Capítulo 48

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Noli pasaba la mirada de un guardia a otro, intentando analizar a cada uno de ellos y las posibilidades que tenían para poder salir con vida.
-¿Quiénes son ustedes? -preguntó un guardia.
Ninguno de los tres se movió.
-¿Qué llevan ahí? -preguntó otro señalando el bolso de Noli.
-Nada -contestó Lukas y Noli pensó que, si él se hubiera visto como realmente es, quizás no estarían metidos en tantos apuros.
-Entrégamelo -le ordenó sin dejar de mirar.
Noli sujetó el bolso más fuerte.
-Hazlo -dijo y dio un paso hacia adelante causando que los demás guardias se movieran, rodeándolos en un círculo filoso.
-Son cosas de chicas -mintió Noli pegándose más entre Lukas y Marcus. Sintió cómo su amigo movía una mano y le indicaba que se acercara, que tenía un plan.
-Déjame verlo -señaló extendiendo una mano.
Noli se movió lentamente y fue extendiendo el bolso hacia adelante y, antes de que el guardia pudiera tomarlo, las luces se apagaron. Noli golpeó el rostro del guardia con su bolso y después se agachó. Sintió cómo alguien le pisaba el vestido y le impedía moverse.
Cuando las luces volvieron, Lukas mantenía sujeto a dos guardias por la espalda con sus propias armas y Marcus tenía contra el suelo a otro. Junto a él había otro inconsciente. Noli señaló con su bolsa al último que quedaba.
-Bájala -le indicó.
El guardia le dio una media sonrisa y movió su espada para atacarla. La manga de su vestido se rasgó.
-Pagarás por ello -dijo mientras volteaba hacia Marcus para que le lanzara una espada de los otros guardias.
-Acércate -la retó.
Noli comenzó a pelear contra el guardia mientras dejaba que Marcus y Lukas se ocuparan de los demás. Tuvo que enfrentarse a una nueva forma de combate ya que solo podía utilizar una mano, la otra la mantenía sujetando el libro y lo dejaba fuera del alcance de cualquiera. Cuando el guardia le dio una cachetada la paciencia de Noli se rompió y comenzó a atacar al guardia con más fuerza, rasgrando su ropa y haciéndole retroceder hasta tirarlo de una patada por la escaleras.
-¿Estás bien? -le preguntó Marcus parándose junto a ella.
-Sí -respondió mientras se acomodaba un mechón de cabello. Noli volteó hacia atrás y vio a todos los guardias restantes en el suelo, junto con manchas de sangre-. Eso no se ve bien -señaló.
Observaron al guardia terminar de rodar por los escalones y, al final, se escuchó un golpe seco y una exclamación.
-¿Qué fue eso? -escucharon a una voz decir desde abajo.
-Ven -le dijo Marcus, atrayéndola hacia donde los esperaba Lukas.
-Esas escaleras nos conducen a otro lado, pero podemos salir desde ahí -comenzó a explicar Lukas-. Solo debemos seguir en silencio para regresar al salón y luego...
Unos pasos apresurados lo hicieron callar. Un grupo de guardias subía por las escaleras.
-Son demasiados -dijo Marcus en voz baja.
La puerta detrás de ellos se abrió y el par de guardias que habían encerrado se posicionaron frente a ellos.
-No tienen escapatoria -les dijo uno de ellos.
Noli pensó si sería más fácil enfrentar a diez guardias en las escaleras o a unos pocos frente a ellos. Un segundo después, Marcus se apresuraba para averiguarlo lanzándose hacia el par de guardias que acababan de salir. Estaba ocupado con los dos y Noli aprovechó para sacar un arma de su pierna. Miró a Lukas y vio que traía consigo su daga negra.
-Espero que pueda pueda cortar más que solo unas pinturas -le dijo.
-Atraviesa paredes, déjame mostrarte lo que hace con los huesos.
-Por aquí -dijo Marcus con sangre sobre la ceja, pero sin guardias a su paso.
-¡Deténganse! -escucharon gritar detrás de ellos a unos de los guardias que intentaban subir los inunmerables escalones.
Los tres corrieron hacia el lado opuesto, Noli dejaba que Lukas y Marcus la fueran guiando por los pasillos y las escaleras por las que casi iba saltando con sus tacones.
Corriendo, dando vueltas y vueltas, Noli no estaba segura de hacia dónde se dirigían ahora.
-¡Del otro lado! -gritó una voz masculina que los hizo detenerse.
Frente a ellos había un grupo de guardias de igual tamaño que el que los perseguía. Se giraron para encontrarse con el otro solo para comprobar que los habían alcanzado.
-Bajen sus armas y pongan ese bolso en el suelo -indicó un hombre mientras los demás les iban cerrando el paso.
-Hay un pasillo a unos poco metros adelante -susurró Lukas-, si llegamos hasta allá antes que ellos, podremos salir.
Noli no veía un pasillo, aunque le creía. Pero sabía que no llegarían a ninguna parte solo usando sus armas.
Se los prometiste, se recordó.
No tenían tiempo para discutir sobre usar o no sus dones, de alguna manera tenían que salir y seguro que con sus armas no sería suficiente.
-Junten sus cuchillas -comenzó a decir Marcus casi en susurros-, no se despeguen y peleen para intentar despejar el camino hacia el pasillo.
Lukas y Noli hicieron lo que dijo.
-Suelten sus armas -repitió un guardia de la izquierda.
Noli se ajustó su bolso al hombro y sujetó más fuerte las empuñaduras de sus dagas.
-No dejen que escapen -dijo un guardia e inmediatamente comenzaron a atacarlos.
Noli resistía todos los golpes que le llegaban y se defendía de los demás guardias que iban en multitud hacia ellos. Necesitaba alejarlos a todos un momento o no podrían salir.
-Tenemos que correr -escuchó decir a Lukas.
Miró un pequeño espacio en dirección hacia fuera y comenzó a abrirles el paso, a pesar de que fueran demasiados guardias las que ahora la tenían rodeada.
Lukas se paró junto a ella y le ayudó a derribar a los guardias de su camino con lo que avanzó más rápido. Pero escuchó un quejido de su lado con lo que hizo voltear la cabeza, tenía una espada frente a sus ojos y estaba tirado en el suelo. No sabía cómo había ocurrido eso tan pronto si hacia un momento estaba a su lado.
Que poco aguante, pensó.
Volvió con él y comenzó a quitarle los guardias de encima, uno a uno los fue apartando hasta que estuvo de otra vez de pie.
No supo lo que había hecho hasta que Lukas la tomó por la cintura y le plantó un fugaz beso en los labios que la dejó sin aliento.
-Te adoro -le dijo sonriendo.
Noli no tuvo tiempo de regresarle el gesto, pronto tuvo que apartar la mirada hacia los demás guardias que no paraban de atacar. Pero estos volvieron a arremolinarse a su alrededor y pronto comenzaron a jalonearla. Le propinaron una fuerte bofetada con lo que hizo que se desorientara y se detuviera por un instante, cuando volvió a alzar la mirada, los guardias tenían inmovilizados a Lukas y a Marcus. Ambos estaban sujetos por las extremidades lo cual les impedía hacer uso de sus dones.
-Entrégamelo y tus amigos no sufrirán -le dijo un guardia a Noli.
Había otro par de guardias que estaban detrás de ella y sabría que tendría que darles su bolso de cualquier forma.
-Antes diles que se alejen -contestó señalando con la mirada a los sentinelas que se le acercaban por detrás.
El guardia les hizo una señal y retrodecieron, luego extendió una mano y Noli se lo entregó de mala gana. En cuanto lo soltó de sus dedos, un par de guardias la tomaron por detrás y la obligaron a arodillarse mientras le inmovilizaban los brazos.
-¿Qué tenemos aquí? -inquirió el guardia mientras abría el bolso-. Parece un viejo diario, una lectura muy anticuada para unos jóvenes y... -sacó el anillo y los miró contra la luz-. Esto definitivamente lo he visto en algún lado -sonrió con un lado de la boca en un gesto malévolo-. Esto los culpa de robarles a los reyes, y espero que sepan que las consecuencias pueden llegar a convertirse en una sentencia a muerte, además de sus crímenes por no obedecer a los guardias y los daños que han causado dentro del hogar de sus monarcas -el guardia hizo una pausa y pareció lanzarlarle una mirada especialmente malévola a Noli-. En fin, llévenselos.
Noli solo se zarandeó hacia adelante cuando los guardias ajustaron su agarre sobre sus brazos, clavándole los dedos mientras la ponían de pie. Marcus y Lukas se retorcían entre los demás guardias sin poder librarse de ellos. Cuando Noli miró al guardia volver a sacar el Libro de los Susurros e intentar abrirlo con brusquedad, su autocontrol se rompió.
El ardor se fue apoderando de sus sentidos y comenzó a expandirse de tal manera que, conforme avanzaba, iba quemando y deshaciendos los guantes que cubrían sus brazos y, con solo el movimiento de sus muñecas, las armas de los guardias fueron retraidas y todos los presentes cayeron al suelo, incluidos Marcus y Lukas.
Noli caminó hacia donde estaba el libro, decidida a que no le arrebatarían lo que era suyo y mucho menos considerando cuánto le había costado encontrarlo, volvió a meterlo en su bolsa con una sola mano, con la otra formaba un puño y mantenía a los demás en el suelo.
-No debiste -le dijo Marcus a su espalda.
-No había otra forma.
-Vámonos ya -les dijo Lukas.
-No creo que sea bueno dejarlos así.
Noli presionó más sus dedos hasta que el grupo de centinelas quedó completamente quieto y con el cuerpo tenso. Lo mantuvo así hasta que los perdió de vista y pronto comenzaron a correr.
El príncipe tomó a delantera y los fue llevando hacia los pisos inferiores, vigilando por dónde pasaban otras personas. Estaban a una poca distancia de regresar a los baños por los que habían partido.
-Alto -dijo y extendió un brazo para impedir que pasaran.
-Se desató una alarma -escucharon decir a alguien al otro lado-. Vamos a cerrar toda la zona del salón, no dejen salir a nadie.
-Entendido, pero ¿qué sucede? -oyeron responder.
-La forjadora esta aquí, no puede salir.
Escucharon que se alejaban y Noli palideció.
-¿Cómo saben eso? -le preguntó a Lukas.
-Seguramente por las plantas.
-Explícate - dijo Marcus.
-Hay algunos guardias que son transmisores y, como saben, hay varias macetas colocadas en distintos los lugares así que las usan para comunicarse con los demás sin que haya necesidad de subir o bajar.
-¿No creíste que ese dato hubiera sido importante saberlo antes? -preguntó Marcus entre dientes.
-Y eso, ¿puede hacer que espien nuestras conversaciones? -preguntó Noli, recordando que habían charlado junto a varias macetas.
-Lo dudo mucho, no somos transmisores.
Lukas se asomó despacio y después retrocedió para hablarles en el mismo tono bajo.
-No podemos pasar, el lugar esta lleno de guardias, sabrían que fuimos nosotros si vamos ahora.
Ya estaban metidos en problemas por haber derribado a aquellos guardias en los pisos superiores y Noli no quería más problemas por hoy. Ya tenía suficiente con su fallido plan para hayar una llave.
Le echó una rápida mirada a la habitación de al lado, intentando buscar algo que les fuera de utilidad, algo con lo que pudieran esconderse hasta llegar al salón. Entonces notó que Marcus parecía hacer lo mismo y tuvo una idea.
-¿Mac? Hay una sombra por el costado -le informó.
Marcus alzó ambas cejas, tan oscuras como su cabello, y Noli asintió.
-¿Crees poder? -le preguntó en voz baja.
-¿Hacer qué? -inquirió Lukas.
-Los iluminadores no sólo jugamos con la luz -le dijo Marcus y sacó la piedra atada alrededor de su cuello, la cual, en un raṕido movimiento la partió en dos.
-No se separen y no hagan el menor ruido -les indicó mientras juntaba sus manos alrededor de la piedra-. Y recenle a todos los dioses porque esto dure lo suficiente.
-Creí que los rumores sobre que los iluminadores se podían esconder en las sombras era mentira -comentó Lukas.
-No te confíes, aún puede fallar y no durará mucho tiempo -le respondió Marcus.
Noli solo observaba cómo hacía todo Marcus, la forma en que colocaba sus manos y cómo de ellas no irradiaba ni un rayo de luz del que estaba acostumbrada a ver.
-Muy bien, avancemos -les indicó-. No pueden separarse ni hacer ruido y, hagan lo que hagan, no se suelten -dijo mientras juntaba los pedazos de piedra en un solo puño y con la otra mano tomaba a Noli. Ella su colgó el bolso y, a su vez, tomó la mano de Lukas sin pensarlo.
Pasaron pegados a la pared, atravesando como si simplemente no existieran y burlando a todos los guardias. A Noli le maravillaba lo que podía hacer Marcus, pero cuando el agarre en su mano se fue aflojando, supo que comenzaba a cansarse, mucho y demasiado rápido. Estaba muy consciente que requería demasiado poder y por eso no lo hacía tan a menudo, le costaba días o semanas reponerse de ello.
-Los regresaré a los baños, después nos veremos dentro -susurró Marcus.
-No me esperen -dijo Lukas-, tengo que cambiarme. Pero antes, déjame entrar con ella -dijo apuntando con la cabeza hacia Noli.
Ella fue la primera en salir de las sombras y, por fortuna, los baños estaban desocupados. Inmediatamente después de que Marrcus se fue, Lukas procedió a cerrar la puerta con ambos dentro.
-¿No deberías irte a cambiar? -le preguntó cuando notó que no hacía nada más que mirarla.
-Necesito saber que no estas herida o que en tu ropa no hay rastros de sangre. Sino nos descubrirán en cuanto atravieses esa puerta -advirtió dando un paso hacia adelante.
Noli asintió en respuesta y extendió sus brazos, pasando la mirada de su piel a los ojos de Lukas que la observaba como quien busca una excusa para tocarla.
-Parece que solo tu vestido tiene sangre, cubriré las manchas si te parece bien.
A Noli le pareció extraño que se dedicara tanto en hacerlo ya que ella creía que no era tan notorio, pero le permitió seguir.
-Antes de que regresemos -siguió diciendo con la mirada puesta sobre sus faldas-, antes de que entremos al salón y las cosas... quiero que sepas que me importas, que me preocupa que estés bien. Sé por lo que has pasado y creo que en eso nos parecemos un poco -sonrió con un lado de la boca con sus rosados labios que parecían brillar-. Y, después de todo, voy a protegerte. ¿Esta bien? Sólo necesitaba que supieras eso antes de que pase lo que tenga que pasar y... yo haré todo lo posible por protegerte -tocó su barbilla con un dedo y la obligó a mirarlo a los ojos, unos ojos extraños por fuera pero familiares por dentro.
-Esta bien -fue lo mejor que se le ocurrió decir en vez de ponerse a hacer preguntas por las que no había tiempo para ser respondidas.
-Prométeme que no lo olvidarás, que tendrás presente lo que te acabo de decir y... todo lo que ha pasado hasta hoy.
Noli tuvo un mal presentimiento de todo eso, creyó que se parecía a una despedida, no estaba segura. De cualquier forma, no sabía porqué se tomaba la molestia de hacerlo, de prevenirla de esa manera tan confusa y decirle cosas que nunca había pensado.
Parecía que Lukas iba a decir algo más, creía que haría alguna otra cosa ya que no apartaba la mirada de sus labios y estaban muy cerca. Noli no sabía si sentirse asustada o emocionada, pero después decidió dejar el asunto en paz y fue la primera en apartarse fingiendo acomodar sus ropas y su cabello. Lukas se fue sin decir nada y ella se quedó unos minutos más que le sirvieron para esconder la rasgadura de su vestido y, cuando se dispuso a limpiar sus heridas, solo quedaba sangre seca, no había ni un rastro de una herida abierta.
Cuando volvió al salón, la sorpresa se reflejó en su rostro cuando notó que todas las damas que vestían como ella ya no traían puestos sus guantes.
Alguien chocó junto a ella y se apartó del camino.
-¿Por qué no te fijas por dónde...? -dijo Lena y se calló-. Noli, lo siento, no sabía que eras tú.
-Vaya, tú también estas vestida así -dijo mirando su ropa.
-Sí, todos afirmaron que sería el color de uso para esta festividad -le espetó la otra.
Noli dejó pasar su comentario y la tomó del brazo para apartarla de los demás y poder hablarle en voz baja.
-Tienes que salir de aquí, tú y toda tu familia.
-¿Qué ocurre? Si quieres, lo podemos hablar afuera.
Noli asintió y fueron hacia la primera salida, pero un guardia se cruzó en su camino.
-¿A dónde van? -les preguntó.
-A tomar aire -respondió Lena.
-El salón es muy fresco, dudo que haga falta. Además, no creo que quieran irse tan pronto de una fiesta tan espléndida.
-Solo saldremos un momento, no nos vamos a ir.
-Temo que no pueden hacerlo aún, el rey hará un anuncio importante y no deben perdérselo.
Ambas dieron la vuelta, contrariadas.
-No le creas ni una palabra -le dijo.
-No me digas que esto tiene que ver con que te hayas metido hoy a buscar tu llave -Noli miró a otro lado-. Al menos ¿la encontraste?
-Hay problemas mayores que ese, saben quién está aquí, saben que yo estoy aquí, y no dejarán salir a nadie hasta encontrarme.
Lena la miró con seriedad.
-Pues no pienso abandonarte, al contrario, eres tú la que tiene que salir, estas en mayor peligro de lo que podría estar yo.
Las posibilidades de que Noli saliera, aunque fuera escondida o camuflajeada, eran nulas ahora que los guardias se dejaban ver en cada entrada y salida. Toda la gente estaba contenida en un solo espacio y sabía que solo era cuestión de tiempo para que la descubrieran.
Miró entre la multitud y pronto notó que Marcus se acercaba a ella, y no quería hablar con él en presencia de Lena, creía que eso solo serviría para preocuparla más.
-Solo mantente cerca de tu familia y, en cuanto las puertas esten abiertas, no dudes en salir -le indicó y se alejó de ella para alcanzar a Marcus en el camino.
-Dame el bolso -le dijo y Noli lo hizo.
-Cuídalo bien -le advirtió.
-Lo sé. Pero eso no importa tanto ahora, tenemos que sacarte de aquí.
Noli miró a su alrededor intentando encontrar algo que les pudiera servir. Lukas se acercaba a ellos, con un gesto aburrido sobre su rostro, cubriendo lo que sea que estuviera sintiendo en ese momento.
-Los guardias no dejarán salir a nadie hasta haberte encontrado -le explicó Lukas.
-¿No deberían ya saber quién soy? Me vieron, no sé qué estan esperando.
-Creí que ya lo sabías, no es una coincidencia que haya muchas mujeres con tus facciones con un vestido del mismo color y casualmente sin guantes ahora que los tuyos se han quemado.
-¿Tú lo planeaste todo? -preguntó Marcus. Lukas asintió con orgullo-. Admito que es un buen plan, pero eso no ayuda a sacarla y estoy seguro de que también saben quién soy yo... a menos que haya por ahí chicos pelinegros con trajes oscuros.
-Solo mira a tu alrededor -dijo extendiendo la mano y mostrando a su alrededor.
-Cabrón -susurró Marcus.
-¿Cómo sabías que iba a funcionar? -le preguntó Noli.
-Porque la mejor forma de pasar desapercibido entre una multitud, es fingiendo ser como la multitud -dijo y le dedicó una media sonrisa.
-Aún así, Marcus tiene razón, no es suficiente para salir de aquí.
-Necesitamos una distracción -comenzó a explicar Marcus-, algo grande que permita salir a todos de una sola vez y así poder mezclarnos.
Su escucharon los violines afinándose y la mente de Noli comenzó a dar vueltas. No tenía muy claro cómo hacer lo que ahora se proponía, pero sentía que era un deber suyo, para protegerse y proteger a los demás. Había arriesgado a su comunidad y a ella misma al llegar hasta este punto.
-¿Todavía puedes usar tus dones? -le preguntó a Marcus.
-Solo puedo jugar con la luz, tal vez un par de veces más -dijo Marcus frotándose las muñecas.
-Con eso es suficiente -comenzó a explicarle-. Necesito que vayas apagando las luces, una a una hasta dejar iluminada solo una. Al final debes apagarla y hacer que no se puedan volver a encender, eso hará que toda la gente salga. Saca el libro y vete, saca a tu familia, a la de Lena especialmente, a la de Rona si es que está aqui, y a todas las demás. Necesito que saques a todas las personas que puedas -dijo apresuradamente.
Marcus asintió.
-¿Qué vas a hacer? -preguntó preocupado.
-Voy a darles una distracción, esta gente no merece permanecer en peligro más tiempo y si algo les llegara a pasar..., sería por mi culpa.
La música se reanudaba así que Noli fue hacia su primer objetivo. Tomó a Lukas del brazo sin darle tiempo para objetar y, con su mano envuelta alrededor de la suya, juntos, fueron hacia la pista.
-¿Qué haces? -preguntó dejándose llevar.
-Vamos a bailar.
Lukas entonces pareció entender a dónde quería llegar con todo esto y se acercó a ella con una gracia sensual y natural que, tan solo con dar un paso para bailar, puso más inquieta a Noli.
Comenzaron a moverse con sus manos unidas, imitando los movimientos de las demás parejas a su alrededor. Se alcanzaban a escuchar que algunas personas cuchicheaban entre sí.
-¿Tu distracción consiste en divertirte? -le preguntó.
-Corrección, mi distracción consiste en bailar frente a todos con el príncipe que aparentemente tiene una extraña pareja. Un detalle que, estoy segura, muchos han de notar.
Lukas la hizo girar haciendo que, después de todo, sus cuerpos estuvieran más juntos.
-Necesito que uses tus dones, quiero que formes una niebla -le susurró.
-¿Cómo se supone que haga eso? -le preguntó aún cuando los pasos incluían mantener sus cuerpos cerca.
-Mueve los brazos, fórmala desde afuera y espársela sobre el suelo. Yo iré enfriando la parte baja del salón para que parezca real -comenzó a explicarle, recordando sus lecciones de aquel primer libro que había sacado de la biblioteca real.
-Espera, no puedo hacer eso enfrente de todos.
-Para eso es el baile. Mueve tus manos y esconde lo que hagas al ritmo de la música -dijo antes de girar.
-Pero el baile no va así.
-Es justo lo que haremos. Vamos a cambiarlo.
-Lo revolucionaremos -concluyó maravillado.
Noli asintió.
-Solo baila como si nuestras vidas no estuvieran en juego, como si nadie nos estuviera viendo y como si nada más importara. Déjate llevar, pero no pierdas la cordura.
Noli se separó y comenzó a mover sus brazos en diferentes direcciones, dando vueltas alrededor de él hasta que sus ojos se encontraron y Lukas comenzó a seguirle el ritmo. Se movían uno cerca del otro y a la vez apartando a las demás parejas que estaban con ellos, abriendo su propio espacio juntos y el acto le causó a Noli una extraña conexión.
Todos los expectadores los contemplaban boquiabiertos y a Noli no le importó en absoluto. Los murmullos se habían convertido en parte de la música, de su compañía. Los envolvían las notas y parecía que estaban danzando en un capullo que no dejaba de envolverlos.
Se dejó llevar por completo y comenzó a sentir la música vibrar dentro de ella, pensando que no tendría jamás otra oportunidad para disfrutar de todo eso.
Miró a su alrededor, a la niebla que comenzaba a brotar de alguna parte que nadie notaba, y ella comenzó a mover sus manos en dirección hacia abajo, haciendo que el frío y la humedad se convinaran con el efecto que estaba poniendo Lukas. Lo miró a los ojos y algo extraño tocó una parte profunda de ella al encontrarse con unos ojos más claros de los que había visto hace un rato. Notó que no dejaba de mirarla y ella, a su vez, no podía apartar la mirada de su rostro sonriente y cautivador.
-Voy a darte la vuelta -le informó Noli-, sigue la dirección de mi mano.
-Creo que debería ser yo el que te diera las vueltas, no al reves.
-Se trata de reorganizar la manera de bailar, además, necesito realizar un movimiento que no puedo hacer con discreción si yo giro.
-Pero incluso yo soy más alto -dijo divertido-, eso sería complicado.
-Por todos los dioses. Te recuerdo que con estos zapatos somos prácticamente de la misma estatura.
-Claro que no, hay una pequeña diferencia que se nota.
-Es verdad, te ves más bajo, pero no se notará tanto cuando te haga girar -dijo guiñándole un ojo.
Lukas le dedicó una sonrisa pícara antes de pasar bajo su brazo.
La niebla húmeda se iba elevando y algunas luces ya estaban apagadas. Noli necesitaba que la niebla cubriera todo para que funcionara su plan, pero también tenía que modificar la temperaura desde el techo.
-Ve alzando la niebla- le indicó.
-¿Hasta dónde?
-Que cubra todo el espacio.
-Hecho -dijo dando una vuelta.
-También necesito que me cargues.
-¿Ahora?
-Espera a la música, te indicará el momento. Súbeme por la cintura y ve haciendo que descienda lentamente.
-Bien.
Noli seguía moviéndose, haciendo muchos movimientos elegantes y fluidos con las manos. Conocía esa canción, hablaba sobre todo en su isla, pero especialmente de los monarcas y le pareció divertido hacer una de sus artimañas con esa canción frente a los reyes y dentro de su propio hogar. Estaba esperando el instante exacto en que las notas le indicaran el momento para que su movimiento fuera el más discreto, pero nunca había creído que la usaría para ese tipo de cosas.
-¡Ahora! -dijo y sintió las manos de Lukas sobre su cintura. Ella estiró sus brazos, como queriendo alcanzar el cielo, y movió las manos para causar que la brisa fresca aumentara, que fuera descendiendo poco a poco hacia ellos hasta terminar fundiéndose con lo que mantenía en el suelo.
Lukas la dejó caer con un suave movimiento y ahora rondaba la oscuridad. La pista solo estaba iluminada por un candelabro sobre sus cabezas, llamando aún más la atención de los presentes mientras montaban tan extravagante espectáculo.
-Te mentí -comenzó a decir Lukas cerca de su oido-, ese día en el bosque, me espanté por lo que me causó ese beso.
Las mejillas de Noli se calentaron.
-Dijiste que solo hacías tu trabajo.
La música alcanzó el clímax y no supo si era por eso o por el momento con Lukas, que un torbellino le atrevesó el corazón entre todos esos sonidos encantadores.
-No era cierto -le dio una vuelta y la atrajo con las dos manos, sin dejar de moverse, sin dejar de usar sus dones incluso con las manos entrelazadas.
-Lo que dije fue verdad -siguió diciendo-, lo que pasa es que comencé a sentir otras cosas, sentía y siento demasiado. Eres fantástica y no sé cómo explicarte que mis sentimientos por ti superan todas las expectativas de aquello que siempre pensé que sería el amor.
Noli lo miró y en sus ojos colo miel pareció haber encontrado una respuesta. Por la forma en que la miraba, como lo había estado haciendo en algunas ocasiones, esa forma tan suya de verla con dulzura, con todo su claro esplendor, haciéndole saber que sus palabras eran ciertas, la hizo pensar que de ahí provenía el sobrenombre que a veces utilizaba.
Sonrió.
Y ahí estaba ella, bailando con ese arrogante e insoportable chico con el que se sentía un poco tonta en su presencia, especialmete cuando pasan tiempo a solas. Ese chico al que le había aprendido a tomar cariño a pesar de que la sacaba de quisio, ya sea por su impulso por atacarlo o respirar su aliento. Claro que él también le importaba, pero no se sentía tan dispuesta para hacérselo saber.
Al tenerlo tan cerca y con la mirada de él sobre ella, a Noli le entraron unas fuertes ganas de besarlo, pero solo pudo ponerle los brazos alrededor del cuello y él le respondió cargándola y haciéndolos girar. Solo veía un borrón de luces al dar vueltas y vueltas mientras que el candelabro tenía una vista perfecta de su sonrisa.
La niebla que los envolvía se fue elevando aún más, tanto que al final no dejó ver nada ni a nadie más. Las luces terminaron de apagarse al mismo tiempo que la canción terminaba. Aún en la oscuridad, Noli buscó con sus manos el rostro de Lukas y presionó sus labios en un beso que había estado añorando, un beso sincero, con el mismo sabor que el primero, un sabor conocido.
Las pisadas de la gente sonaron más fuerte y algunos gritos fueron elevándose. Sabía que las personas habían comenzado a salir, su plan había funcionado, y Noli estaba conforme con lo que había hecho, con lo que juntos habían logrado.
No podía ver, pero creía que sabía la dirección en la que iban saliendo los demás, sin mencionar la luz que proporcionaban las grandes puertas abiertas. Lukas la tomó de la mano y la acercó a él.
-Creo que sería mejor si salieras por los túneles, me parece más seguro.
-¿Estan lejos?
-No tanto, pero debemos comenzar a movernos antes de que se den cuenta.
Noli asintió y se sintió tonta por hacerlo en la oscuridad.
-Sígueme.
Lukas la sujetó más fuerte y caminaron a tientas, el ruido de los pasos se iba haciendo más lejano, pero pronto la luz los deslumbró y varios guardias fueron hasta ellos.
-No se muevan -les dijo uno de ellos mientras los rodeaban con sus armas.
Noli alzó las manos con actitud impotente, contando los guardias que tenían enfrente.
-No intente hacer ningún movimiento, señorita.
Noli sintió cómo rapidamente la tomaban por los brazos y cerraban sus manos en puños. Extendieron sus extremiedades y la sujetaron fuertemente, inmovilizándola. Miró a su alrededor y Lukas no estaba, parecía haberse esfumado tan fugazmente como su niebla.
-Parece que después de tanto buscar -comenzó decir el guardia frente a ella, un hombre alto con un semblante duro y un uniforme tan oscuro como el tono de sus ojos y su cabello-, la forjadora vino a nosotros y se metió en su propia trampa. Que linda criatura -dijo acariciando su mejilla.
Noli le escupió en la cara y el guardia se limitó a limpiarse con la manga de su uniforme.
-Llévensela.
Entre tres guardias que la sujetaban, la hicieron caminar hasta una entrada de una parte subterránea del palacio. Las escaleras eran apenas lo suficientemente angostas para que pasaran sin necesidad de soltarla y ella solo intentaba averiguar hacia dónde la llevaban. Mientra bajaba cada escalón, solo tenía en mente que Lena estaba afuera y que Marcus había asegurado el libro. Había logrado sacar a toda esa gente sin que hubiera más problemas, lo que le pasara a ella a continuación, no le importaba tanto. Valía más la pena eso que cargar con la culpa de miles de vidas.
La llevaron hasta una habitación muy iluminada y con pisos negros y pulidos. En el fondo había una cajonera con una botella encima y, enmedio de todo, una silla custodiada por un guardia que sostenía unas gruesas cadenas.
La pusieron frente a la silla sin decir nada y ataron sus manos detrás de ella con el helado hierro cubriendo sus muñecas.
-No intentes hacer nada, no te lastimaremos a menos que te muevas -le advirtió el guardia que la ató.
Los demás centinelas se quedaron junto a ella, haciendo guardia y mirando cada tanto hacia las escaleras. Noli supo que esperaban a que algo ocurriera o a que alguien entrara. Cuando escuchó a un guardia hablarle a otro entre susurros, supo que había llegado.
Un hombre con una corona sobre su cabeza apareció bajando las escaleras y Noli se congeló.
-Su majestad desea hablarte -le informó un guardia.
-Ya llegó el rey Grofon -escuchó a alguien decir detrás de ella. La pura mención de su nombre cambiaba el ambiente, parecía irradiar poder absoluto.
Noli solo miraba a aquel hombre que nunca le había agradado realmente y que creía que solo ignoraba a los demás.
El rey se plantó frente a ella y Noli pudo observarlo de cerca, sus arrugas y sus canas fueron mayores con esa luz y a esa distancia, sin que nadie más pudiera llamar su atención.
-Esperaba encontrar a alguien mejor -comenzó a decir mientras la estudiaba con desprecio-, una chica que hace meses se mete en mi castillo y roba un mapa, sí, esperaba ver a alguien más fuerte.
Noli apretó los dientes y se los mostró. Los guardias a su alrededor se tensaron.
-Sé que esas cadenas no te detendrán por mucho así que espero que no las derritas antes de que terminemos -siguió diciendo-. Eres una ladrona y sabes que tendrás que pagar por eso. Pero no es mi mayor preocupación en este momento.
Noli lo miró a los ojos y encontró crueldad. Solo hasta ese momento fue que comenzó a temer por su vida.
-Desátenle las manos -ordenó.
Dos guardias hicieron lo que pedía y se mantuvieron cerca de ella mientras estaba frente a tan importante personaje.
-Muéstrame tus manos, niña -proclamó.
Ella lo hizo y el rey las volteó para que pudiera ver sus palmas.
-Traigan a Lukas -ordenó con la mirada fija en sus manos.
Noli desconocía qué tenía que ver Lukas en esto, no creía que verlos juntos en el baile hacía algo que lo molestara tanto.
Dejó caer sus manos e inmediatamente volvieron a atarla.
-No sé quien te crees que eres, pero definitivamente casarte con mi hijo ha sido el mayor de tus delitos -declaró con desprecio.
Noli se inclinó hacia atrás y su corazón comenzó a martillar.
-Yo no he hecho tal cosa -respondió extrañada.
-Dime desde cuándo estan casados -exigió saber el rey.
Noli no comprendía nada de lo que sucedía. Sabía que ella no estaba casada, había llegado justo hasta ese punto para impedir que algo así sucediera, no para hacer lo opuesto.
-Pero yo no estoy casada, mucho menos con alguno de sus hijos.
El rey estiró una mano y pusieron una daga incrustada de diamantes encima. Le apuntó con ella sobre el cuello y Noli tragó con dificultad.
-Quiero que me des las respuestas ya. Si postergas esto, será peor para ti.
-Pero yo... no esoy casada. Nunca lo he estado -balbuceó.
-Podemos seguir con esto todo el día, no creo que eso te quite tiempo... Por cierto, aún no sé tu nombre. Creo que debería saber el nombre de la nueva integrante de mi familia, ¿no te parece?
Su respiración se intensificaba y el pánico estaba por hacerla llorar.
Esto no es real, miente, se repetía mentalmente.
El arma en su cuello se adherió más y no lo pudo apartar.
-Armenolia, así me llamo -soltó sin saber muy bien cómo expresarlo.
-Muy bien, vamos progresando, ahora -dijo apartando el cuchillo-. ¿Por qué engañaste a mi hijo para que se casara contigo?
No puede ser. No. No con él. Esto debe ser una broma, se aferró a ese pensamiento con desesperación.
-Yo no...
-Vuelves a negarlo y te haré hablar por la fuerza, Armenolia.
Respiraba con dificultad, desesperada por no saber qué hacer. El rey la miró directamente a los ojos y comenzó a dar unos cuantos pasos, pensativo.
-Déjenos solos -ordenó con una voz llena de autoridad.
Los demás se fueron sin cuestionar, pero con la mirada fija en Noli, observándola y manteniéndose alerta. Mientras tanto, ella vio una oportunidad de escape. Puso los dedos sobre las cadenas y comenzó a hacer lo que mejor sabía.
-Intentemos de nuevo -dijo el rey girándose hacia ella-. De la manera en que te hayas podido contactar con Lukas, ¿cómo llegaron a casarse en secreto?
Su respiración se atascó. No creía lo que oía, eso no debería de estar sucediendo. Sabía que entre ellos había sucedido algo, que las cosas habían cambiado mucho desde la primera vez que se vieron, pero el cambio apenas fue mínimo. Unos besos y unas cuantas palabras lindas no los hacía conprometerse, mucho menos casarse. Así no era como sucedían las cosas y, si ella ni siquiera sabía cómo es que eso había sucedido, ¿cómo se lo habría de explicar al rey?
-Le juro que yo... no sabía nada de eso. No sabía que había pasado siquiera.
-Dije que dejaras de mentir -le reprochó elevando su tono de voz.
El calor aumentó rapidamente y ahora sentía cómo las ataduras se hacían un poco más blandas. El metal crugió y sabía que solo tenía que sacar las manos, pero era tanto lo que sentía que terminó por doblar el hierro. El rey no apartaba la mirada de ella y su expresión dura, pero sus ojos se abrieron con sorpresa en cuanto Noli se levantó de un salto con las manos en puños.
Algo detrás de ella se movió lo cual atrajo su mirada. Vio cómo la botella y los tres cajones de ese pequeño armario salían disparados y se transformaban en guardias, listos para defender a su rey.
Transformadores, pensó antes de intentar correr a la salida. Pero los guardias la sujetaron antes de que pudiera avanzar.
-¿Podríamos solo tener una charla tranquila? -le preguntó cuando estuvo rodeada.
Noli asintió de mala gana, pero el rey pareció no creerle y se alejó unos pasos para hablarle en privado a un guardia que regresó para hablarle a los demás. Otros se hicieron presentes, la rodearon y comenzaron a sujetarla por los brazos.
-Yo no sabía nada de esto, de verdad -dijo para intentar evitar lo que sea que estuviera a punto de suceder.
-Te dije que no quería volver a escuhar que algo negaras -dijo y se retiró.
Los guardias la llevaron hasta el otro extremo de la habitación y, tras pasar por una puerta, la tortura la esperaba.
-Pónganla ahí -ordenó el rey.
Noli fue llevada hasta una pared en donde estaban clavadas dos bases redondas. La pegaron al muro con brusquedad y, amenazándola con un par de cuchillos, la obligaron a que pusiera sus manos extendidas detrás de las bases pesadas haciendo que sus dedos se mantuvieran extendidos y quietos hasta que las ajustaron y comenzaron a dolerle. No podía moverse, y tampoco podía usar sus dones para salir.
-Mientras más intentes escapar, más se apretarán. Y apuesto a que quieres tus manos enteras -le dijo el rey.
Aún así, Noli no dejaba de sacudirse y sus artculaciones resentían esos movimientos. Se quedó quieta hasta que miró a Lukas entrar en esa habitación y mirarla como si fuera la primera vez que la veía.
-Al fin llegó tu esposo -le dijo el rey con una sonrisa maléfica.

Sangre y lágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora