Capítulo 11

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La orquesta notó la aproximación del príncipe con su pareja e interrumpieron el vals.
Noli sabía que, de todos los príncipes, Lukas era el que menos bailaba pues se resistía a aceptar las propuestas que a menudo le hacían las damas, razón por la cual atrajeron todavía más miradas de las que esperaba.
Cuando hicieron contacto, Noli sintió un escalofrío recorriendo su torso. Lukas tenía una mano sobre su cintura y la otra sobre su propia mano. Sintió un leve temblor, no había bailado con tantos chicos como para controlar ese tipo de nervios y claramente no era como bailar con alguien de su familia.
Comenzaron a moverse haciendo leves inclinaciones hacia los lados, luego siguieron unos pasos cortos hacia adelante y hacia atrás. Noli estaba muy consciente de dónde ponía Lukas sus manos y esto la hacía erguirse aun más. A pesar de todo, intentaba mantener su cuerpo relajado ya que sabía que no sería un baile con el cuerpo tenso y rígido.
Los movimientos eran suaves y constantes, Lukas los iba guiando de manera en que parecieran marcar un cuadro en el piso. Noli reconoció que sabía bailar, aunque le resultaba muy extraño tenerlo tan cerca y con tanta luz. Podía verlo muy definidamente, cosa que en los túneles no tuvo oportunidad.
-¿Dónde está Marcus? -le susurró.
-Me hago la misma pregunta. No lo veo desde antes de entrar a la habitación. No sé qué hizo, pero cuando salí habían dos guardias.
Se separaron y Lukas la hizo girar, cuando estuvo otra vez cerca, le contestó.
-No puede haber dos, se coloca estrictamente a uno y no me informaron sobre eso.
-¿Pretendes que te este mintiendo ahora? Vaya, parece que mi enfrentamiento no valió lo suficiente -dijo alzando las cejas.
-¿No valió lo suficiente para qué? -preguntó con una mirada intrigante.
-Para quitarte ese gesto arrogante de la cara.
No era común que hablaran así, Noli supuso que era la ocasión que los hacía cambiar también a ellos. Lukas sonreía ahora completamente, Noli no.
-Vamos, alégrate un poco. Todo va bien hasta ahora y te encuentras bailando con el príncipe más joven de la realeza, es un privilegio que pocos tienen.
Noli lo fulminó con la mirada y le dio una sonrisa forzada.
-Que horrible se ve eso -siguió diciendo-, mejor vuelve a tu cara fría.
Ese comentario hizo reír a Noli y sonrió enserio. Aún se sentía molesta con él, pero supuso que era esa su manera de disculparse el uno con el otro y, en ese momento, tenían cosas más importantes en las que ocuparse.
Sintió que las cosas entre ellos ya no estaban tensas y eso la relajó, pensó que bien podría tomarse un momento para bailar, pero ¿éste era el verdadero Lukas? ¿O su comportamiento tenía que ver con estar representando su posición dentro del palacio? Se dispuso a considerarlo en otro momento.
-Tenemos que sacar el mapa, debe estar a salvo -dijo Lukas de repente.
-¿Y qué hay de nosotros?
-Ya deberían de estar fuera. En cuanto termine el vals, no esperes a Marcus y sal tú.
Lukas mantenía su rostro con el mismo gesto y Noli supo que la estaba viendo a la cara. Sus ojos se movían como si estuviera buscando su mirada y, cuando Noli lo notó, lo vio como si fuera un desafío. El primero que aparte la mirada, pierde.
Lukas le dio una vuelta sin dejar de mirarla y pronto se encontraron en completa sincronía. Cada paso que daban era como si estuviera ensayado, pareciera que se movían como uno solo mediante la comunicación por su contacto visual. Cada movimiento iba seguido de otro, bien calculado, sin equivocaciones y sin pisadas vergonzosas. Por suerte, Lukas parecía notar la forma en que Noli movía los pies porque, a pesar de todo, no la pisaba y su vestido no parecía presentar ningún estorbo.
Lukas era un excelente bailarín, como no, sabía hacer las pausas y cómo dar vueltas incluso en donde él también participaba. Sabía hacia donde inclinarse a la vez que Noli y la manera de flexionar o estirar más las rodillas dependiendo de la posición que estuvieran al ritmo que marcaba la canción.
Cuando Lukas la sujetó por la cintura para levantarla en el aire, Noli sintió un hueco en el estómago, no era un movimiento que acostumbrara a practicar, pero por lo que pudo ver de reojo, era algo común en este tipo de bailes.
La música iba en aumento ya que ahora se movían más rápido, parecía que iba alcanzando su punto más alto.
Giraban y movían los brazos y las piernas al lugar donde debían. Lukas la giró y la atrajo de espaldas hacia sí, incluso en esa posición no dejaron de mirarse. Estando así, Noli sentía su respiración y la solidez de su cuerpo, con lo que no pudo evitar el calor que se apoderó de su rostro. Incluso cuando solo se sujetaban con una mano y se estiraron para que después Noli se reencontrara entre los brazos de Lukas, cayó en la cuenta de que cada vez descubría más cosas nuevas sobre él. Se sentía cálido y sus manos, en comparación con las de Noli, debían al menos tener menos callos, además de que los anillos gruesos que traía puestos ya no se sentían tan fríos como al inicio. A Noli le hubiera gustado ponerse al menos uno, pero temía deformarlo.
Sentía que todo lo demás desaparecía, que en ese momento solo estaban ellos dos y que la pista les correspondía. Tenían un lugar en ese momento y, por un instante, fueron la perfecta combinación. Se sentía ligera y libre, no le importaba ser nada más en ese momento. No podía pensar en otra cosa que no fuera ese chico apuesto bailando con ella en una pista con colores hermosos, acompañados por una melodía embriagadora que los envolvía en un pequeño mundo solo para ambos. Solo podía sentir su cuerpo moverse bajo esa linda prenda que se deslizaba por sus piernas cada que hacía un movimiento y los brillos que sobre el suelo parecían caer como un velo que custodiaba sus faldas y que luego volvían a unirse con un suave roce.
El piano, el violín, el arpa, todos los instrumentos que se les unían, componían algo para ellos, algo único. Era una canción llena de sentimientos, no tenía letra, pero las notas tenían voz propia y parecía hablar sobre ese momento en que se reconciliaron mientras esperaban a hacer su siguiente movimiento. Una canción para un par de cómplices corruptos.
Podía permitirse tener un momento así, como un respiro de lo demás, lo merecía. Algo con lo que se sentía más cómoda compartiendo.
Daban vueltas por la pista y Noli sentía que se acercaba algo nuevo, algo para ella.
Claro que no iba a bailar algo así con Lena, ni con alguien de su familia, era una canción digna de realeza, de poder, de liberación, de algo mejor, algo diferente. Una melodía para bailar con un vestido para solo una noche, con un chico que podría estar con ella solo en esa ocasión.
La balada estaba en sus últimos estribillos donde iniciaron movimientos rápidos para después poco a poco ir más despacio. Lukas la giró lentamente para terminar haciendo una pose en que la bajó para sujetarla por la espalda, como impidiendo que alcanzara el suelo. Sus rostros estaban muy cerca y, desde esa distancia, Noli podía notar la claridad de sus ojos color miel. Notaba el brillo de su cabello y las arrugas que tenía en la frente. Incluso alcanzaba a ver su reflejo en sus ojos y se percató que, en algún momento, ambos comenzaron a sonreír y siguieron manteniendo ese gesto hasta ahora.
¿Qué pensaría su padre si la viera bailando con el príncipe, sonriéndose tan de cerca con una balada de cortejo? No le hubiera importado, supuso que la reprimenda, de ser así, valdría la pena.
Se incorporaron y escucharon aplausos. Noli no supo hacia quién iban dirigidos, pero parecieron aturdirle, pronto fueron un ruido intenso y molesto. Después comenzó a sentir sus piernas muy ligeras, pero de una forma muy diferente en que las había sentido al bailar y pronto comprendió que lo demás no daba vueltas como ella creía.
Lukas seguía a su lado, la seguía mirando con una expresión esperanzadora. Tal vez pensaba que podrían bailar la siguiente canción.
-Vamos a otro lado -le dijo con un hilo de voz mientras le ponía una mano sobre el pecho. Necesitaba aferrarse a algo.
Sentía que su cuerpo se inhibía e intentó echarse aire con una mano.
-Te invito a bailar, ¿y tan rápido ya quieres algo conmigo? -le dijo casi en un ronroneo.
Noli ignoró su tono de voz y Lukas la miró con detenimiento. Comprendió que sus palabras estaban fuera de lugar.
-Ven -la tomó por la cintura y salieron del salón.

Sangre y lágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora