Mi trébol de cuatro hojas

Capítulo 38

-¡¡¡Samuel!!!- una chica de contextura pequeña, rubia y de ojos color miel corrió hacia él, que estaba por subir al ascensor del hotel, con una amplia sonrisa- buenos días- saludó.

-Buenos días, Lana- devolvió el saludo- ¿Ya están despiertos todos?- inquirió.

Lana asintió enérgicamente- están terminando de desayunar, yo ya terminé y Jacqueline me dijo que fuera a preparar mis cosas para salir nuevamente- dijo mientras ambos salían del ascensor y comenzaban a caminar para dirigirse a sus habitaciones y preparar sus cámaras- creí que sería la primera pero me ganaste- agregó entre risitas.

En un día y medio, Samuel había conocido un poco a Lana, una chica de diecinueve años, enérgica y risueña que le gustaba la fotografía "mágica" como ella lo llamaba, le había enseñado muchas que ella misma había tomado con filtros y de tal manera que parecía haber capturados momentos mágicos. Realmente era increíble lo que ella podía hacer con su cámara, sin duda alguna hacia magia. Fanática de Harry Potter, desde su bolso hasta su calzado era de aquella serie.
Tenía un espíritu aventurero e iba y venía de un lado a otro con la energía y la sonrisa sincera de una niña. Nuevamente se lo recordó, Lana tenía cierto parecido a Rubén.

-Digamos que tuve una especie de mal sueño- respondió el mayor devolviéndole una sonrisa pero cansada.

-Ya veo, es feo que los malos sueños nos impidan descansar bien- dijo calmadamente- ¿era muy terrible tu sueño?- preguntó con curiosidad.

Samuel suspiró, quizás el punto de vista de otra persona ajena a su entorno podría ayudarlo. Por lo general, los psicólogos podían ayudarte con tus problemas y charlar con alguien a quien no conoces era casi lo mismo. Además, Lana le inspiraba mucha confianza.

-Alguien... alguien a quien quiero mucho estaba alejándose de mí- dijo entrando en su habitación seguido por Lana inconscientemente.

-¿Mónica?- preguntó curiosa- la peleas de pareja son norm...-.

-No, no- la interrumpió- Mónica y yo no tenemos esa relación, somos amigos y compañeros en la universidad- dijo con rapidez para que Lana no confundiera las cosas.

-Oh- estaba sorprendida- disculpa, como ayer los vi juntos y como se nota que se llevan bien, incluso hacen una muy linda pareja, creí que lo eran realmente, lo siento- se disculpó sinceramente, aquella expresión de cachorrito regañado se le hizo muy tierna.

-Descuida, no lo sabias-.

-Pero... si tuviste ese sueño es por dos razones- dijo de golpe sentándose en la cama mientras Samuel preparaba sus cosas dándole la espalda por unos minutos.

-¿En serio?- inquirió divertido- soy todo oídos- agregó.

-La primera es que haya alguien realmente en tu vida y lo quieres tanto que temes perderlo- dijo elevando un dedo pensativa sin que el mayor pudiera verla- y la segunda es que haya alguien realmente en tu vida y literalmente se está alejando- notó como el mayor se detenía en seco- lo hay ¿Verdad?- preguntó pero no espero la respuesta y agregó- si eso pasa y no te dice porque entonces, según yo hay dos razones- Samuel volvió a sus movimientos pero escuchándola atentamente- está interesado en alguien más y no se anima a confesártelo o...-.

Samuel lo pensó, Rubén no estaba interesado en alguien más, porque él sabía que ambos sentían lo mismo y podría jurar ante cualquiera que, incluso si, los diez hombre y mujeres más hermosos del planeta se le insinuaban, jamás le movería un pelo, jamás se le erizaría la piel como sólo Doblas lograba hacerlo. La continuación de Lana lo dejó helado.