Capítulo 30

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Un nuevo tipo de miedo comenzó a invadir el cuerpo de Noli. Si lo que había dicho el desconocido era cierto, ¿cómo iban a poder salir de ahí?
El lunático se quedó a una distancia considerable y los evaluó con la mirada.
-¿Cómo entraron aquí? -preguntó el hombre con una voz hostil.
-Yo te hago la misma pregunta -contestó Marcus con su voz ronca.
-Yo solo protejo el lugar de ladronzuelos que sienten que pueden hacer lo que quieran.
-Libéranos inmediatamente de éstas cosas -el tono de Lukas le dio a entender a Noli que ya no estaba bajo el efecto del agua de la copa.
-No aceptaré órdenes de unos chicos estúpidos -se plantó frente a ellos y cruzó sus brazos musculosos sobre su pecho-. Ahora, pueden hacer mi tarea más sencilla y dejar que los lleve sin que provoquen más problemas y a cambio les regresaré la uniformidad a sus piernas, ¿qué dicen?
Noli no podía verle el rostro, pero no hizo falta para notar a la persona que se escondía debajo.
-¿Y a dónde nos llevarás? -se atrevió a preguntar Noli.
-Con el dueño del templo.
-El templo no tiene dueño.
-Claro que lo tiene -afirmó.
El silencio se hizo presente y Noli comenzó a planear alguna manera de salir, pero no podrían hacerlo sin sus piernas, ¿o si? Un vago recuerdo de un juego entre sus hermanos atravesó su mente y una estrategia ayudó a que el pánico disminuyera.
-Como veo que no se mueven -se burló-, espero que realmente estén pensando en la salida fácil que les propongo así que díganme a qué vinieron y prometo no estrellar sus piernas.
-¿Qué pasa si se estrellan nuestras piernas? -preguntó Noli.
-Jamás podrán recuperarlas. Es cristal se puede transformar, pero si se rompe, en este caso, no hay vuelta atrás.
Debían ser muy cuidadosos.
-¿Por qué no nos quitas esto de las piernas y así podemos hablar con decencia? -le preguntó Marcus y Noli advirtió que, cuando hacía ese tipo de preguntas y con ese tono, no indicaba nada bueno.
El lunático movió una mano a los pies de Marcus y éste corrió en cuanto recuperó la forma de sus piernas, pero no llegó muy lejos cuando sacó un cuchillo y se lo lanzó. Se detuvo cuando sus piernas fueron de cristal otra vez. Mientras tanto, Noli había aprovechado esa distracción y se había arrastrado por el suelo hacia la oscuridad, esperando que eso fuera suficiente para que el lunático no la viera.
-Eso no es decente -dijo el hombre después de recoger el arma que se clavó en el muro de su espalda-. Y ahora que sé que no irán por la buena, será mejor que comiencen a llover cristales.
Marcus sacó una espada corta y se preparó para la batalla. En cuanto el lunático llegó frente a él, Noli se deslizó a gatas lo más rápido que pudo con la intención de sujetarle las piernas. Pero un ruido en falso hizo que volteara hacia ella y le diera una patada que le sacó el aire. Escuchó a Marcus moverse y, cuando alzó la mirada, tenía al lunático aferrado de los brazos. Lukas se había movido como ella y pronto estuvo a su lado, tendiéndole una mano para ayudarla a ponerse de pie. Los cristales crujieron cuando ambos se levantaron y comenzaron a pelear a puño limpio.
Marcus estaba recibiendo la mayoría de los impactos y rápidamente cayó al suelo con los pies en el aire. Lukas estaba esquivando los golpes hasta que el hombre lo sujetó por la mano y la volvió de cristal haciendo que se detuviera. Noli estaba a su espalda y, con una mirada, le hizo una señal a Marcus para que lo sujetara con una mano mientras ella iba por la otra. Se detuvieron por un momento y solo se escuchó la respiración jadeante de todos.
El lunático puso resistencia y se zafó de Noli para levantar una pierna de Marcus. Noli estiró sus manos y sujetó al hombre por la fina cadena que usaba alrededor del cuello, haciendo que su cuerpo se elevara lo suficiente para que se detuviera. Había acordado con Marcus no hacer uso de su don o alguien podría pensar que dejaban algún tipo de pistas con su paso, pero si no lo hubiera hecho, sabía que su amigo hubiera perdido sus piernas.
-No lo subas tanto -le dijo Lukas desde abajo.
Noli lo ignoró y atrajo al hombre hacia ella. Se movía desesperadamente por intentar zafarse de la cadena y Noli casi estaba deleitándose con esa escena.
-Quita el cristal -le ordenó y lo bajó unos centímetros.
El hombre bajó una mano a sus pies y sus piernas dejaron de ser traslúcidas. Volvió a levantarlo cuando no hizo más.
-A todos -aclaró con un tono firme.
El hombre movió las manos hacia Lukas y cuando terminó, hizo que el cristal de las piernas de Marcus subiera hasta su muslo. Noli lo elevó más.
-No... saldrán... -dijo el lunático con un hilo de voz.
Lukas había tomado el cuchillo de Marcus y se lo puso detrás de la espalda. Noli estaba inundándose de ira, pero necesitaba que el lunático respirara para que Marcus pudiera caminar. Lo dejó caer al suelo con un ruido sordo y el hombre estuvo frente a sus pies. Noli le dio una patada para compensar el golpe que él le había dado.
-Vendrás conmigo si quieres que él vuelva a caminar -sentenció el hombre mientras recuperaba el aliento.
Noli sacó una daga y le apuntó al pecho. Lo tenían amenazado entre dos y aun así parecía que no era suficiente para hacerlo actuar.
-Le devolverás las piernas primero -le ordenó con severidad.
El hombre la evaluó con sus ojos inyectados en sangre y parecieron hacer una exclamación antes de hablarle.
-No. La forjadora irá conmigo al palacio -las manos de Noli ardieron-, y seguro le dará gusto a Erson cuando lo sepa.
El puñetazo que le propinó Noli fue tan rápido que ni siquiera tuvo tiempo de considerar hacerlo o no. La sangre salpicó el suelo y sus nudillos, con cada golpe, uno seguido de otro, y por esos instantes no fue consiente de lo que pasaba a su alrededor.
-Espera, espera -oyó gritar a Marcus-. ¡Detente ya! -la ira estaba consumiendo una parte dentro de ella y la desesperación no la dejaba pensar con claridad. Miró al hombre en el suelo y tomó un respiro profundo antes de dirigirle la palabra.
-Quita todo ese maldito cristal de una puta vez -no había compasión en sus palabras.
En cuanto el hombre terminó, Lukas y Marcus lo sujetaron por los brazos y lo pusieron de pie, inmovilizando sus manos detrás de su espalda. Noli quería volver a golpearlo, solo en eso podía pensar. No tenía muy claro qué hacer con él ahora que sabía quien era ella, y peor aún, que tuviera contacto con su padre. Caminó hacia él y le descubrió el rostro. No conocía su nombre, pero lo había visto en ocasiones en la herrería.
-¿Quién te mandó aquí? -le preguntó.
El hombre torció la boca en una sonrisa malévola.
-Jamás te lo diré. Es más, creo que yo debería ser el de las preguntas...
-No estas en condición de hacerlo -lo interrumpió.
-Claro que sí -la miró a los ojos-, sé quien eres, en dónde vives y quién es tu familia. Si no me liberan, iré tras ellos y, fuera de la revelación que les tengo, no tendré piedad con lo que les haga.
Noli no toleraba que la amenazaran de semejante manera, mucho menos que estuvieran involucrando a los que más amaba en su vida.
Levantó una mano a la altura de su cuello y rápidamente calentó su cadena que le dejó una marca en la piel. El hombre gritó e intentó zafarse de los chicos que lo sujetaban. Noli aumentó la temperatura. Le indicó a Lukas y a Marcus que lo soltaran y le plantó un rodillazo en el rostro que hizo que se tumbara hacia atrás. La sangre corría a borbotones por su rostro.
-¿Ya terminaste? -le dijo escupiendo sangre a sus pies.
Noli sacó una daga y Marcus la sujetó por la muñeca. Se detuvo por un momento, con el rostro lleno de rabia, cuando Marcus negó con la cabeza y la soltó.
-Sabía que no lo harías, no tienes el valor -el lunático la evaluó con la mirada y Noli volvió a guardar su arma, aunque su postura seguía siendo la misma.
-Mejor vámonos -le dijo Lukas desde atrás.
Noli se movió sin saber muy bien qué hacer primero.
-No podemos dejarlo ahí como si nada -como si no supiera sobre ella.
-Lo sé -dijo Marcus-, en cuanto salgamos él correrá a algún lado a contar lo que ha pasado.
Noli sabía que, si eso pasaba, la vida que deseaba jamás se cumpliría. Tenía que decidir cómo salir.
-Aún no puedo creer que seas tú -Noli se volteó para escuchar al lunático-, de entre tantas sospechosas... Pero supongo que suena lógico, es decir, tu padre es forjador y tus hermanos seguramente lo serán.
-¿Cómo que lo serán? -volteó hacia él.
-Sí, tu hermano mayor tal vez herede, pero los pequeños no lo creo. Es más, ni si quiera espero que llegues a averiguarlo.
Noli se abalanzó sobre él tan pronto como terminó de hablar y comenzó a golpearlo en la cara.
-Tú eres el que no llegará a ver ni siquiera la luz del día -varios cabellos le tapaban la cara, pero no le importó.
El hombre se defendió y sacó un pequeño cuchillo apuntando hacia su brazo y clavando la punta, haciendo que Noli se detuviera.
-Es mejor que termines bajo mi custodia y así podrás pagar por todos los males que has provocado -Marcus y Lukas estaban intentado separarlos-. Es mejor que caigas bajo mi mano y no bajo la vergüenza y deshonra que llevarás a tu familia.
Las manos de Noli no eran lo único que ardía bajo el fuego de sus palabras. Notaba de reojo vapor, pero no supo exactamente de donde provenía hasta que el rostro del hombre frente a ella comenzó a deformarse, como si se derritiera.
-Lárgate con tus malditos amigos, son todos unos bastardos. Cumple con lo que sea que te hayas propuesto que, de cualquier manera, no podrás limpiar toda la mierda que has lanzado sobre los demás durante todos estos años.
-¡Cállate! -le gritó Noli furiosa.
-No -dijo secamente-, nadie podrá callarme ahora que sé todo esto. Si me callo, alguien se encargará de cumplir lo que ahora estoy diciendo. Es más, yo en tu lugar comenzaría a preocuparme por los otros, por cierto ¿Suli está bien?
El corazón de Noli pareció dejar de latir y la sangre pareció abandonar su cuerpo.
-¿Está Suli a salvo? ¿Lo está? ¿Está...? -su voz se fue apagando, pero pudo distinguir las preguntas que seguía repitiendo.
Noli no lo toleró más y, a pesar de que el cuchillo seguía clavándose en su brazo, volteó en dirección a Marcus solo para confirmar si estaba de acuerdo en lo que haría. Él mostraba una línea firme en sus labios, pero le dio un rápido asentimiento de cabeza.
Un grito desgarrador retumbó dentro de sí en cuanto comenzó a apretujarle el cuchillo en el costado de la cabeza del hombre para mover parte de su cerebro. Lena le había enseñado la parte exacta en donde se alojaba la memoria así que supo donde apuntarle sin necesidad de abrirle el cráneo. Pero no era suficiente, los gritos eran demasiados y temía estar haciéndolo mal.
-Mac, te necesito aquí -pronunció con esfuerzo.
El chico se acercó y puso una luz cegadora frente a los ojos del hombre que lo dejó sin palabras. Noli solo necesitaba un empujón más, lo suficientemente fuerte para hacer que el hombre no recordara nada, pero que tampoco muriera. Sabía que podía utilizar alguno de los tónicos prohibidos que tenían un efecto bueno, pero no serviría de mucho después de todo lo que había revelado.
Sabía que los conjuros ayudaban en estos casos y, aunque apenas sabía muy poco sobre ello, lo intentó hablándolo en un lenguaje casi perdido.
-Istiresca oftursen itpom siluglesca. Melinfis golaiclus introdusclen brecnag -susurró con los dientes apretados una y otra vez.
Cuando terminó, el hombre se desplomó frente a sus pies y el charco oscuro que le rodeaba las piernas se fue enfriando. Con el dorso de la mano se limpió las lágrimas calientes que querían salir de su rostro. No era el momento para que las liberara.
-Nol... -Marcus se acercó a ella, pero al primer toque se alejó. Noli comprendió que su cuerpo había llegado a una temperatura extrema y se fijó en el daño que tenía su ropa. Se incorporó sola y tiró al suelo el cuchillo que había estado intentando enterrarse en su brazo.
Tenía sangre en el cuerpo, sangre que no era suya, pero no era la primera vez que había hecho algo parecido.
-Por suerte en este lugar ayudan a la gente desamparada -le dijo Marcus y una media sonrisa apareció en su rostro-. Será mejor que lo dejemos como está y nos vayamos. No hay más por hacer esta noche.
Noli estuvo de acuerdo y de pronto un jadeo llamó su atención. Lukas estaba como una piedra a un lado suyo, y ella ni siquiera había notado que estaba tan cerca, no hasta ese momento. Vio cómo una lágrima corrió por su rostro mientras juntaba sus manos. Estaba más pálido de lo normal.
-¿Viste todo? -él asintió-. Debiste de haber apartado la mirada.
-Tú... -habló con un hilo de voz-. No creo que... no se supone que...
Noli secó la siguiente lágrima y se acercó para examinar el líquido rojo que goteaba de su muñeca. Le tomó una mano con mucho cuidado para no hacerle daño.
-En ocasiones hay que hacer ciertos sacrificios para ganar -comenzó a explicarle y Lukas asintió lentamente-. Y aunque no siempre sea de forma limpia, y aunque tu no hayas querido verlo, al final de una pelea solo puedes hacer una cosa: sangrar o llorar. Solo no hagas ambas en el escenario de batalla, a veces podemos derramar más de lo que parece. No dejes que tu vulnerabilidad sea más palpable, no aquí.
A Noli le entraron ganas de abrazarlo pues se veía muy joven para estas cosas, pero solo le dio un asentimiento de cabeza y se levantó.
Lukas tragó con dificultad y pudo comenzar a moverse de nuevo, ayudando a Marcus a reunir sus pertenencias y evitar hacer más caos. La conciencia de Noli no estaba tranquila, pero no podía dejarse arrasar por esos pensamientos ahora mismo. Debía correr a casa.

Sangre y lágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora