Capítulo 12

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El centinela retrocedió y desenvainó la espada que llevaba en el costado. Noli salió del armario sin bajar la guardia.
Este hombre tenía una complexión parecida a la de aquel que la había sujetado en unos pocos movimientos, aunque sí tenía cabello. Un corte muy feo para el gusto de Noli.
-Por su seguridad -dijo el guardia sin apartar la mirada de ella-, debe salir de la habitación.
Sus palabras eran dirigidas a Lukas, pero este se limitó a cerrar la puerta y quedarse dentro.
-Todo esto es una confusión, Ronevo -le habló Lukas-. Esta chica ha estado conmigo toda la noche y ha bebido, es mejor que regreses, yo me encargaré de ella -dijo muy seguro.
Noli no iba a esperar a que debatieran sobre sacarla cargando o por sus propios méritos. Lanzó una daga hacia adelante y el guardia, Ronevo, detuvo el golpe con su espada. Intentó atacarlo por lo bajo, pero volvió a esquivar su golpe.
Esto será divertido, pensó Noli mientras hacia un movimiento para fintar el siguiente ataque. Eso le ayudó a hacerle un rasguño en el brazo, rasgándole el uniforme. Él lo notó y se limitó a lanzarle una mirada llena de indignación. Ronevo se quedo plantado frente a ella y Noli pudo notar que acercaba una mano hacia la espalda y sacaba una daga de cristal que ya estaba cargada.
Genial, de nuevo.
No esperó a que hiciera su movimiento y se abalanzó sobre él, provocando que ambos cayeran. Había perdido una daga durante la caída, pero la otra se la apuntaba al cuello hasta que se le atisbó una línea roja. El guardia intentaba ponerle su arma sobre la cabeza, pero su espada estaba doblada a la mitad. Noli había aprovechado el tener una mano libre y sin atención.
Se movió hasta alcanzar la daga de cristal, pero Ronevo también la sujetaba con fuerza y lo único que lograron fue reventarla entre ambos. El líquido azul verdoso fue absorbido por la alfombra y el guardia miró el estado de su mano. Noli le lanzó un golpe para noquearlo y dejarlo inconsciente.
Tenía sangre en la mano a causa de los cristales, pero después de comprobar que el líquido no se le hubiera metido, hizo caso omiso al dolor. Se levantó y fue hacia la puerta donde la esperaba Lukas.
-Realmente... -Noli lo interrumpió antes de que siguiera.
-Debemos irnos -le dijo.
Lukas abrió la puerta y la volvió a cerrar en cuanto estuvieron fuera. Por suerte no habían más guardias esperándolos, pero sabía que pronto los buscarían.
-¿Hacia dónde? -le preguntó.
-Depende, ¿el plan sigue en pie? -Noli asintió-. Entonces por aquí.
Lukas los condujo por un sendero largo que daba a una salida oscura. Noli vio que era un puente al descubierto que conectaba una sección del castillo con otra. La brisa se sentía fresca y aprovechó ese aire para enfriar su cuerpo. Notó que una mano seguía sangrando y que había manchado su vestido.
-¿Por qué no interferiste? -le preguntó Noli mientras caminaban por un sendero solitario.
-No sabía que querías que lo hiciera.
Noli lo detuvo y lo miró a los ojos.
-¿Te hubieras quedado ahí plantado mientras me daba un pinchazo y me llevaba a cuestas?
Lukas se quedó callado como si esperara a que lo golpeara.
-No pareciera que necesitaras ayuda -dijo con desdén.
-Realmente no sabes lo que trabajar en equipo. No ibas a hacer nada, ¿verdad? -dijo Noli con indignación.
-No quería perderme el espectáculo -le dijo con una mirada cautivadora.
Noli dio un resoplido y reanudó su paso. Lukas la alcanzó en un instante y le habló sin detenerse.
-A pesar de ser un príncipe, por distintas razones no tengo voz para dar órdenes a los guardias. Tengo algunas tareas sí, pero de todas formas al final resulta que no valen -movió la cabeza, como buscando la mirada de Noli, y continuó-. Como la alteración en la posición de los guardias...
Noli se limitó a seguir caminando en silencio, con la vista hacia el frente. Hablar con Lukas solo hacia que le doliera más la mano.
Se sintió más furiosa por haber pensado que, cuando bailaron, habían tenido algún tipo de conexión. Después de lo sucedido, no pensaba volver a cometer el error de creer cosas así de él.
Llegaron a unas escaleras que en el descansillo se dividían en dos y tomaron el camino de la derecha. Pero al llegar al otro corredor, habían cinco guardias esperándolos. Todos desembainaron sus espadas al notar su presencia, ya no podían dar vuelta atrás sin pasar desapercibidos.
-Príncipe -dijo el guardia que estaba en el centro-, aléjese de esa mujer y regrese al salón.
Lukas no se movió.
-Me temo que eso no va a ser posible -dijo con un tono de desafío.
Noli había decidido no volver a guardar sus dagas hasta que estuviera fuera del castillo así que solo las giró en sus manos con atrevimiento y provocación. Todavía estaban a una distancia considerable, tal vez si corrían podrían alejarlos lo suficiente para que se dispersaran.
Noli miró a Lukas y pareció pensar lo mismo. Ambos se giraron a la vez y retrocedieron, corriendo en dirección a las escaleras divididas, con los guardias pisándoles los talones.
Noli tomó las escaleras de la izquierda y Lukas la de la derecha. Tres guardias fueron hacia ella y los otros dos con Lukas. Estos últimos habían guardado sus espadas e intentaban hablar con él en vez de atacarlo, pero Lukas empezó a propinarles puñetazos para que se alejaran.
Al menos ahora si hace algo, pensó mientras desviaba su atención.
Noli ahora estaba evaluando a sus oponentes, dos dagas contra tres espadas. Instintivamente le comenzaron a arder las manos y movió los dedos como si volviera a acomodar sus agarres.
-¿Irá con nosotros por las malas? -preguntó uno de ellos al ver que Noli no decía nada-. Que así sea -declaró.
Los tres atacaron a la vez y Noli solo pudo detener dos cortes, el tercero se le reflejó en el brazo por el que ahora comenzaba a brotar sangre. Intentó ignorar el dolor y lanzó una patada, al que le había hecho el corte, con lo que lo hizo resbalar hacia atrás y caer por las escaleras. Los otros dos la tenían rodeada y Noli se estiró para apuntarles cada daga sobre sus cuellos. Se quedaron quietos, los tenía cerca y la punta de su arma comenzaba a hundirse lentamente. Ellos traían todavía sus espadas, pero no las usaban. Sabía que no estaba en una buena posición para escabullirse, pero Noli no discernía cómo moverse ahora. Vio que el tercer guardia regresaba y le apuntaba con su espada; cuando estuvo cerca, se la puso sobre la nuca. Ya no tenía más brazos. En ese momento, deseó saber controlar el metal con la mirada, como lo hacía su familia.
Lukas, sudando y con su saco mal puesto, apareció detrás del último guardia y lo desmayó de un solo golpe. Noli ni si quiera lo vio acercarse. Ambos guardias se movieron, esquivando el corte sobre sus cabezas y colocaron sus espadas frente a los cuellos de Noli y Lukas.
Ella se enfadó por dejarse distraer tan fácilmente, eso les había costado a ambos. Los habían atrapado. Aunque de todas maneras, no había muchas probabilidades de que pudieran salir por piernas.

***

Noli y Lukas fueron custodiados por los guardias durante todo el trayecto hacia algún rincón subterráneo del castillo. A Noli le habían quitado sus armas y un guardia le sujetaba las manos detrás de la espalda. Lukas iba en la misma posición.
Se detuvieron frente a una puerta de madera oscura con las bisagras oxidadas, Noli entró con el guardia empujándola detrás de ella y los siguieron otros dos que había enfrentado. Lukas se quedó afuera junto a los respectivos centinelas.
Bajaron por unas escaleras rodeadas de musgo y que olían a podredumbre. Noli intentaba memorisar el camino, pero resultaba confuso con ese guardia que no hacía mas que irritarla.
Finalmente, llegaron a donde había una mesa rodeada con al menos quince guardias, de los cuales la mayoría eran mujeres. Todos tenían un uniforme negro a excepción del que estaba sentado frente a la mesa, vestía de marrón.
Los guardias se hicieron a un lado para dejarla pasar y por fin le soltaron las manos. Uno de los guardias puso sus dagas gemelas sobre la mesa, frente al que estaba sentado, y este dijo:
-Que incidente tan horrible en una bella noche de celebración -volteó hacia Noli-. Ahora mismo podría estar bailando y charlando son su familia y amigos, ¿no? -los demás guardias se mantenían alerta-. Que deshonra para su familia, ¿qué pensarán de usted al enterarse de lo que hizo? -alzó una ceja castaña, del mismo tono que su cabello-. Bueno, tal vez podamos llevarles la noticia y así poder intentar explicarles lo sucedido, ¿cuál es su nombre, señorita? -Noli solo le lanzó una mirada que esperaba pareciera amenazadora.
Al ver que no respondía, continuó.
-¿No tiene nombre? Bueno, no importa mucho que me lo diga. Entonces, ¿a qué distrito corresponde? -al ver que Noli seguía en su misma posición y que no respondería, se dirigió a los guardias-. ¿De dónde es su vestido?
Alguien detrás de ella respondió.
-Parece ser de Oriente, Capitán, alguna de las boutiques más populares por las telas que se usaron -dijo una voz femenina.
El hombre frente a ella, el Capitán, volvió a hablar.
-¿Eres de Oriente? -Noli seguía en silencio. Le repitió la pregunta y tampoco obtuvo respuesta-. ¿Ésta es sorda o qué? -se puso de pie y enfrentó a Noli a la cara-. Escúchame bien, más te vale responder o haremos público tu encarcelamiento. Alguien vendrá y me ocuparé personalmente de explicarle con lujo de detalle lo que le hiciste a mis guardias.
Noli no cambiaría su misma postura. Marcus le había dicho que, si algo así llegaba a ocurrir, no debía decir nada porque si hablaba una vez, la castigarían hasta obligarla a volverlo a hacer.
El guardia resopló y regresó a su silla, tenía un cuaderno enfrente y lo abrió para comenzar a escribir algo que, Noli suponía, tenía que ver con ella. Cuando terminó, volvió a mirarla.
-¿Entraste a los aposentos del rey? -Noli lo desafío con su silencio y este pareció entender a qué jugaba-. Llévensela a la 92 -ordenó a un par de guardias-,y en media hora iré a darle una visita a ver si sigue sin querer hablar.
Noli vio la amenaza y una promesa en sus ojos oscuros, no pensaba mostrarse vulnerable frente a ellos. La tomaron dos guardias por los brazos y se la llevaron hacia un pasillo con mala iluminación que le daba la bienvenida con un frío aterrador.
Intentó poner resistencia pero la metieron con un fuerte empujón en una celda vacía y pronto cerraron la puerta de barrotes para poder irse. Noli se quedó en la oscuridad y deambuló por su celda en busca de algo que le ayudara a salir, pero no encontró nada. Solo había una ventana alta por la que apenas y se colaba un poco de luz de luna. Parecía más un hoyo que una ventana, como si alguien hubiera perforado la pared y, en vez de taparla, solamente hubieran puesto barrotes.
Comenzó a saltar para alcanzar la ventana y, después de varios intentos, solo pudo ver oscuridad. No tenía idea de donde estaba, Lukas no le había mostrado los planos de todo el castillo y un sentimiento de ira comenzó a recorrerle el cuerpo que al final se reflejó en un estremecimiento.
Se tocó el brazo para intentar ver su herida, pero solo sintió sangre seca y el dolor reapareció cuando estiró los brazos. Movió sus manos y parecía que el corte estaba comenzando a cerrarse, estiró los dedos para intentar entrar en calor. Ese vestido no combinaba nada con ese lugar.
Se asomó por la reja y pudo ver un pasillo desierto, solo habían otras celdas a los lados. Noli no sabía si estaban ocupadas las demás, reinaba un silencio abrumador que no dejaba mucho para suponer que alguien más hiciera ruido. De pronto, un movimiento de la celda frente a ella llamó su atención. Había alguien ahí dentro y se fue acercando hacia la luz del pasillo para dejarse ver.
A Noli se le escapó un jadeo. A pesar del ojo hinchado, la ropa desaliñada y la penumbra, pudo distinguir el rostro de Marcus cuando puso ambas manos atadas sobre los barrotes y le dio una mirada que parecía decir "al menos estamos juntos".

Sangre y lágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora