Capítulo 24

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La carta de Lena decía que tenía noticias importantes y no podía compartir esa información por escrito así que Noli tuvo que ir hasta el nosocomio donde ahora trabajaba. A ella no le gustaba ir a ese lugar, evitaban encontrarse allí por el ambiente enfermizo que circulaba.
Pasó por la recepción y se dirigió hacia el final de un pasillo para subir por unas escaleras. Luego tuvo que volver a girar hasta encontrar una puerta con el número 811. Tocó y Lena la recibió rápidamente.
-Estoy un poco ocupada -se excusó-, así que será algo breve.
Noli se sentó frente a su escritorio mientras su amiga buscaba debajo de un montón de papeles y tomaba un bolígrafo.
-El tónico que has estado bebiendo ha dejado daños dentro de tu organismo -soltó a bocajarro-, tus emociones positivas al parecen se reprimen, es como si tu corazón las bloqueara.
-¿Qué? ¿Los congela? -preguntó.
-Se podría decir que sí.
Noli no recordaba que hubiera tenido alguna sensación parecida y eso la angustió sin saber muy bien el porqué.
-Noli -sus palabras se llenaron de sinceridad-, no puedes saber lo que realmente sientes estando bajo el efecto de esa sustancia.
-No lo entiendo, ¿cómo es eso posible? -dijo con incredulidad.
-Tomaste ese tónico por varios años, llegó a invadir todo tu cuerpo y si no lo detenemos ahora podrías no tener prueba de ningún sentimiento. Además de que tus órganos podrían verse dañados con eso y... tus dones, bueno, tal vez en ocasiones puedan parecer más débiles.
Noli había experimentado el miedo en otras ocasiones, pero está vez era algo muy diferente.
-Pero el tónico funcionó, quiero decir, mis dones se contenían y cuando los usaba estaba bien -explicó.
-Funcionó demasiado bien, tanto que el frío que corre por tus venas se expandió por completo. ¿Te ha estado costando invocar tu calor?
Su expresión de asombro respondió por ella y Lena hizo algunas anotaciones en una hoja.
-No debería de fallarte en ningún momento, ni por el mínimo instante -comenzó a juguetear mover la pluma en su mano conforme hablaba-. Sé que hace años me pediste un tónico para calmar las brasas que salían de tus manos, pero ahora el daño está hecho y tienes que tomar el control por ti misma.
Noli se quedó en silencio, realmente no sabía cómo sentirse después de todo.
-¿Y ahora qué hago? -le preguntó.
Lena suspiró y se sentó frente a ella.
-He estado revisando e investigando algunas cosas que pudieran servir para revertir el efecto. Sacar por completo la sustancia llevaría mucho tiempo y es un riesgo enorme.
-¿Por qué? -le preguntó.
-Porque tendría que hacer una intervención delicada sobre tu sangre y cualquier mínimo error podría ser fatal.
Las posibilidades de decirle esa información a su familia estaban fuera de realidad. Sabía Noli que, si sus padres se enteraban, las cosas serían aún peor.
-¿Qué has encontrado hasta ahora? -le preguntó.
-Sé de algunas plantas que podrían ayudar, pero una no es suficiente y no quiero arriesgarme a mezclarlas. Solo hay una ideal, pero jamás la he visto en persona y es muy complicado obtenerla.
Noli pensó en las herramientas que podría utilizar para buscarla.
-¿Cómo se llama?
-Flor de flama.
Noli se levantó de su asiento y se dirigió a la puerta.
-Te enviaré una carta cuando la consiga -sentenció.
-Ten mucho cuidado -le advirtió.

***

No sabía qué era lo que sucedía últimamente entre Marcus y ella, parecían distanciados, pero, aun así, cuando le envió una carta hablándole sobre el tema de su tónico y la flor que debía encontrar, le respondió al instante diciendo que comenzaría a investigar.
Antes de que cayera la noche, tuvo que hacer una visita para saber que tanto le costaría encontrar esa flor. Y cuando llegó a casa de Urlo su afro esponjado le saludó desde la ventana.
-Creí que no te gustaba venir de noche -dijo mientras la dejaba pasar.
-También me da gusto verte.
-Tengo un cliente en unos minutos, espero que no sea muy tardado.
-¿Así es como tratas a tus clientes estrella?
-Venga, dime lo que necesitas.
-Necesito una flor de flama.
Urlo pareció pensárselo, como si decirle a Noli lo que le costaría fuera un enorme premio para él.
-Dudo que tengas el dinero suficiente para pagarlo -antes de que Noli pudiera responder, él continuó- y, aunque así fuera, no puedo arriesgarme de tal manera. Conseguirte esa planta sería un suicidio.
-¿Tan complicado es? -preguntó frunciendo el seño.
-El simple hecho de tocar la flor hace que te quemes, incluso con materiales especiales es una tarea difícil. Tendría que ser trasplantada y no conozco a muchos transmisores que se las arreglen bien con esos asuntos.
Noli no estaba contenta con esa información, pero la planta existía y de alguna manera tenía que obtenerla.
-¿Sabes en dónde la puedo encontrar?
-No es seguro que te lo diga y solo tengo una ubicación vaga de que las hay en el Centro. ¿Pero exactamente dónde? No lo sé.
Sabía que no sería fácil, pero eso le dio una idea. Se despidió del chico y corrió a escribir una carta. Tuvo que informarle a Lukas que su trabajo tendría que posponerse unos días. Y también que necesitaba entrar a la biblioteca real.
Cuando cayó la noche, Noli recibió la respuesta de Lukas sobre verse en unas horas, razón por la cual ella estuvo pensativa durante toda la cena.
-¿Te pasa algo? -preguntó Cal, poniéndole una mano en la cara.
Noli lo apartó de un manotazo. Consideró contarle la situación pensando que él, de entre toda su familia, podría ser la única persona capaz de entenderla. Sin embargo, no confiaba en la confidencialidad de sus palabras.
-Nada, estoy cansada -mintió y se alejó de él.
-Te quedaste toda la cena viendo la pared, ¿acaso había alguna mancha que te estuviera viendo feo?
Noli sonrió. Cuando era pequeña, las manchas de suciedad le daban miedo y corría con su hermano para que la defendiera de la aterradora y pequeña mugre que parecía querer atraparla. Le sorprendió que aún lo recordara.
-No es nada -le aseguró-, no te molestaré mientras duermes así que puedes descansar plenamente.
-Menos mal -sonrió y unos hoyuelos aparecieron en cada una de sus mejillas.

Sangre y lágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora