvias de temporada se adelantaran para ahuyentarlos ¿y sabes qué? -Noli respiraba muy lentamente-. Funcionó de maravilla -soltó una carcajada larga lo que le ocasionó que comenzara a toser. Noli aprovechó esos momentos para salir de los pensamientos que comenzaban a combinarse con el pánico.
-Entonces, ¿distraes a la gente? -le dijo mirando sus labios oscuros.
-Nadie podría burlar mi seguridad.
-¿Y si yo quisiera ir a visitarte? -abanicó las pestañas con un aire coqueto.
-No podría quitar la seguridad -le tocó un hombro y la ira comenzó a arder dentro de Noli-, pero por ti... -le plantó un beso donde estaba su mano-, dejaría abierta la puerta trasera y quitaría algunas trampas de las escaleras.
-¿Tendría que subir muchas escaleras? -apenas pudo alcanzar a preguntar antes de que pasara un dedo sobre sus labios, como si los saboreara incluso con la mirada, y Noli comenzó a creer que haber accedido a hacer eso significaba un rotundo error. Se estaba lastimando a ella misma y una herida del pasado estaba por aflorar ahora mismo, en el momento menos apropiado; cuando más fuerte tenía que ser.
-Oh si, subirías hasta el último piso, pasando por cerraduras complicadas y un laberinto de espejos y efigies -se separó de ella un momento-. ¿Realmente harías todo eso por mí?
-Haría eso y mucho más, ¿te gustaría? -lo apuñalaría si seguía tocándola. Notó que sus pupilas estaban dilatadas, pero no duraría mucho el efecto de la sustancia de Marcus con los polvos que traía encima.
-Oh si, es agradable saberlo -comenzó a subirle la falda a Noli por ambos lados y puso una mano detrás de ella, inmovilizándola. Noli ya tenía sus manos ardiendo y juntas en un puño-. Pero por desgracia, hiciste la pregunta incorrecta, así que tus planes de noquearme para salir corriendo no serán realizados.
Noli intentó empujarlo, pero solo se movió un poco. Quiso retroceder, pero él la sostuvo con firmeza y trataba de tirarla sobre su regazo. Estaba ya prácticamente encima de ella y pronto terminaría de desnudarla. El pánico se adueñó de ella al comprobar que su peor temor se estaba volviendo realidad.
Noli levantó una pierna para patearlo y él la capturó en el aire y puso sus piernas a los lados mientras que intentaba torpemente desabrocharse el pantalón. Hizo un movimiento rápido que dejó a Noli tendida debajo de él, sin poder mover sus extremidades.
Echaba de menos sus dagas, pero sabía que no podría ocultarlas con esa escasa ropa. Aunque los cuchillos no eran sus únicas armas. Posó una mano sobre el brazo de Aimon, causándole marcas rojas mientras soltaba un alarido. Noli no desaprovechó ni un segundo y salió debajo de él. Respirando con dificultad y sintiéndose protegida.
-No te irás sin que antes te deje empapada -la sostuvo del tobillo y la abofeteó. Estaba lista para atisbarle un golpe cuando un joven pelinegro y de máscara azul se plantó en la entrada.
-Disculpe, señor, ¿ya le pagó a ésta? -dijo ladeando la cabeza hacia Noli.
-¿Y a ti qué te importa? -dijo Aimon muy malhumorado.
-Me mandaron a recogerla.
-Todavía no la he usado.
Noli estuvo a punto de quemarle el otro brazo.
-Madame Rosain no acepta que contradigan sus órdenes -le informó el Zafiro Negro.
Aimon se calló y el chico le indicó a Noli que saliera. Pero antes de hacerlo, se giró hacia Aimon y lo noqueó con un solo movimiento. Su cabeza se estrelló sobre los almohadones y daba una imagen como si hubiera terminado agotado, tal como ella lo había planeado.

***

Al salir de Brillo y Promesas, el Zafiro Negro llevó a Noli a una habitación en el piso de arriba a los cuales no cualquiera tenía acceso. Noli no dejaba de pensar en porqué el chico había fingido ser un cliente cuando formaba parte del personal de seguridad. Y peor aún, cuando Madame Rosain supiera que había una nueva furcia andando por ahí sin su consentimiento, seguro que no la dejaba volver a entrar al club. Sus trabajadores, a pesar de que se decía que ni si quiera a ellos le veían el rostro, tenían algún tipo de registro en donde las ganancias eran contadas al final de la noche.
Entraron en una habitación que estaba iluminada por unas cuantas lámparas que dejaban ver una cama y una mesa con un par de sillas. Vislumbraba, además, lo que parecía ser una maleta. Claramente esa no era la oficina de Madame Rosain.
-¿Estás bien? ¿Te hizo daño? -le preguntó el Zafiro Negro al cerrar la puerta.
-¿Trabajas para ella? -le preguntó ignorando sus palabras.
-¿De verdad parece que soy un guardia de seguridad? -parecía herido al decirlo-. Jamás trabajaría para esa loca.
Una parte de ella sentía alivio.
-¿Cómo me encontraste? -inquirió.
-No fui el único al que llamaste la atención. Te vi pasar vestida así y sospeché que no era normal que fueras con ese tipejo cuando podrías tener a quien quisieras -se acercó a ella y suavemente entrelazó sus dedos-. ¿Estás bien?
-Sí -levantó la mirada hacia él-, gracias.
-Descuida, no hubiera permitido que te hiciera daño -le guiñó un ojo-. ¿Necesitas algo? ¿Un vaso de agua? ¿Algo de ropa?
Noli se miró e intentó cubrirse, aunque de todas maneras ya la hubiera visto.
-Dime que no le diste lo que quería -le dijo seriamente.
-Jamás lo hubiera hecho -le aseguró.
El chico le sonrió y el gesto le pareció muy tierno. Algo dentro de ella comenzó a despertar y se preguntó si eso era a lo que se refería Lena al explicar lo de sus emociones, pues esa sensación parecía nueva.
-Estaba pensando -comenzó a decir el Zafiro Negro- que, si de verdad hubieras sido una furcia, no sé qué tanto daría por estar cerca de ti -dio un paso hacia adelante.
-Menos mal que no lo soy y que tú no necesitas dar nada -se acercó más y sus cuerpos se rozaron-. Realmente fuiste útil, aunque de todas maneras hubiera salido por mi cuenta.
-De eso estoy seguro -le rozó los labios sobre su mejilla y le plantó un suave beso-. ¿Sabes que disfruto distraer a las personas para atraer lo que quiero? -le recorrió la mandíbula con un dedo al decirlo.
El Zafiro Negro se apartó un poco de ella, lo suficiente para que pudiera ver cómo desabotonaba lentamente su camisa, revelando una serie de músculos marcados y bronceados. Cuando terminó, la bajó por sus hombros y terminó de mostrar su cuerpo esculpido. Noli no podía apartar la mirada conforme la temperatura entre ellos se iba elevando y, cuando el chico puso ambas manos detrás de su cabeza, Noli se derritió.
-Creo que ahora sí ya estamos parejos -le dijo con una sonrisa.
Noli tragó con dificultad, su cuerpo se sentía liviano y sus pensamientos salieron de su mente. Sólo existían en ese momento ellos dos. No perdió ni un momento y se abalanzó sobre él para besarlo. Pasó los dedos sobre su suave cabello y él le correspondió estrechándola entre sus brazos, como dos amantes que no se han visto en mucho tiempo.
El Zafiro Negro pasó sus manos por su cintura como si intentara borrar el rastro de marcas de otro hombre, dejándola limpia de nuevo. La sensación de sus manos grandes y calientes fue puro deleite para Noli, no tenía comparación con lo que experimentó con Aimon. Aquí no había espacio para el rechazo ni el desprecio.
-Te he estado viendo -dijo el chico y Noli se separó de golpe- en mis sueños, cada noche apareces y haces que mi día sea más tolerable.
-¿Y qué sueñas? -le dijo dándole un rápido beso para que contestara.
-Ocurren en diferentes lugares, pero cada uno sigue la misma secuencia: estamos abrazados y comenzamos a besarnos, después me sonríes y me dices que me quieres. Luego te levantas y me das la espalda mientras te quitas la máscara, justo cuando mencionas que me darás tu verdadero nombre, en ese momento despierto.
Noli se sentía halagada, ella no tenía esos tipos de sueños, ni si quiera recordaba lo que soñaba la mayor parte del tiempo. Pero viniendo esa historia de la boca de ese chico, consideró qué tan prudente sería revelarle algún dato.
-Parece que en tus sueños buscas respuestas -dijo.
-Tal vez -le apartó el pelo del hombro y le frotó la nariz por el cuello, haciendo que se arqueara.
Los dedos de sus pies, dentro de usas zapatillas finas, se doblaron y un tipo de calor diferente al que estaba acostumbrada a sentir, fluyó por su cuerpo.
-Estoy seguro de que ya lo sabes, pero eres hermosa. Toda tú haces que me... -la besó detrás de la oreja y Noli respiraba entrecortadamente-. Eres toda una diosa, algo completamente maravilloso. Eres fuerte y poderosa, eso me ha vuelto loco desde que te conocí.
Noli lo atrajo hacia ella y lo besó más rápido. Sus palabras solo hicieron aumentar su deseo y estaba dispuesta a llegar más lejos esta vez. Pero él la detuvo.
-Tenemos que irnos -dijo intentando normalizar su respiración-. En cuanto salgamos de la habitación, vete a casa, no regreses por esta noche. Ni los siguientes cinco días.
-¿Por qué? -ese fue el golpe que regresó a Noli a la realidad.
-Porque pronto encontrarán al tipo con el que estabas, y los demás sabrán que la forjadora que buscan estuvo aquí.

Sangre y lágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora