Capítulo 83

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-¿Cómo te sientes hoy, querido?- preguntó Victoria mientras Roberto ingería con desgano su insípido desayuno a base de un té con leche sin sabor, unas tostadas gomosas con un poco de mermelada de naranja y una gelatina de pera que tenía gusto a pomelo.

-De los golpes sobreviviré, pero si sigo comiendo está comida, juro que saltaré de la azotea del hospital- dijo divertido dando otro sorbo a su té y poniendo una cara de asco al tragarlo.

Victoria reía. Ya había trabajado con anticipación en hospitales y conocía muy bien la cocina de estos. Estaba segura de que si mejorarán en ese aspecto los pacientes se recuperarían aún más rápido- ¿Samuel te escribió?- preguntó mirando su propio móvil.

-Sí, sí, me dijo que vendría a traerme ropa limpia para cuando me dieran el alta está tarde- dijo dejando su bandeja a un lado de su cama- ¿David?- preguntó mirando a su novia.

Suspiró y negó- está más preocupado por mi mudanza a Andorra que yo misma- respondió.

-Ya veo, entiendo que él esté preocupado por ti, es normal-.

-Nada es normal con David- respondió divertida- dijo que quiere ser el conductor del camión de la mudanza para evitar que las cosas se "pierdan misteriosamente" en el camino- agregó.

Roberto dejó escapar una carcajada- David es único-.

-Gracias a Dios por ello-.

-¿Cómo va su relación con su padre?- preguntó calmando su risa.

-Nada, él quiso que su padre conociera a Alejandro, pero este se negó rotundamente- suspiró- no se niega a mantener una relación con David, pero no puede aceptar con facilidad el gusto de su hijo-.

-Ya veo- se recostó nuevamente, mirando al techo.

-¿Cómo fue contigo, Roberto?- quiso saber.

-¿Conmigo?-.

-Me dijiste que Samuel había tenido ya a un chico como pareja, antes de Rubén- le recordó- ¿Cómo lo tomaste?- preguntó.

Roberto se quedó en silencio un momento- Sami y yo, siempre fuimos los dos, él intento amar esas dos veces y no le fue bien, el amor es amor Victoria, no importa como venga vestido, no me interesaba si la pareja de mi hijo era hombre o mujer, lo único que me importa a era que lo hiciera feliz, que Samuel se animara a planear un futuro con aquella persona, que buscará ser feliz con esa persona- cerró sus ojos- luego de Guillermo, Sami se cerró casi por completo... con sus amigos y conmigo- estaba serio pero segundos después esbozo una sonrisa- y como caído del cielo llegó Rubén- miró a la mujer a su lado- cambió por completo, sonreía mucho y siempre buscaba estar con él, no contaba con todo el embrollo que Rubén traía consigo, todos sus problemas y miedos, pero se notaba- dijo tomando su móvil buscando una foto en su galería y enseñándosela a su novia- lo mucho que se aman, se nota sólo con verlos juntos- la foto era de aquella noche en que Samuel y Rubén se durmieron en el sofá de la sala muy abrazados.

-Lo sé- murmuró la mujer devolviéndole su móvil- el día que lo encontré preparando el desayuno, luego de su noche de fiebre intensa- le recordó- vi a un Samuel completamente diferentes, vi a alguien más brillante alguien realmente feliz y enamorado- sonrió- casi cambio al padre por el hijo- dijo divertida.

-Oye- apretó su mano de forma juguetona- que mi Sami es sólo mío y de Rubén- dijo calmadamente.

-Sí, supongo que no podría ocupar el lugar de Rubén en el corazón de Samuel- dijo fingiendo tristeza.

Mi trébol de cuatro hojasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora