Faltaban dos días para que regresaran a Septentrión y a Noli le daba vueltas la cabeza. No sabía qué hacer ni cómo pensar. Recordaba partes inconclusas sobre la noche que fueron por el medallón y ni si quiera sabía cómo había llegado a su dormitorio ni quién o en qué momento alguien la había curado.
Traía puesta un vendaje alrededor de la cintura y Chainstom solo le informó que había pasado todo un día dormida, en cuanto despertó, había llamado al restablecedor más cercano. Después de un chequeo, donde Noli tuvo que dar un soborno para que no se dijera nada sobre su herida profunda, se concluyó frente a la familia Reguen, que Noli necesitaba reposo y descanso; además de que tenía un resfriado. La madre de Chainstom y él mismo habían estado llevándole comida y haciéndole compañía, ella intentaba ser amable, pero quería estar sola y no deseaba sentirse como una carga para los demás.
Solo deseaba reencontrarse con sus amigos, estaba muy desconcertada sobre lo que había pasado en realidad y lo que pudo haberse imaginado.
Sabía que no podía ir al lugar donde se hospedaban Marcus y Lukas y, después de un rato, había dejado de mandar cartas que no tuvieron ninguna respuesta, lo único que esperaba es que pudiera encontrarse un momento con ellos, aunque ni siquiera se vieran como ellos mismos. Para eso necesitaba salir, así que anunció que se sentía mejor y que necesitaba aire fresco. Chainstom la tomó del brazo para ayudarla a levantarse y le dijo que iría con ella por si algo le pasaba. No puso resistencia, realmente no se sentía bien para andar sola, mucho menos en un distrito que apenas y conocía.
Fueron a un parque muy amplio en donde se veían niños jugando y familias reunidas. Noli se sentó sobre el pasto, necesitaba sentir con urgencia el suelo debajo de ella.
-Sabes, siempre me ha gustado este lugar. Es bonito y tranquilo -dijo Chainstom después de unos minutos de silencio.
-Lo es -le contestó con la voz apagada.
Chainstom se acercó una pizca más hacia ella.
-Hay una temporada en la que muchas parejas, viene aquí y declaran su amor. Es como una tradición ya que el lugar se llena de un ambiente muy romántico.
Noli deseaba que no hiciera ningún atrevimiento ahora, no sería apropiado y la pesadez la agobiaba otra vez.
-Estos últimos días que pasamos juntos -continuó diciendo- han sido maravillosos, jamás me había sentido tan contento de compartir tiempo con alguien. Aunque claro que en este momento tu estado no es algo para alegrarse -Noli se sentía nerviosa y se tocó disimuladamente su tobillo desnudo. No traía ninguna de sus armas y pronto cayó en la cuenta de que desconocía si estarían en su cuarto-. Y he pensado que es muy probable que entre nosotros...
Noli sintió que todo pasaba demasiado rápido, tanto que no distinguió el momento en que la bilis se le subió a la garganta, dio una arcada y vomitó hacia un lado. Su cuerpo rechazó la comida de esa mañana y su herida la hacía jadear con arduo dolor. Se sentía peor que el día anterior.
-Quiero irme -anunció cuando se recompuso.
Chainstom la ayudó a levantarse y ella, casi sin poder evitarlo, se fijó en sus ojos color avellana y en la forma en que en ellos desprendían ternura a pesar de su aspecto. La hizo sentir incómoda. Marcus la había visto vomitar en otras ocasiones y su mirada era totalmente diferente a la que Chainstom le ofrecía ahora. Quería ir con su amigo, saber cómo estaba y que le explicara lo que había sucedido.
Cuando regresó a su habitación, sus ojos se humedecieron y no pudo detener las lágrimas que se deslizaba por su mejilla. No sabía la razón por la que ahora lloraba, pero solo de esa manera es como pudo inducirse en el sueño y descanso que tanto anhelaba.***
Cuando escuchó la dulce voz de Lena recorriendo los cuartos de su casa para llegar al suyo, Noli se enderezó de golpe con una punzada en el costado.
Se había sentido fatal el último día con la familia Reguen y, cuando por fin estuvo en casa, algo la hizo caminar como si nada malo le hubiera pasado. Hasta que Chainstom le contó a su padre lo que tenía, entonces llamaron inmediatamente a Lena.
Su amiga entró a su cuarto y se dejaron oír voces afuera, su familia quería entrar pero ella les impidió el paso.
-Noli, ¿qué pasa? Luces pálida y tu familia esta muy preocupada -le dijo con una de sus típicas miradas evaluadoras.
Lena dejó su bolso en el suelo y se sentó junto a Noli en la cama. Su cabello lucía casi tan despeinado como el de Noli, dándole a entender que había estado teniendo días de trabajo duro.
-Estoy bien, solo... bueno, en realidad no estoy muy segura... no sé lo que pasó -las lágrimas volvían a inundarle los ojos.
-Noli, por favor, no llores, ya sabes que si te veo llorar me haces llorar.
Lena inhaló una bocanada fuerte de aire antes de volver a hablar.
-¿En qué te metiste ahora? Sé que no estuviste todo el tiempo al lado de ese chico y espero que esto no tenga nada que ver con Marcus -la miró a los ojos y Noli y volteó hacia otro lado-. ¡No puede ser! Solo ve en qué estado estas, de verdad tienes que dejar de hacer... lo que sea en lo que se hayan involucrado ahora.
-Pero es divertido -protestó.
-No seas tonta.
Noli suspiró rendida, sabía que no valía la pena pelear con su amiga a pesar de que ese tipo de conversaciones se repetían desde que tenían trece años.
Lena le tomó la mano.
-Sé que mis dones y mis instrumentos son muy útiles, pero también sé que no sirven mucho para esta situación. Tienes que decirme qué fue lo que sucedió, qué es lo que te dejó así.
Noli sabía que hubiera sido más sencillo si le hubiera contado todo desde el principio, que no debió haberle mentido y así las cosas hubieran sonado mejor. Pero no pudo evitarlo, intentaba no involucrar a su amiga en los conflictos en que se metía.
Entonces le contó, le dijo que conocía al príncipe y trabajaba para él. Le contó sobre lo que había ocurrido esa última semana y lo que hizo con Marcus. Sobre los objetos mágicos que debía encontrar y las desastrosas consecuencias que salieron de todo eso.
Lena escuchó atentamente y, cuando finalmente terminó, miró a la ventana y se quedó pensativa.
-Hay algo que todavía no comprendo, ¿qué te ofreció el príncipe Lukas para que accedieras a esto? -le preguntó después de unos minutos de silencio.
-Va a darme la libertad que quiero.
-¿Cómo?
-Bueno, no soy tan tonta como para no saber en lo que terminará mi vida si los planes por juntarme con ese chico continúan, sé hasta donde es capaz de llegar mi padre. Le hablé sobre eso y él me dará un papel firmado por el rey donde se exponga que no me casaré con quien me mande.
-Solo así se impedirá -dijo Lena sorprendida.
Noli asintió.
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Sangre y lágrimas
Fantasy¿Y si el destino de todos ya estuviera escrito? ¿Y si no es una coincidencia conocer gente, experimentar cosas, ni tener "accidentes"? Había una vez, en una isla donde los más acaudalados no poseen ningún don sobrenatural y los débiles estallan de p...