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¿Que significa dar una rosa? ¿Realmente tiene relevancia? ¿Y si está tratando de ponerme celosa? Mi cabeza era un caos. Lo quería, lo seguía amando con todo mi corazón y el saber que quizá estaba saliendo con alguien más me apachurraba el corazón.

No quería ver a Anthony, menos ahora pero los niños insistieron que los llevará a conocer la nueva casa de su papá. Cuando nos separamos vivió un tiempo en Miami, tiempo después volvió a NY y se mudó a un lujoso departamento.

Los tres insistieron en llevarle un regalo a su papá. Decidieron que llevarle marcos con fotografías era buena idea. Matías escogió las fotos y los gemelos los marcos.

Cuando llegamos al edificio sentía que las manos me sudaban y la cabeza me bombeaba. No quería que él amara a alguien más. "Él me lo prometió" - pensé mientras tocaba el anillo que me regaló. ¿Debería dejar de usarlo?

Subimos y él ya estaba esperándonos en la entrada. Se veía tan guapo. Se agachó y le abrió los brazos a sus hijos en el momento que corrieron a abrazarlo a excepción de Matías que se quedó parado a mi lado.

–¿No me vas a saludar?– se puso juguetón con Matías.

–Hola– le dio el regalo que trajimos y entró al departamento mientras observaba todo el lugar.

–Lo siento. Te lo juro que no es cosa mía...– trate de disculparme por su comportamiento.

–Tranquila. Ya se le pasará– me toco el hombro para "reconfortarme"– Pasa.

El lugar era baste moderno y elegante. Era similar a nuestra casa. Los mismos colores, cuadros similares...

–Papá, ábelo– André era el más emocionado por el regalo de su papá.

Tomo la caja y se sentó junto con ellos en el sillón grande. Yo tome asiento frente a ellos. Anthony empezó a quitar el papel que envolvía la caja mientras los niños lo veían emocionado.

–Wow que lindo– tomo el primer portarretratos donde salían anthonella y André cuando tenían un año. El siguiente marco era una foto de Matías y su papá. Otra donde salían los 3 niños y Anthony. En la que seguía salimos todos juntos como "una familia" la cual por mis estupideces perdí.

Anthony tomo el último cuadro, lo observo y después levanto su mirada hacia a mi.

–Los siento. Fue Matías quien escogió las fotos– estire la mano para que me diera el porta retratos pero movió la cabeza en negativa.

Era una fotografía de los dos, Solos. Sonriendo mientras nos abrazábamos.

–Si para Matías es importante está bien– se levanto y acomodo las fotografías.

Anthony se había vuelto tan hermético conmigo que no lograba descifrar si aún me quería o si ya me había superado. No me daba una esperanza de nada.

¿Como es que alguien con quien compartías tu vida de convertía en un completo desconocido para ti?

Pasaron los días y aunque trataba de enfocarme en el trabajo, en ser fuerte y no pensar ni añoran a Anthony, llegaba un momento en el día en que me ponía a recordar nuestra vida juntos. Deje que se esfumara, que me odiara... que me dejara de amar.

Unos de esos días llegue a la casa y me encontré a André ardiendo en temperatura. La nana me comentó que no podía bajarle la temperatura, en ese momento decidí llevarlo al hospital. Me morirá si algo le pasa a uno de mis hijos.

Subí al carro junto con la niñera y mi hijo, en el transcurso le marqué a Anthony para avisarle.

–Anthony...

–Dime...

–Voy camino al hospital a llevar a André, está ardiendo en temperatura y en casa no hemos podido bajársela y...

–Voy para allá...

Quizá entre nosotros todo este mal pero siempre van a estar nuestros hijos de por medio y me ha dejado claro que son su prioridad.

Llegue al hospital, enseguida un doctor tomo a André entre sus brazos para llevarlo a una camilla y darle algo más fuerte. Me pidieron que me quedara en la sala de espera. Me sentía tan angustiada. Ninguno habían sido enfermizos y cuando lo hacían era una simple gripa.

Cuando vi llegar a Anthony no pude evitar correr a sus brazos y abrazarlo mientras las lágrimas amenazaban por salir. Todo mi mundo se tranquilizo cuando sentí sus brazos arropándome.

–Tranquila, todo va a estar bien– me susurro al oído mientras acariciaba mi cabello y mi espalda.

Me separé de golpe cuando mi nariz olfateó un perfume de mujer en su cuello y su camisa, que claramente no era el mío.

Me aleje y me senté en un sillón. Me sentía traicionada pero eran estupideces mías por que él y yo ya no tenemos nada. No tengo por que celarlo pero duele.

–¿Que te han dicho los doctores?– se sentó frente a mi y trato de tomar mis manos pero no lo dejé.

–Aún nada.

–¿Que pasa?– tomo un mechón de mi cabello y lo acomodo detrás de mi oreja.

–Nada... solo Estoy preocupada por nuestro hijo– me levante y me aleje de él.

¿Que le ibas a decir: "Estoy furiosa y decepcionada por que hueles a otra mujer"?

Me hacía daño tenerlo cerca. Lo extrañaba, lo añoraba, deseaba besarlo, tenerlo junto a mi...

–Debora...– me llamo el doctor y me acerque enseguida, Anthony fue detrás mío.

–¿Como está mi hijo?

–Está bien, tranquila– me tocó el hombro y noté como Anthony se ponía rígido. – Ya logramos bajarle la temperatura. Trae una infección muy fuerte en la garganta y en los oídos pero ya le dimos los medicamentos necesarios.

Asentí y le di las gracias al doctor. No era guapo pero tenía una sonrisa muy bonita y era muy atento conmigo. Fue quien me atendió cuando vine a parar al hospital.

–¿Ya se conocían?– me pregunto Anthony cuando el doctor de fue.

–Si.

–¿De?– sentí un pequeño toque de emoción en mi interior de darme cuenta que aún tenía interés sobre mi.

–Salimos... a... cenar en alguna ocasión.– cosa que obviamente era mentira. No le iba a decir que lo conocí cuando estaba anémica y con un pie en el panteón.

–Ah...– fue lo único que dijo. Se cruzó de brazos y se fue a sentar en el sillón mientras ojeaba una revista.

Clandestino t3-t4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora