Dos años después.
Narra Anthony.
Me sentía tan entusiasmado de por fin volver a los escenarios. La energía que siento cuando estoy en tarima es tan diferente, me llena de felicidad, me alimenta el alma y el corazón. La adrenalina que recorre mi cuerpo cuando escucho el grito de mis fanáticos al iniciar el show es como si ingiriera alguna sustancia alucinógena que estalla en mi cuerpo cuando salgo al escenario.
–Papi– corre mi hija hacia a mi cuando me ve entrar a la casa y yo me agacho para abrazarla.
–¿Como te fue en el ensayo?– me pregunta Deb desde la mesa. Me encantaba esta mujer, más cuando parecía una sexy nerd con sus lentes y el cabello anudado con un lápiz mientras cierra de golpe su lap top para prestarme atención.
–Bien mi amor– me agacho para besar sus labios pero...
–No– mi hija pone su manita en mi boca para que no bese a su mamá. Y ambos reímos.
–Tu padre es mío chiquita– le aclara debora tocándole la nariz y ella frunce la frente molesta.
–M I O– le aclara anthonella abrazándome por el cuello.
–¿Vas a pelear con tu hija por mi?– me reí.
–Ya veremos si te sigue reclamando como suyo cuando cumpla 16 y te traiga algún pretendiente a la casa.
Su comentario no me causa gracia, ni siquiera quiero pensar en ese momento en el que mi pequeña me traiga un fulano que de seguro en algún momento la hará llorar y yo voy a querer partirle la cara por lastimar a mi princesa.
–Tranquilo, aún faltan algunos años– se ríe Deb como si hubiera entrado en mis pensamientos.
Su teléfono suena, sube por las escaleras y atiende la llamada. No soy un tipo tóxico pero en ocasiones me pregunto quien tanto la llama si nunca la veo salir con amigas y con su familia menos.
Subo a mi habitación para tomar un baño y la veo en el vestidor hablando por teléfono me acerco lentamente tratando de que no me vea pero fallo en el intento.
–Ok, hablamos después– dice cuando me ve por el reflejo del espejo. –¿Espiándome?– me sonríe y se acerca a mi.
–Admirándote– la jalo por la cintura y la beso.
–¿Me vas a llevar a tu concierto?– me pregunta con una sonrisa coqueta.
–¿Quieres ir?
–¿Me vas a dar un boleto VIP?– se muerde los labios.
–Tienes all access mi amor– la aprieto junto a mi cuerpo y suelta un leve jadeo.
–entonces ¿Puedo tomarme un foto con bad bunny?– pregunta y arrugo la frente confundido. –Es sexy...
–No, no hay fotos Debora. Ni tampoco all access te quedas aquí tranquilita en tu casa– la suelto y salgo del vestidor.
–Es solo una foto...– se ríe.
–A mi solo me preguntaste por un regalo y míranos en donde estamos. Con 3 hijos y un perro, así que no.
–No es como que Benito se vaya a enamorar de mi– se pone los brazos en la cintura.
¿Benito? Ya hasta de Benito y todo. Que confianzas agarra esta mujer.
–Mejor no lo averigüemos– se que está jugando conmigo, le encanta verme celoso. Ambos sabemos que terminará conmigo en el concierto y probablemente con una foto posteada en sus redes a lado del Benito.
–¿Oye que será de Drake? Nunca me diste su numero, frustraste nuestro romance– se tira a la cama y se queda pensativa.– Matty seria rubio de ojos azules pero tu...
–Te estas pasando de la raya, luego duras días sin hablarme cuando yo bromeo con Margot Robbie.– se pone seria, le gusta hacer pero no que le hagan.
Me le quedo viendo y me da risa cuando noto que su cara es la misma que anthonella pone cuando hace berrinches.
–Papá– entra mi hija con la misma cara de su madre para quejarse de André, que no quiere prestarle sus juguetes. La cargo y se la muestro a su madre.
–¿Te la imaginas rubia con ojos entre azules y grises como Margot Robbie?– me rio para mis adentros.
Se levanta de la cama furiosa y me arrebata a mi hija.– Ve y hazle una– sale de la habitación y se va a no se a donde.
Mi Chernobyl...tan loca, tan celosa, tan hermosa y tan mia.
Me meto a bañar y me relajo un buen rato bajo el chorro del agua. Cuando salgo voy directo al vestidor para buscar mi ropa interior, un pantalón y una camisa. Seco mi cabello con una toalla, me pongo perfume y el sonido del teléfono de Debora llama mi atención.
Me acerco a la cama y veo su celular que prende la pantalla indicando que alguien la está llamando. Me la pienso más de dos veces para tomar su celular pero me regreso a verme al espejo. Vuelve a sonar y voy por el teléfono. ¿No es de tóxicos si veo quién la llama o si?
Tomo el celular y veo el nombre de quien la llama "David" ¿y este que? Pensé que ya hasta se había ido con Dios. Siempre agradeceré lo que hizo por Matías pero lo detesto y mas que busque a mi mujer.
El teléfono deja de sonar mientras lo tengo en mi mano. Cuando estoy apunto de dejarlo sobre la cama, salta un mensaje.
"Preciosa, estaba esperando tu llamada pero me urge hablar contigo. Llámame enseguida."
"Debes tomar una decisión ya. Es tu última oportunidad y no puedo esperarte más tiempo, he esperado demasiado por esto"
Enseguida sentí como si me hubieran prendido fuego por dentro. Como si en vez de sangre fuera lava lo que corre por mis venas.
¿Quiere dejarme por él?
Pensé... que estábamos bien.
¿Desde cuando me está viendo la cara?
Quise acceder a su teléfono pero no pude por que tenía contraseña, intente varias y ninguna entro. Me sentía desesperado, quiero respuestas, quiero saber que significa esta mierda.
Salgo como desquiciado gritando su nombre con su maldito celular en la mano... derrepente todo va tomando sentido para mi.
–DEBORA– grito por última vez cuando aparece con André en los brazos.
–¿Por que gritas?– me mira como si estuviera loco.
–Necesito que me des una explicación de esta mierda en este momento– le lanzó su celular desde la parte de arriba y cae en piso rompiéndose la pantalla.
