Capítulo 50

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Doblas había partido el Domingo por la mañana, Samuel fue a acompañarlo para despedirlo en la estación, él se quedaría con las llaves de su departamento ya que se quedaría algunas noches en el.
Luego de despedirse se dirigió directo a casa, aprovecharía aquel domingo para limpiar su cuarto, organizar sus trabajos como fotógrafo que comenzarían aquella semana, cumpleaños uno de quince, uno de cincuenta y otro infantil de un añito, un aniversario de bodas de oro, dos fiestas privadas para dos empresas socias de la familia de Elyas y una fiesta de fin de año de disfraces que Elizabeth ofrecería dos días antes de año nuevo.

Cuando entró por la puerta principal escuchó risas en la sala, las voces inconfundibles eran de su padre y su novia, quiso pasar desapercibido y darles privacidad, pero Victoria lo vio mientras trataba de escabullirse escaleras arriba y lo llamó para saludarlo.

-Teníamos pensado salir más tarde con tu padre ¿por qué no vienes Samuel?- invitó la mujer.

-Ah, no, no, lo siento, es que tengo cosas que organizar- respondió mirando su móvil esperando un mensaje- mejor aprovéchenlo a pasarla juntos- dijo con una sonrisa- ya saben lo que dicen, "dos son compañía, tres son multitud"- y con eso salió de la sala para ingresar a su habitación.

La tarde se le fue a Samuel entre la limpieza y la organización de sus actividades. Le gustaba tener todo organizado, detestaba el caos luego, aprovechó a realizar las llamadas correspondientes para confirmar los eventos y las direcciones a las cuales debía presentarse. Poco después de haber subido a su habitación, había recibido el msj de texto que esperaba.

Chiqui:
"Llegué bien, mis padres me estaban esperando en la estación. Gracias por cuidar de mi departamento, nos vemos en dos semanas".

Ese simple mensaje lo había relajado, él estaba bien con sus familiares y esperaba que se lo pasara muy bien con su familia y amigos.
Pasadas las siete de la tarde bajó a la cocina por un bocadillo y escuchó varios ruidos de objetos que caían al suelo en la sala, se alarmó un poco por el estruendo, pero al escuchar las risas de su padre y Victoria se tranquilizó. Aun así, se asomó a ver que estaban haciendo y se sorprendió al volver a ver aquel gran árbol de navidad que hacía años que no veía. Si bien Samuel y Roberto tenían cena de navidad y año nuevo, desde la muerte de Teresa nunca más sintieron la necesidad de "decorar" los eventos, era como si al morir su madre su padre y él mismo hubiesen muerto con ella.

-Ah Sami ¿Qué te parece?- preguntó su padre al verlo en el umbral de la cocina- Victoria insistió en decorar por navidad, a ella se le da muy bien la decoración, mañana iremos a comprar algunas cosas más para la cena de navidad- dijo emocionado.

-¿La cena de navidad?- preguntó confundido ¿acaso Victoria estaría con ellos?

-Querido ¿no le dijiste?- preguntó Victoria, mientras Roberto se golpeaba la frente- Samuel, tu papá nos invitó a pasar navidad juntos, sería un buen momento para conocernos bien los cuatro- dijo sonriendo.

-¿Los cuatro?- preguntó confundido.

-Sí, mi hijo David, vendrá en la semana para pasar las fiestas con nosotros- dijo emocionada de tener a su hijo en poco días.

-Ah- miró a su padre- que bueno- dijo sonriendo forzadamente, ¿Qué importaba que se negara en ese momento? Ya no podría hacerlo, al parecer su padre tomó una decisión sin siquiera consultárselo, pero no iba a armar un alboroto por eso- bueno... los dejo con sus preparaciones, sólo vine por un bocadillo-.

-Ah, voy a preparar algo para cenar en un momento Samuel- dijo Victoria.

-Está bien, no es que tenga mucha hambre, con algo ligero estaré bien- respondió tranquilamente y prácticamente huyó del lugar.

Mi trébol de cuatro hojasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora